(Agencias/InfoCatólica) El único incidente de la jornada no se produjo en la explanada de los Inválidos, donde convergieron las marchas salidas de tres puntos de la capital, sino en la sede del Partido Socialista (PS) en París: una veintena de individuos entraron a la sede el partido gobernante y desplegaron en el tejado una banderola en la que podía leerse: «Hollande, dimisión». Fueron desalojados por la policía y el incidente no pasó a mayores.
El resto de la jornada, que coincidía con el Día de la Madre en Francia, se desarrolló en un ambiente que el diputado Henri Guaino, de la opositora Unión por un Movimiento Popular (UMP) y próximo al expresidente Nicolas Sarkozy, describió in situ como «familiar, pacífico y paternal».
También salió a la calle el líder de la oposición conservadora, Jean-François Copé, que criticó las «inaceptables tentativas de presión y de intimidación» del primer ministro, Jean-Marc Ayrault, quien en la víspera había acusado a la UMP de contribuir a la «crispación y a la radicalización» al prestar su apoyo a los manifestantes.
Prometen un referéndum
Copé, presidente de la UMP, ha prometido que, en caso de que su partido gane las elecciones presidenciales de 2017, celebrará un referéndum sobre esa ley, aprobada por la mayoría de izquierdas de la Asamblea Nacional y el Senado.
Philippe, un manifestante llegado de Biarritz (suroeste) y agarrado a una bandera vasca, explicó a Efe que espera «que un día haya un referéndum o que se retire antes la ley».
Pancartas, música y banderas marcaron el tono general de la protesta parisina, que en Francia se conoce como «manifestación para todos», eslogan que se asemeja a quienes reivindicaban el «matrimonio para todos».
En el escenario, varios intervinientes subrayaron que no son ni homófobos ni de extrema derecha y, entre cánticos contra el Gobierno y contra Hollande, insistieron sobre el problema de filiación entre un menor adoptado y dos mujeres o dos hombres.
«Queremos defender absolutamente la ley de la familia y la filiación, porque un niño es el resultado único de la unión entre un hombre y una mujer», explicó a Efe Laure de Cotte, una manifestante que aseguró que la protesta no es homófoba pero que «hay que defender las cosas normales y no normalizar las que están fuera del circuito y son un poco contra natura».
Contra la adopción
La adopción de menores por matrimonios homosexuales, extremo que contempla la ley y avaló el Consejo Constitucional, es uno de los puntos que más inquietan a sus detractores.
La gran ausente este domingo fue la humorista Frigide Barjot, emblema de la protesta, que no acudió porque dice que teme por su seguridad, aunque pasó la jornada atendiendo a varios medios de comunicación.
Queda por determinar si los detractores seguirán insistiendo y, en caso de hacerlo, si será a través de manifestaciones o si intentarán constituirse como partido político.
Entre tanto, el primer matrimonio homosexual ya se celebró el pasado 22 de mayo en Cayeux-sur-Mer (norte), en forma de validación oficial del contraído previamente en Bélgica por dos hombres, aunque se espera para el próximo miércoles el anunciado como primera ceremonia oficial, prevista en Montpellier (sureste).