(13TV/InfoCatólica) Esta superproducción necesitó más de siete años de documentación y guionización, seis meses de rodaje en catorce ciudades polacas, siete mil extras y un presupuesto de 3 millones de euros. Relevantes cifras para un país sin una sólida industria cinematográfica pero que realizó un gran esfuerzo para difundir la historia del padre Popieluszcko, asesinado por agentes de la policía secreta en el año 1984. Tenía 37 años. Fue un acontecimiento que sobrepasó las fronteras de Polonia, convirtiéndose en la primera grieta en el monolítico bloque de la Europa soviética, que estalló en mil pedazos cinco años después con la caída del Muro de Berlín.
«Popieluszko» tiene el mérito de recoger en imágenes todo un tratado de la Historia reciente del Viejo Continente. Una de ellas ocurre en Varsovia en plena ley marcial decretada por el general Jaruselkzy. Popieluszko entra en una fábrica en huelga, donde sus trabajadores han pedido un sacerdote. Es todo un síntoma del cambio que empezaba en Polonia. La Iglesia, que para el régimen comunista era el opio del pueblo, protagonizaba en aquella nación la lucha por la emancipación obrera.