(Efe) En la rueda de prensa posterior a la Comisión Permanente de la CEE, el secretario general de la CEE ha valorado el fallo del Tribunal Justicia de la UE, que dictaminó el pasado año que no es posible patentar los procedimiento científicos destinados a obtener células madre que impliquen la destrucción del embrión humano, incluso si éste se encuentra en fases tempranas de su desarrollo (las denominadas células madre embrionarias).
Ha considerado que no se puede comerciar con la vida humana, principio «básico de la civilización occidental». «La vida humana es indivisible, vale tanto un enfermo como un sano, un ser humano de un día, que uno de 99 años. Si lo fragmentamos, si decimos que hasta los 14 días se puede privar la vida de un ser humano hemos perdido la base de la convivencia», ha destacado.
Ha calificado de «inaceptable» que se «destruya a un ser humano de un día, de dos o de tres» sea con la finalidad que sea porque, en su opinión, el fin no justifica los medios y el «fin bueno de buscar terapias ha hacerse por caminos adecuados».
«La Iglesia no se opone a la investigación científica, se opone al abuso de la dignidad humana en cualquier aspecto y concretamente al derecho a la vida», ha dicho Martínez Camino, quien ha indicado que hay células madre que no implican «la destrucción de vidas humanas».
Asimismo, ha añadido que la investigación «nunca» puede se hacer a costa de la dignidad del ser humano y a costa de la ética.