(AFP/InfoCatólica) «Esto equivale a autorizar el casamiento homosexual en Brasil», dijo Raquel Pereira de Castro Araujo, presidenta de la Comisión de Derechos Homosexuales en la Orden de Abogados de Brasil (OAB).
La decisión tiene lugar a un poco más de dos meses de la visita del papa Francisco para la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) en Brasil, el país con más católicos del mundo, 123 millones de sus 194 millones de habitantes.
Hasta ahora, algunas oficinas públicas --subordinadas a la justicia estatal-- aceptaban la solicitud de casamiento de parejas homosexuales, y otras las negaban.
La justicia de varios estados de Brasil ha aceptado el casamiento homosexual, pero no había hasta el momento una decisión a nivel nacional.
La unión estable de parejas homosexuales fue reconocida hace dos años, en mayo de 2011, por la Corte Suprema, que les garantizó los mismos derechos que a las heterosexuales.
No obstante, el Congreso, donde hay una poderosa bancada religiosa, no ha aprobado el matrimonio homosexual.
De hecho, el pastor evangélico y diputado Marco Feliciano, presidente de la comisión de Derechos Humanos de la cámara, adelantó que su partido Social Cristiano (PSC) irá contra la decisión con un «recurso para suspender la decisión y un recurso de inconstitucionalidad» en la Corte Suprema.
Si la Corte Suprema deja firme esa decisión «nosotros podremos decir aquí que está transformando en ley aquello que la mayoría de la población brasileña no quiere. es inconstitucional. Está invadiendo la competencia del legislativo», afirmó el pastor a la AFP.
Barbosa ya dijo que no tiene sentido esperar a que el Congreso apruebe la ley para que la decisión adoptada en 2011 por la Corte Suprema sea aceptada por todas las oficinas públicas que celebran casamientos en el país.
«¿Vamos a exigir la aprobación de una nueva ley por el Congreso para dar eficacia a la decisión que se tomó en la Corte Suprema? No tiene sentido», dijo Barbosa en declaraciones citadas por el sitio G1 de Globo.
La decisión de la Corte Suprema «es vinculante» y debe ser seguida por las instancias inferiores, afirmó.
«Es oportunismo de la justicia. Sabiendo que existe un Parlamento para eso, intentan pasar por encima nuestro. Eso agrava el enfrentamiento entre el Parlamento y la justicia», estimó Feliciano.