«Occidens»: Conocer los orígenes y plantearse el futuro de nuestra civilización

Se inaugura en la Catedral de Pamplona una propuesta singular que «no es una exposición, sino una reflexión»

La exposición «Occidens, descubre los orígenes», que se abrió al público el pasado viernes en la Catedral de Pamplona, está teniendo muy buena acogida entre sus visitantes. El sábado, el sacerdote y arquitecto Javier Aizpún, Comisario de la muestra, realizó con ellos el recorrido de las distintas salas, explicándoles su contenido y significación. Dos días antes había tenido lugar la inauguración oficial de la exposición, en un acto que reunió a numerosas autoridades civiles y eclesiásticas.

(DiariodeNavarra / InfoCatólica) Entre los asistentes, que recorrieron en grupos los diversos espacios de Occidens, se encontraban el Arzobispo, Mons. Francisco Pérez y el Obispo Auxiliar Mons. Juan Antonio Aznárez, así como el Deán de la Catedral, Carlos Ayerra y el propio Javier Aizpún, Vicario Episcopal de Economía y Patrimonio del Arzobispado, que es el Comisario de esta exposición. Además asistieron la presidenta del Gobierno de Navarra, Yolanda Barcina, el alcalde de Pamplona, Enrique Maya, y la Delegada del Gobierno, Carmen Alba, junto con varios consejeros y concejales y otras personalidades de la sociedad navarra.

Las explicaciones corrieron a cargo del Comisario de la exposición y de los responsables de sus diversos aspectos técnicos –Antonio Vaillo, Director; Vaillo+Irigaray Arquitects, Arquitectura y museografía; Carlos Bernar-Niclow, Producción audiovisual–, así como de Philippe Nemo, filósofo cuyas reflexiones sobre Occidente y el «cambio de época» que vivimos han inspirado esta exposición.

Occidente en una cuarta encrucijada

Javier Aizpún, Comisario de la Exposición, explicó que «en la actualidad la amenaza de Occidente es el relativismo, y nuestra civilización sólo podrá sobrevivir si asume todos sus fundamentos», y que estamos en una «cuarta encrucijada», como la que se vivió cuando hubo que elegir entre paganismo y fe cristiana, como la del paso de la antigüedad a la cristiandad medieval a través de la reforma gregoriana, o como la vivida en la edad moderna con la reforma protestante y las revoluciones de los siglos XVIII y XIX que trajeron «la secularización de occidente». Occidens, dijo Aizpún, muestra esas encrucijadas históricas y las elecciones que configuraron a la civilización occidental cristiana mediante la afirmación de valores como «el estado de derecho, la democracia, la búsqueda intelectual, la racionalidad crítica, la economía en libertad, los derechos humanos, la libertad de las conciencias, la solidaridad y la protección de los más débiles».

Nemo aseguró que aunque «la humanidad es consciente de la necesidad de una cultura común», ésta no debe salir de la mera unión de las diferentes culturas, sino que deben elegirse los «valores mejores», debe hacerse «una selección y no una mezcla». Entre esos bienes que Occidente ha aportado al mundo destacó la libertad individual gracias a las leyes escritas, el derecho a la propiedad privada, y la Biblia, «manual de amor que supera la justicia y que proporciona un sentido de la historia».

Bernar destacó que la exposición tiene una especie de «guión de novela», con tres actos y un epílogo, y Vaillo aseguró que Occidens pretende sumergir al visitante en «una experiencia vital», a través de la vista, el oido y el olfato, y mediante una explicación «en distintos niveles, para que lo entienda tanto un niño como un estudiante o un intelectual».

Los responsables subrayaron también la importancia de los elementos audiovisuales en la propia exposición y su presencia y las redes sociales, como Youtube, Facebook o Twitter, para difundir, amplificar y completar estas dimensiones de Occidens.

Espacios y contenidos de la exposición

Occidens tiene doce salas, que recorren las edades Antigua, Medieval, Moderna y Contemporánea. Se accede por la cillería o antiguo almacén, en la que se encuentra una maqueta de metacrilato de la Catedral, a la que aplicándole un foco de luz se proyecta en la pared el interior de la seo. Se incide en la presentación en el hecho de que Occidente «no es ni una civilización ni una geografía, sino un territorio mental que supone un horizonte de humanidad, basado en la libertad, la solidaridad y la dignidad de la persona».

Junto a ella arranca una pasarela metálica, una «alfombra de acero perforada» con palabras como areópago, logos, razón, civitas, yahveh, que «actúa como hilo conductor» y guía al visitante en semipenumbra en un recorrido por las salas iluminado tan solo por algunas antorchas y sin pisar el suelo de la Catedral.

El visitante pasa por la Capilla románica, la sala de arqueología, con una casa romana y una piscifactoría; los restos de un poblado vascón, donde se contemplan los restos de un bebé sietemesino del siglo II antes de Cristo y la casa del arcediano, del año 1315. En Occidens se podrá vivir en primera persona la batalla de las Navas de Tolosa, humo incluido; escuchar las voces reales de los monjes benedictinos de Leyre cantando gregoriano; o ver cómo eran los poblados cuyos restos arqueológicos se muestran, mientras los arqueólogos siguen trabajando.

