(Profesionales pñor la ética/InfoCatólica) Los tribunales británicos ya habían rechazado esa posibilidad y ahora, en fase de apelación, se confirma el rechazo a ayudar a morir a los pacientes.
Según la organización británica Care not killing («Cuidarles, no matarles»), defensora del derecho a la vida hasta la muerte natural, la sentencia confirma una simple verdad: que la ley británica existe para proteger a los más vulnerables y los que no tienen voz: las personas con discapacidad, personas con enfermedades terminales y ancianos, que de otro modo podrían sentirse presionados a poner fin a sus vidas.
Por su parte, Carlos Álvarez, portavoz de VIDA digna, un área de trabajo de Profesionales por la Ética, «los intentos de legalizar la eutanasia y el suicidio asistido en Reino Unido han fracasado hasta ahora; los activistas pro eutanasia utilizan la situación de personas concretas para forzar a los jueces a aceptar que se les ayude a morir o se ponga fin a su vida y dar lugar así a un cambio legislativo. Pero en el país en el que nacieron los cuidados paliativos, se diferencia muy claramente que no es lo mismo cuidar y acompañar hasta la muerte a las personas que matarlas directa o indirectamente».
VIDA digna forma parte de la Coalición europea para prevenir la eutanasia promovida por Care not killing (Reino Unido), Not dead yet (Ireland), Alliance Vita (Francia), Human LIfe International, Hil Helpers Europe (Austria), Euthanasia Prevention Coalition (Reino Unido) y tiene como fin trabajar para salvaguardar la vida de los más débiles.
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