(VIS) «La imagen del cuerpo nos ayuda a entender esta profunda relación Iglesia-Cristo, que san Pablo ha desarrollado de manera particular -ha dicho-... La Iglesia es un cuerpo viviente...y este cuerpo tiene una cabeza, Jesús, que lo guía, lo nutre y lo apoya... pero como sucede en un cuerpo, es importante que pase la savia vital para que viva, así que debemos permitir que Jesús trabaje en nosotros, que su palabra nos guíe, que su presencia eucarística nos nutra, nos ame, que su amor fortalezca nuestro amar al próximo».
«En la Iglesia -ha continuado el pontífice- hay una variedad, una diversidad de tareas y de funciones; no hay una uniformidad plana, por la riqueza de los dones que distribuye el Espíritu Santo. Pero hay comunión y unidad: todos están en relación los unos con los otros y todos necesitan formar un único cuerpo vital, profundamente unido a Cristo. Recordémoslo bien: ser parte de la Iglesia quiere decir estar unidos a Cristo y recibir de Él la vida divina que nos hace vivir como cristianos, quiere decir estar unidos al Papa y a los obispos que son instrumentos de unidad y de comunión, y quiere decir también aprender a superar personalismos y divisiones, comprenderse más, armonizar las variedades y las riquezas de cada uno; en una palabra: querer más a Dios y a las personas que están a nuestro lado, en familia, en parroquia, en las asociaciones. ¡Cuerpo y extremidades para vivir deben estar unidos!».
El Santo Padre con palabras improvisadas ha exclamado: «La unidad es superior a los conflictos, ¡siempre! Los conflictos si no se disuelven bien, nos separan entre nosotros, nos separan de Dios. El conflicto nos puede ayudar a crecer, pero también puede dividirnos. No vayamos por el camino de las divisiones, de las luchas entre nosotros. Todos unidos con nuestras diferencias, pero unidos siempre: éste es el camino de Jesús».
«¡Cuánto daño causan a la Iglesia las divisiones entre cristianos, el estar separados, los intereses mezquinos!. Las divisiones entre nosotros y las divisiones entre las comunidades: cristianos evangélicos, cristianos ortodoxos, cristianos católicos, ¿por qué divididos?. Debemos tratar de lograr la unidad... tenemos que rezar entre nosotros católicos y con los otros cristianos, rezar para que el Señor nos conceda la unidad, la unidad entre nosotros. ¿Pero cómo vamos a tener la unidad entre los cristianos, si no somos capaces de tenerla entre nosotros los católicos?. ¿De tenerla en la familia?. ¿Cuántas familias luchan y se dividen?. Buscad la unidad, la unidad que hace la Iglesia. La unidad viene de Jesucristo. Él nos envía al Espíritu Santo para crear unidad».