(InfoCatólica/RD) Quien fuera vicario general de la diócesis de San Sebastián durante el pontificado de Mons. Setién, aborda en la entrevista concecida a José Manuel Vidal la cuestión del terrorismo etarra y el posible fin definitivo de la violencia.
Pagola asegura que "hemos sufrido tanto que no podemos volver a caer de nuevo en un horror parecido. Nos hemos visto frustrados tantas veces, que no podemos sino trabajar con todas nuestras fuerzas por conseguir una convivencia digna, más sana, más dialogante".
El sacerdote vasco, cree necesario "crear un clima en el que, dejando a un lado ideologías fanáticas y partidismos viscerales, aprendamos a sentir mucho más el sufrimiento ajeno".
Abandono del Concilio
Preguntado por la situación de la Iglesia en España, Pagola opinar que "el abandono del Concilio es uno de los hechos más deplorables en la Iglesia actual" a la vez que advierte que "no hay que pensar en un nuevo Concilio ni esperar el liderazgo de un Papa renovador".
Al ser cuestionado sobre si el cardenal Rouco capitanea un intento de cambiar la línea pastoral de la Iglesia en el País Vasco, el teólogo responde que "el cambio drástico de orientación pastoral no es un episodio de las diócesis vascas. Está sucediendo en bastantes diócesis de España, de Europa y Latinoamérica". Dicho cambio consistiría en la "designación de obispos de perfil no conciliar, consignas muy precisas de actuación pastoral, marginación de las generaciones de presbíteros del Concilio, imposición de un estilo de gobierno más autoritario, debilitamiento de los Consejos Presbiterales, impulso de prácticas preconciliares..."
"Lo mejor que me ha podido ocurrir al final de mi vida"
Ante la pregunta sobre el cuestionamiento por parte del Magisterio de la ortodoxia de algunas de sus obras, el teólogo dice haberse dado cuenta de que "es lo mejor que me ha podido ocurrrir al final de mi vida. Estos conflictos me están llevando a un contacto más vital con Jesús, pues me obligan a vivir mi fe con más verdad y de manera más desnuda".
Ante el empuje de los nuevos movimientos que son fieles al Concilio y que dejan a un lado las estrategias pastorales y teológicas de los responsables de la secularización interna que ha sufrido la Iglesia durante décadas, el teólogo guipuzcoano reconoce que "en ambientes que yo conozco, percibo un clima complejo de desconcierto, pena, decepción, orfandad, cansancio. Hay comunidades y grupos cristianos que se sienten marginados o suplantados, en su propia parroquia, por otros grupos y movimientos. Se sienten perdedores. Saben que les toca sufrir, sin que apenas nadie escuche su sufrimiento".