(Efe) «La religión es muchas veces políticamente instrumentalizada a través de los gobiernos», dijo el arzobispo Ludwig Schick en rueda de prensa en Berlín, convencido de que las restricciones a la libertad de credo «van unidas normalmente a las limitaciones de los derechos humanos en Estados autoritarios».
Según los autores del informe, uno de los países en los que la política tiene mayor peso a la hora de coartar esta libertad es Egipto, donde el Islam es la religión del Estado y la Sharia (ley islámica) es inspiración para sus leyes.
La llegada al poder del presidente Mohamed Mursi ha contribuido al empeoramiento de la situación ya que, en la actualidad, resulta prácticamente imposible la conversión a otras religiones fuera del Islam, según puntualizaron.
Entre los datos del informe destaca también la situación en el área subsahariana, donde aumentan las violaciones de los derechos humanos y donde se han visto mermados tanto la libertad religiosa como el concepto general de libertad.
Ante esta situación, católicos y luteranos abogan «no solo por el derecho cristiano, sino por el derecho humano a la libertad religiosa», declaró el arzobispo Schick.
El obispo Martin Schindehütte de la Iglesia Evangélica Alemana (EKD) hizo hincapié en el importante papel de la libertad religiosa como uno de los pilares fundamentales de la democracia.
El rechazo a las religión cristiana en concreto ha aumentado, según datos del informe, en los países del sur de Asia y el noreste de África donde vive tan solo entre el 10 y el 13% de los creyentes cristianos, ya sean católicos o evangélicos.