(EP/InfoCatólica) En la eucaristía, Mons. Francisco Pérez, que ha tenido en sus peticiones a los empresarios, para que "sean generadores de puestos de trabajo y tiendan la mano a aquellos que están postrados al borde del camino", ha defendido que "la fe es un regalo que hemos recibido de Dios y no la podemos ocultar como si fuera algo extraño a nuestra realidad humana". Al contrario, ha añadido, "la fe hemos de ponerla encima del celemín para que los demás vean".
"En el momento actual manifestar que somos cristianos nos resulta costoso y nos pueden hasta ridiculizar e incluso perseguir. No podemos caer en la tentación de la cobardía y menos en pensar que el creyente es un parásito de la sociedad. A veces se nos quiere convencer de que esto es así y no es cierto", ha insistido.
En este sentido, el arzobispo ha insistido en que "la luz de la fe hace posible que la sociedad encuentre su verdadera identidad". Según ha defendido, "no son las promesas temporales las que colman el corazón del ser humano, son las promesas eternas que Jesucristo nos ha traído las que hacen posible que podamos exultar de alegría y de felicidad siempre".
"Vivimos en una época en la que el pesimismo se ha convertido en lo normal y el motivo es porque miramos mucho hacia abajo y poco hacia arriba. Estamos llamados a vivir en plenitud y quien garantiza esta realidad de perfección es Jesucristo", ha destacado.
El prelado ha exhortado a los miles de peregrinos a "hacer más espacio en nuestra vida a Dios" y ha señalado que "quien pretenda marginar a Dios poco a poco perderá su propia identidad". Así, ha propuesto a los asistentes a la misa que participen "en familia, todos juntos, en la misa dominical".
Dar y compartir
Por otro lado, el arzobispo ha señalado que "todos buscamos milagros en nuestra vida: el milagro de la salud, el milagro del bienestar". Según ha destacado, "la sociedad de bienestar va a desaparecer porque va a venir otra mucho más importante, la sociedad del dar y del compartir, del convivir, la sociedad de la fraternidad".
Además, ha continuado, "buscamos el milagro de la fortuna, o el milagro de las buenas notas", que, "son deseos justos y buenos, pero no suficientes porque el milagro fundamental es creer y quien cree tiene confianza en Dios y en su providencia". "La fe compromete, enardece el corazón y muestra la meta a la que hay que llegar con entereza y entrega", ha concluido.