(Luis F. Pérez/InfoCatólica) El rechazo de la ley moral, según el Prefecto de la Signatura Apostólica, es responsable de la legalización de acciones intrínsecamente malas como el aborto, la investigación con células madres procedentes de embriones humanos, la eutanasia, el matrimonio entre personas del mismo sexo y la denegación de la libertad religiosa en materias de objeción de conciencia.
El cardenal ha denunciado que «desgraciadamente, este antinomianismo incrustado en la sociedad civil ha infectado la vida eclesial post-conciliar». El prelado ha explicado que «el entusiasmo que siguió al concilio, vinculado a la creación de una nueva iglesias que enseña la libertad y el amor, ha provocado una actitud de indiferencia, incluso de hostilidad hacia la disciplina en la Iglesia».
Disciplina y nueva evangelización
El purpurado ha afirmado ante el Sínodo que la nueva evangelización requiere la restauración de la disciplina y el respeto a la ley de la Iglesia. «¿Cómo seremos capaces de dar testimonio de nuestra fe en el mundo si ignoramos o rechazamos las demandas de justicia dentro de la propia Iglesia?» ha preguntado el cardenal al resto de obispos.