(Efe) «Nunca fumé marihuana porque soy de otra época y no defiendo ninguna adicción», afirmó el mandatario en su casa, una chacra (finca rural) en las afueras de Montevideo que convirtió en residencia presidencial cuando llegó al poder en 2010.
Sin embargo, para Mujica el narcotráfico es «más problema» que el consumo de marihuana o de otras drogas porque «tiende a multiplicar» el grado de violencia en la sociedad «y es una enfermedad que corroe por abajo».
«Planteamos la hipótesis de regular el mercado de la marihuana como una tentativa para arrebatarlo (a los narcotraficantes)», se justificó.
Además, la legalización «permitirá tratar a los consumidores problemáticos» porque «si se mantienen clandestinos o escondidos» no se puede hacer «nada» por ellos, recalcó.
La humanidad «hace 100 años que reprime» el consumo de drogas y «no plantea ninguna otra alternativa» y los hechos «demuestran que estamos fracasando», señaló Mujica.
Sobre el aborto, Mujica dijo que «pasa algo parecido».
Contra ese fenómeno «estamos todos», pero «por trabas sociales, problemas económicos u otros» se seguían realizando abortos «en las sombras».
La legalización «saca el problema de la sombra y nos permite tratar de incidir» para que la mujer «vaya hacia atrás en su decisión (de abortar)», argumentó Mujica.
La idea primaria es «tratar de ayudarla» y eventualmente «convencerla» de evitar el aborto, porque «muchas veces» hay un problema de falta de medios, soledad, falta de información o prejuicios familiares, agregó.