Se combinan un holograma donde el organista de la Catedral, Julián Ayesa, toca piezas de maestros como Bach con la muestra de relicarios, cruces y otras piezas del Museo, y varias tabletas electrónicas gigantes que permiten ver libros del Archivo de la Catedral, como la Biblia Hebrea o el Breviario de Pamplona, de los siglos XI a XV, o libros de mapas del siglo XVI.

Un patio da acceso al huerto en que se exhiben materiales usados en la exposición y, cerca, un pórtico con un bello Calvario y un sarcófago. Después se accede a otra sala del Palacio románico, dedicada a la Modernidad y en la que se encuentra una gran estantería, un «retablo» en que lucen 28 tallas de la Virgen María procedentes de diversos lugares de Navarra. Finalmente, la Sala contemporánea, una «casita rosa» puesta frente a frente con las paredes del refectorio, que sirve para culminar el contraste entre lo perdurable y lo efímero, entre lo «blando» y lo «sólido».

Prescindiendo de los clásicos audioguías, la propia configuración de la muestra combina hologramas, proyecciones 3D, libros digitales, piezas y reliquias del museo de la seo pamplonesa, y otras expresiones artísticas para sumergir al visitante en el contenido de Occidens, que ha sido preparado por expertos como Javier Fortún, Mercedes Unzu, Javier Martínez de Aguirre, Ricardo Fernández Gracia, Mercedes Galán y Raúl del Toro, a través de la vista, el oido e incluso el olfato.

Además, todos los que accedan con un smartphone podrán profundizar los contenidos de la muestra, con el uso de los códigos QR, que les permitirán entrar a páginas web con información adicional: entrevista a un monje de Leyre o la obra de Philippe Nemo, el filósofo francés que ha inspirado la exposición. Es accesible para los minusválidos, salvo la capilla románica, y tiene puntos de atractivo para los niños, y cuenta con asientos y sillas para descansar durante la visita.

Visitas a la Exposición y revitalización de la Catedral de Pamplona

Patricia Cifrián, una de las visitantes del pasado fin de semana, coordinadora de cultura del Valle de Egués, aseguraba a Diario de Navarra que «es digna de valorar la presentación arquitectónica que sirve de contexto histórico y la integración de elementos modernos», que le dan gran fuerza artística, «consiguiendo un diseño muy visual». Otros visitantes destacaron que «es una exposición actual, han mantenido siglos de historia pero han conseguido un punto de modernidad que también puede interesar a los jóvenes», y que puede significar «un resurgir cultural de la ciudad de Pamplona».

Antonio Vaillo aseguró que la exposición Occidens ha de servir para revitalizar la Catedral de Pamplona y darle más usos que los estrictamente religiosos. Así, se pretende que salas como el refectorio (gran sala rectangular con seis tramos de bóveda de crucería e iluminada por ocho ventanales y un rosetón), o la cocina, lugares en los que se comía pero en los que también hubo recepciones reales o sesiones de las Cortes, puedan utilizarse para realizar «exposiciones, conciertos, autos sacramentales, conferencias y otros eventos» también con comidas o cenas, actividades cuyo programa aún no está cerrado, según indicó Aizpún.

Pero además, Occidens, explicaron sus responsables, tiene vocación universal y pretende reproducir exposiciones similares en otros países occidentales, para que sirvan de estímulo a la reflexión y de recordatorio permanente sobre los orígenes de nuestra cultura.

El proyecto ha supuesto una completa remodelación del Museo Catedralicio a lo largo de una superficie de 4.500 m2 y una inversión de en torno a un millón de euros, financiada con un préstamo que se espera devolver por los ingresos de las entradas, así como con donativos de personas interesadas en él.

 

Horario desde el 1 de noviembre, de lunes a sábado de 10.30 a 17 horas.

Más información en las páginas web de la Catedral y de ExpoOccidens   

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1 comentario

Geroteo de Segovia
Occidens, dijo Aizpún, muestra esas encrucijadas históricas y las elecciones que configuraron a la civilización occidental cristiana mediante la afirmación de valores como «el estado de derecho, la democracia, la búsqueda intelectual, la racionalidad crítica, la economía en libertad, los derechos humanos, la libertad de las conciencias, la solidaridad y la protección de los más débiles».
Si este no es un enmandilado, desde luego, lo parece.
Una vez más uno de nuestros más venerables recintos sagradas va a ser profanado y abusado por una exposición de nítida ideología masónica, en la que los elementos históricos son malinterpretados para escenificar la larga marcha hacia el triunfo de las revoluciones masónicas, de cuya herencia se han convertido los clérigos pamploneses en atrasados guardianes.
Y dicen que con eso van a revitalizar la catedral; como sea igual que su seminario...
Ya que tanto alardean de su Concilio, ¿Por qué no le hacen caso, cuando manda el retorno a las primitivas instituciones, en el caso del cabildo pamplonés, volver a la vida religiosa canónica, bajo la Regla de San Agustín, un superior, una disciplina, un coro de día y de noche, con una sola bolsa común, siguiendo lo practicado, enseñado y mandado por Nuestro Señor, los Apóstoles y toda la Iglesia, como el ideal de vida clerical, y que estuvo vigente en su catedral hasta que los liberalones de fines del S. XIX lo hicieron cesar?
6/11/12 9:49 PM

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