(Fides/InfoCatólica) La iglesia greco-católica de San Elías en Qusayr, cerca de la ciudad de Homs, fue ocupada por un grupo de milicianos de la oposición siria, que han establecido su base en ella. Según lo informado por testigos presenciales a la Agencia Fides, la mañana del 13 de junio, los hombres, probablemente radicales islámicos, irrumpieron en la iglesia, forzando la puerta, haciendo sonar las campanas y realizando gestos de en demostración de desprecio.
El grupo, en lugar de abandonar el edificio, ha acampado dentro, está allí de forma permanentemente, efectuando todas sus actividades. La Iglesia local condena el episodio, definiendo como “inaceptable tal comportamiento irrespetuoso hacia un lugar sagrado”, como han declarado a la Agencia Fides miembros de la jerarquía de la diócesis de Homs, que lanzan un llamamiento, para que el conflicto actual “no degenere en la profanación de los templos y los lugares sagrados de todas las comunidades”.
Las fuentes de Fides confirman que en la ciudad de Qusayr, al sur de Homs, hay grupos de radicales islámicos salafistas que “ tienen la intención de iniciar una guerra de religión”. Mientras tanto, los pocos cristianos que quedaban en la ciudad están abandonando Qusayr, en su mayoría personas de edad avanzada que no habían querido abandonar sus hogares.
Por lo menos mil fieles han huido en los últimos días después del ultimátum lanzado por el jefe militar de la oposición armada, Abdel Salam Harba. De los diez mil fieles que vivían en la ciudad, sólo quedaban un millar, que ahora se han visto obligados a huir a toda prisa. Algunas mezquitas de la ciudad han lanzado el mismo mensaje desde los minaretes: “los cristianos deben abandonar Qusayr en el plazo de seis días, que expiran este viernes”.
Razones del ultimátum
El ultimátum expiró el 8 de junio, y sus razones no son nada claras. Según algunas personas, sirve para evitar más sufrimiento a los fieles; otras fuentes ponen de manifiesto “la continuidad en la discriminación y la represión hacia los cristianos”. Otros sostienen que los cristianos han expresado abiertamente su lealtad al Estado y por eso el ejército de la oposición los expulsa. Ahora las familias cristianas de Qusayr han comenzado su éxodo como refugiados hacia los valles y los campos de los alrededores. Algunos se han refugiado con familiares y amigos en Damasco.
Algunas familias, muy pocas, han decidido permanecer en su ciudad natal, pero nadie sabe a qué destino se enfrentan. Las fuentes de Fides insisten en que los grupos extremistas islámicos salafistas, que están en las filas de la oposición armada, consideran a los cristianos “infieles”, confiscan sus bienes, cometen ejecuciones sumarias y son propensos a iniciar una “guerra confesional”.