(Fides) El Patriarca asegura que necesitan «el apoyo del Papa» y confía en que su próxima visita al Líbano contribuya al fin del conflicto armado en Siria. Confiando en el espíritu del pueblo sirio, dice: «los sirios, a través de su larga historia, pueden resolver esta peligrosa crisis ayudándose mutuamente, a través del amor y el perdón. Lanzamos un llamamiento urgente para el diálogo, la reconciliación, la paz: esta es una de las lenguas más raras, que muchas personas no quieren oír. Nosotros, los cristianos, a quienes ha sido encomendado el evangelio de la paz, nos sentimos llamados a promoverla».
Analizando la nota la crisis siria, el Patriarca señala: «La mayor amenaza para Siria hoy es la anarquía, la inseguridad y la entrada de armas por muchas partes. La violencia engendra violencia, que llega a todos los ciudadanos, sin distinción de raza, religión o color político». En este contexto, «los cristianos viven los mismos peligros, pero son el eslabón más débil. Indefensos, son los más vulnerables a la explotación, a la extorsión, al secuestro, al abuso. A pesar de esto, no hay conflictos entre cristianos y musulmanes. No hay persecución, y los cristianos no son blanco de agresiones como tales, pero están entre las víctimas del caos y la falta de seguridad».
Entre los elementos negativos, según el Patriarca, «se encuentra la injerencia de elementos extranjeros, árabes y occidentales, que llevan armas, dinero e información en una única dirección. Esta interferencia es perjudicial también para la oposición y daña la unidad nacional, ya que debilita la voz de la moderación».
Sobre la actitud de las Iglesias, el Patriarca Gregorio III Laham, dice: «Las Iglesias católicas en Siria han alzado sus voces, exigiendo reformas, libertad, democracia, combatir la corrupción, ayudas al desarrollo, libertad de expresión. Hoy pedimos que se detenga el ciclo de asesinatos y destrucción, especialmente contra los civiles necesitados, de todas las religiones, que en realidad son las verdaderas víctimas. La Iglesia siempre ha rechazado el sectarismo, sin ponerse de ninguna parte, y apuntando a los valores éticos y evangélicos».
Por eso señala que hay que rechazar una cierta «campaña contra los Pastores de las Iglesias de Siria», acusados de connivencia con el régimen, reafirmando «la credibilidad, la transparencia, la lealtad y la objetividad de los Pastores que están en contacto constante con sacerdotes, monjes, religiosas y laicos». Ellos, agrega la nota, «promueven una invitación al diálogo y la reconciliación, el rechazo de la violencia. Trabajan para proteger la seguridad de los civiles en el conflicto en curso, a fin de no exponerlos al peligro, para evitar convertirse en blanco de los ataques de un lado o del otro».
El Patriarca por último ha expresado sus «muchas esperanzas en las iniciativas de la sociedad civil para fortalecer los lazos de amistad entre los sirios, que el conflicto ha destruido. Oramos por el éxito del movimiento Mussalaha, donde trabajan delegados de todas las iglesias, para lograr la unidad y el amor en los corazones de todos. Esto es lo que sienta las bases para dar soluciones efectivas al conflicto».
En este trabajo, concluye, «necesitamos el apoyo del Papa y esperamos que la próxima visita del Papa al Líbano sea una ayuda para Siria, para que el conflicto pueda cesar y el país florecer. Para ello pedimos la ayuda de todos nuestros hermanos cristianos en Oriente Medio y en todo el mundo»