(WCF) La Dra. Gádor Joya, portavoz de Derecho a Vivir, ha sido la encargada de presidir la segunda sesión plenaria de esta jornada de sábado del Congreso Mundial de Familias, que versando sobre ‘Cultura de la vida Vs. Cultura de la muerte’, ha congregado a los expertos Alveda C. King (EE.UU.), sobrina de Martin Luther King y fundadora de la Fundación King of América (Rey de América).; el Dr. Nicolás Jouvé de la Barreda, catedrático de Genética , presidente y socio fundador de la iniciativa científica Civica y promotor de la Declaración de Madrid, que suscrita por más de 2 mil científicos subraya la existencia de la vida humana desde la fecundación, que debe ser protegida desde ese instante hasta la muerte natural; y el P. Jaroslaw Szymczak, sacerdote católico polaco, capellán del WCF, miembro del Instituto Sagrada Familia y experto asesor en matrimonio, familia y problemas de fertilidad.
En su intervención, Alveda C. King ha recordado los arduos tiempos de predicación en defensa de los derechos civiles de su padre y de su tío, que llevaron a la muerte.
“La cultura de la muerte se basa en las mismas mentiras que sustentaban la segregación y discriminación racial en Estados Unidos, que llevan a valorar unas vidas y despreciar otras. Entonces se sostenía la opresión y violencia racial indicando que algunos eran menos humanos que otros en función de su color de piel, y ello justificaba la violencia de los linchamientos, apaleamientos, arrojo a los perros… de los que yo mima fui testigo; Hoy son otros los mártires violentados y oprimidos, pero justificándose en la misma falsedad de que unos seres humanos son superiores a otros”.
Es por ello, añadía la activista, por lo que la falsaria cultura de la muerte se niega en banda ante la verdad:
Antes y ahora la cultura de la muerte intenta que sus víctimas no sean visibles. Hasta que no se lograron proteger y difundir las primeras fotos de violencia racial en Estados Unidos y mostrar esa realidad, se negaba lo que estaba ocurriendo: el ver la realidad hizo a la gente reaccionar; ahora, vemos como los promotores del aborto se cierran en banda, por ejemplo, a que se muestren ecografías a la mujer embarazada antes de abortar. Como ocurrió con la cuestión racial. América no rechazará el aborto hasta que lo vea. La industria de la muerte lo sabe y por eso trata de ocultar la trágica e inhumana realidad del aborto, escondiendo su negocio sin escrúpulos de forma farisea con un lenguaje mentiroso y manipulador que habla de los derechos humanos y de la salud de la mujer”.
Y denunciaba:
“El aborto legal ha hecho en EEUU lo que el Ku-Klux-Klan no logró ni soñar alcanzar: el exterminio desde 1962 de 14 millones de niños afroamericanos, un tercio de la población negra actual. También yo, así casi 40 años, y tras dos abortos, llegué a creerme las mentiras que me contaron sobre que aquello que crecía en mi vientre no era un bebé sino un trozo de carne sin vida; o que el aborto vendría a paliar la violencia o el sufrimiento de los niños: pero yo nunca he visto un niño no deseado que luego deseara haber sido abortado. Yo fui perpetradora del aborto y seguí siéndolo, hasta que Dios cambió todo eso. Y le doy las gracias al Señor por toda esa gente que, con sus campañas, nos iluminan. El aborto hace daño al bebé, a la mujer, a las naciones, y mata el futuro”.
Recordando a su tío Martin Luther King, quien desde la cárcel seguía predicando que “si la injusticia se instala en un lugar del mundo, es todo el mundo el que está amenazado”, la activista próvida exhortaba a todos a compartir sin froteras la apasionante batalla en defensa de la vida, sabiéndonos vencedores: “la cultura de la muerte no tiene futuro. Puede poseer el dinero y medios, pero nosotros tenemos la verdad en Jesús. Es el momento de defender esa verdad del amor, que nunca falla”.
Nicolás Jouvé: legisladores e ideología
El catedrático de Genérica y presidente de Civica partía de describir el preocupante panorama legal. Dos tercios de la población mundial vive en países donde se permite el aborto en diferentes supuestos, e incluso se llega a considerar, como ocurre en España desde la Ley Aído, como un “derecho humano de la mujer”. Sólo el 3% de la población mundial vive en lugares donde se blinda legalmente el derecho a la vida frente al aborto.
“¿Qué mueve a los legisladores a atentar contra lo que hasta hace pocas décadas era un principio universal y básico, el del respeto y la protección de la vida humana desde la fecundación? ¿Por qué la ONU, que en su Convención de Derechos Humanos, reconoce este principio acaba convertida en promotora del aborto?” planteaba Jouvé. La respuesta se encuentra en la confluencia de dos factores:
“uno de orden socioeconómico, relacionado con el control de la población y la tesis del XIX de la falta de recursos para sostener a la población mundial, que se ha demostrado falsa ya que, como muestra la FAO, el problema es de distribución de recursos, no de falta de estos; y, por otra parte, el factor ideológico a raíz de las tesis de la ideología de género y feminista, que llegan a considerar el aborto como un derecho de la mujer e incluso parte de su salud, pero ignorando las graves consecuencias que provoca en ella de por vida”.
Subrayando “el valor de la persona al final de la vida”, Gordon Macdonald (Reino Unido) detalló a los presentes las iniciativas de su asociación, la escocesa Care not Killing (Cuidar, no matar). “Detrás de la eutanasia o del llamado suicidio asistido no está más que la ideología que carga contra los valores y el deseo de controlar la propia muerte nacido del miedo al sufrimiento, a ser una carga o a perder la propia autonomía”
Por su parte, el P. Szymczak se centró en el problema de la infertilidad y en defender la dignidad y la vida humana, denunciando la manipulación y la destrucción de embriones a través de la fecundación in vitro (FIV):
“la infertilidad es un facto de sufrimiento en la pareja, pero hay alternativas éticas, como la naproteconología, que desde la ciencia ofrecen resultados; con la FIV, quien entra con un problema de fertilidad sale con él, no se soluciona. Debemos primar a la persona sobre la cosa; al •ser” sobre el “tener”; a la misericordia sobre la justicia, y a la ética sobre la tecnología”.
En la presentación de este plenario, Gádor Joya ha festejado la celebración de este WCF en España, “todo un espaldarazo mundial al despertar de la sociedad española frente al aborto y las otras manifestaciones de la cultura de la muerte”. La portavoz de DAV destacaba que
“Hemos sufrido ataques muy duros en estos últimos años contra la familia y la vida humana, pero hemos reaccionado y ahora estamos llenos de esperanza, porque es palpable que estamos ganando esta batalla en la que no daremos marcha atrás: ellos tienen la mentira que sólo se apoya en su ideología; nosotros tenemos los medios, las ganas, los argumentos y, sobre todo, nos asiste la verdad. Nuestros gobernantes deben ser conscientes de que la familia y la Vida son la mejor inversión para el país que dirigen”,