(Efe) La obra fue recientemente suspendida, por decisión del teatro en el que se representaba, tras tres semanas de constantes presiones al público por parte de cristianos que se sentían ofendidos por la misma y miembros del partido nazi Amanecer Dorado.
Esta situación generó un debate incluso dentro de la propia Iglesia Ortodoxa ya que varios obispos, aún sintiéndose molestos con la obra, denunciaron la alianza de algunos religiosos con la formación fascista, que cuenta con 18 escaños en el parlamento.
Incluso el estreno hubo de ser suspendido por los ataques violentos sufridos por el público asistente ante la pasividad de la policía, que no intervino para detener a los extremistas -entre los que se encontraban algunos diputados de Amanecer Dorado-, según denunciaron varios agredidos.
En declaraciones recogidas por el diario 'Kathimerini', Vasiliu negó los cargos de «insulto a la religión» y «blasfemia malintencionada» que se le achacan.
«Lo que yo veo es que aquí hay gente que ha robado a manos llenas y no están en la cárcel y, mientras, la Fiscalía se vuelve contra el arte», denunció.
El director para Europa de Amnistía Internacional, John Dalhuisen, afirmó que este juicio es «un hecho alarmante» y exigió a las autoridades griegas que retiren todos los cargos «de inmediato».
«El derecho a la libertad de religión no se extiende a que el Estado deba proteger las creencias religiosas de un individuo ante las críticas o los comentarios sobre ella», añadió.
Grecia es, en la práctica, un estado confesional en el que la Iglesia Ortodoxa tiene un papel preeminente según la Constitución y el Código Penal griego castiga con hasta dos años de cárcel «cualquier ofensa malintencionada a Dios» y «cualquier ofensa hacia la Iglesia Ortodoxa de Cristo u otra religión tolerada en Grecia»