(Agencias) En un documento leído ayer en la sede de la Conferencia Episcopal Dominicana, el también arzobispo metropolitano de Santo Domingo, aseguró que urge purificar a la Iglesia, «sacando del ministerio a quienes lo ejercen indignamente y no merecen llamarse sacerdotes».
El cardenal añadió que «esta súplica de perdón la extiendo a la comunidad de la Iglesia Católica que se siente humillada por estos abusos incalificables, pero también a todo el pueblo dominicano que está contemplando este lamentable espectáculo con incredulidad e indignación. Lo que todos hemos visto no tiene justificación».