(Efe) Mons. Uriarte señaló que en este momento no hay un acuerdo sobre quiénes son las víctimas de todos estos años de terrorismo y ha indicado que, para identificarlas, no habría que atender "a la causa defendida", sino "al sufrimiento hondo padecido en esta confrontación" como consecuencia de la violencia de ETA, los GAL y otros grupos y de los "excesos policiales".
El obispo emérito advirtió de que no se debe incurrir "en un concepto excluyente" de las víctimas ni tampoco "en una consideración indiferenciada" de todas ellas, porque las ha habido "inocentes" y otras que han sido "agresoras y agredidas". Ha añadido que "toda clase de víctimas tienen derecho a que se haga justicia", que esta se aplique "en la misma proporción a todos los delitos".
Cree que, de esta forma, "la justicia también sale favorecida del espíritu de la reconciliación" porque le "ayuda a no ser excesivamente estricta y rígida", a no convertirse "en una fría máquina" que reclama que "la deuda sea saldada hasta el último ápice".
Pasado, presente y futuro
Mons. Uriarte ha asegurado que para avanzar en la reconciliación es preciso salir de la "relación destructiva" para "reparar el pasado, edificar el presente y preparar el futuro". Entiende que para "reparar el pasado" hay que cambiar "la óptica" y admitir que "ni la causa política ni la razón de Estado poseen el valor absoluto para imponerse a la vida y a la dignidad de la persona".
Para "edificar el presente", ha dicho que tiene que darse una "decisión firme de no volver a incurrir, ni por acción ni omisión, en una relación destructiva", que ETA no vuelva a las armas y que se garantice "una política penitenciaria más justa y más humana".
La "preparación del futuro" debe asentarse, según el predecesor de Mons. José Ignacio Munilla, en "medidas que blinden el 'nunca más'", con una "aceptación compartida de la metodología" a seguir sobre "víctimas, exiliados y presos", y con la colaboración de las instituciones educativas, legisladoras y judiciales.
Mons. Uriarte ha subrayado que "la verdad suelen ser una de las víctimas de las confrontaciones violentas". En este sentido, se ha referido, por un lado, a las interpretaciones "sectarias" de ETA, que "no resisten la ética", y por otro, al "déficit" que se ha producido ante "injusticias que no han existido porque no existen jurídicamente, ya que no quieren que existan, como en el caso de la tortura".
Riguroso relato que recoja la verdad
"Enterrar los hechos del pasado en el olvido hace imposible la reconciliación. Es necesario un riguroso relato del pasado. El acuerdo de los expertos al respecto es total. Son necesarios informes que recojan la verdad. Hay expertos que aconsejan que lo hagan instituciones respetadas por su competencia e imparcialidad", ha manifestado.
El prelado ha destacado el papel "activo" que pueden ejercer las víctimas a favor de la reconciliación y ha afirmado que suelen ser estas las que se "adelantan" a los agresores, y más en el caso de las mujeres, "embajadoras por antonomasia de la reconciliación".