(EP) El documento ha sido entregado hoy por sus autores al lehendakari, Iñigo Urkullu, quien en una comparecencia sin preguntas en la sede de la Presidencia, en Vitoria, ha asegurado que el Gobierno regional asume la prioridad de garantizar la justicia, la verdad y la reparación a todas las víctimas de derechos humanos sin «equiparaciones ni discriminaciones».
Este informe es uno de los pilares del Plan de Paz y Convivencia 2013-2016 presentado el pasado martes por el lehendakari y el texto será remitido al Parlamento vasco. El documento, que no incluye los nombres de las víctimas, cuantifica todas las «vulneraciones de derechos humanos ocurridas desde 1960 hasta 2013» en «Euskadi o fuera de la comunidad autónoma pero relacionadas con ella», desde «asesinatos de ETA, hasta abusos policiales y acciones de contraterrorismo ilícitas».
De los 94 muertos a consecuencia de la acción de las Fuerzas de Seguridad del Estado (FSE), el informe detalla que ha habido 9 fallecidos bajo custodia policial, 20 en controles policiales, 17 a causa de «confusiones, errores y abusos», 16 por altercados con policías fuera de servicio, 30 en manifestaciones y movilizaciones y 2 «por la pena capital».
«Un primer microacuerdo»
Además de los 1.004 muertos cuantificados, el documento también recoge datos de más de 3.700 personas heridas como consecuencia de las vulneraciones de derechos humanos en dicho período.
Así, por la acción de la banda terrorista ETA se cuantifican entre 2.365 y 2.600 los heridos, a los que se suman 746 por las fuerzas de seguridad del Estado, y 426 por grupos parapoliciales y de extrema derecha como el Batallón Vasco Español, Triple A, Antiterrorismo ETA o el GAL.
El informe no incluye el número de personas que han denunciado torturas por las «dificultades» para investigarlas, aunque sus autores recomiendan hacer un estudio sobre la fiabilidad de esas denuncias. Tampoco se menciona a las personas muertas por «suicidios, enfrentamientos, manipulación de armamento propio o disparos fortuitos entre cuerpos policiales», pero en las recomendaciones se insta a que se tenga en cuenta que 277 personas murieron por esas causas.
El lehendakari ha destacado que el informe es un «primer microacuerdo en el camino de la paz y la convivencia en Euskadi» en el terreno del compromiso con los derechos humanos y ha agradecido la elaboración de un trabajo hecho «desde la primacía de los principios éticos y de la mirada limpia y serena que propone un futuro mejor».
Por su parte, el obispo emérito de San Sebastián ha indicado que en el informe se ha procurado combinar la claridad y la delicadeza «evitando toda equiparación» y ha abogado por continuar por el camino hacia la paz y la reconciliación, una tarea «difícil pero ineludible».