(Fides) Algunos líderes religiosos locales han incitado a la multitud y ayer se lanzaron a las calles y luego entraron en las oficinas de la policía, hiriendo a unos 15 agentes. Los radicales forzaron la puerta de la celda, sacaron al prisionero, le derramaron gasolina y lo quemaron vivo. Algunos vehículos de la policía fueron incendiados en un motín que duró unas dos horas.
El incidente ha sacudido a la sociedad civil en Pakistán, sacando a la luz la difícil cuestión del abuso de la ley sobre la blasfemia. Peter Jacob, Secretario ejecutivo de la Comisión «Justicia y Paz» de la Conferencia Episcopal de Pakistán, dice a Fides: «Estamos verificando los hechos y circunstancias de un incidente tan grave y sin precedentes. Es un hecho verdaderamente execrable. La violencia ha aumentado,también la que toma la religión como excusa. Eliminar una vida humana, y más aún de forma extrajudicial, es siempre inaceptable. Nos preocupa la impunidad, la ilegalidad, la libertad de aquellos que pueden tomarse la justicia por la mano, asesinando en total impunidad. Las instituciones como el Parlamento y el Poder Judicial, deben hacer su parte. Pedimos más atención por parte del nuevo Primer Ministro, para que no baje la guardia sobre el respeto de los derechos humanos en Pakistán».
La Comisión informa a la Agencia Fides que en 2012, dos musulmanes y un cristiano fueron asesinados de forma extrajudicial con la acusación de blasfemia. Otras organizaciones no gubernamentales como «Masihi Foundation» y «Life for All», han condenado enérgicamente el incidente como «acto bárbaro e inhumano». En un comunicado enviado a la Agencia Fides, reiteran que «se abusa de la ley sobre la blasfemia», y piden a las autoridades que actúen «en contra de la anarquía y la brutalidad», porque «nadie está por encima de la ley». Las Ong piden la intervención del Presidente de la Corte Suprema de Justicia para «asegurar el estado de derecho en el país»