(La Voz de Galicia/ InfoCatólica) Hasta la fecha, era el Cabildo, con el deán a la cabeza, el que regentaba todos los aspectos de la Catedral de Santiago de Compostela, desde la organización religiosa a la económica. En los últimos años, la gestión más puramente económica, sobre todo la parte contable, fue asumida por Pedro Ceán.
Tras la desaparición del Códice Calixtino hace más de un año y la posterior localización por parte de la policía de 1,7 millones de euros en poder de Fernández Castiñeiras, el Arzobispado anunció un cambio de rumbo en la gestión catedralicia, con el objetivo de alcanzar la autosuficiencia económica.
Entre los cometidos del nuevo administrador general estarán la elaboración de estudios técnicos para la autofinanciación del templo y la creación de un estatuto regulador del funcionamiento de la catedral compostelana. Además, el administrador general deberá poner en marcha un nuevo sistema de gestión en el que se aplique la normativa que rige para el arzobispado.
Su nombramiento fue una sorpresa para una parte del cabildo de la catedral, puesto que hasta ahora los nombramientos en la catedral los realizaba el cabildo. El arzobispo, Julián Barrio, explicó ayer a los integrantes del cabildo que era necesario «reordenar, modernizar y optimizar la administración económica» para ajustarla «al modelo instaurado en toda la diócesis».
Francisco Domínguez Martínez, en la actualidad profesor en la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales en Santiago, reconoció que era el primer seglar en asumir la administración de la catedral en toda su historia. Domínguez declinó hacer declaraciones y explicó que necesitaba unos días para ponerse al día de la situación de la catedral antes de hablar de sus cometidos.