(Fides) La exposición conmemora la campaña contra la esclavitud puesta en marcha en 1888 por el Cardenal Charles Martial Allemand Lavigerie, fundador de los Misioneros de África (Padres Blancos y Hermanas Blancas).
«Kenia, donde yo trabajo – denuncia la religiosa - es fuente, lugar de tránsito y de destino de la trata de seres humanos». «La situación es terrible. Es una epidemia silenciosa y en aumento, especialmente en Nairobi y Mombasa, verdaderos puntos centrales debido al turismo». Además de la explotación sexual, los seres humanos son traficados y vendidos con propósitos aún más siniestros. «En África, la extirpación de partes del cuerpo es una práctica común, especialmente para los actos de brujería», dice la hermana Maggi. «Las chicas jóvenes son violadas como una 'cura' contra el VIH/SIDA o son obligadas a quedarse embarazadas y el bebé se vende al mejor postor. También hay niños soldados que quedan traumatizados y marcados de por vida. La lista no interminable».
La hermana Maggi recuerda el compromiso pasado y presente realizado por la Iglesia, y en particular por las instituciones misioneras, para combatir este delito, y ha propuesto una serie de medidas concretas en este sentido. Entre dichas medidas están la creación de estructuras de coordinación diocesana en las zonas de África y del resto del mundo, donde las personas más vulnerables son presa fácil para los traficantes, y la creación de redes de información entre las distintas diócesis para crear conciencia sobre este grave problema.