(VI/Luis F. Pérez/InfoCatólica) El plan prevé que en los próximos diez años, las 660 parroquias existentes se reduzcan y se acoplen como entidades más grandes, pero compuestas por «filiales» individuales para desarrollar mejos las tareas pastorales y diocesanas.
«Más comunidades locales dirigidas por laicos –explicó el cardenal– forman en su conjunto una nueva parroquia que será dirigida conjuntamente por sacerdotes y laicos con la responsabilidad final de un párroco». El cardenal Schönborn subrayó que la reforma no cancela las parroquias: «en las nuevas parroquias se podrán desarrollar comunidades más numerosas y más vivas», porque «la Iglesia debe volver a ser misionera y estar cerca de las personas en los lugares en los que viven».
El cardenal también indicó que la reforma implica un «profundo cambio de perspectiva», porque «debemos alejarnos de la idea de que la Iglesia existe solo allí en donde hay un sacerdote», para poder volver a dar «importancia al principio del sacerdocio común» de «todos los bautizados». Para hacer concreta una «coexistencia de sacerdotes y laicos con base en su vocación común de cristianos».
El Papa advierte del peligro de dar a los laicos un papel que no les corresponde
Precisamente el Papa Benedicto XVI dijo ayer mismo a un grupo de obispos franceses, a los que advirtió de la necesidad de vigilar que se respeten las diferencias entre el sacerdocio común de todos los fieles y el sacerdocio ministerial, que es el de aquellos que han sido ordenados al servicio de la comunidad. La escasez de sacerdotes no puede ser alegada como excusa para que los obispos no cumplan con esa tarea.