(Agencias/InfoCatólica) «EpC ha estado acompañada desde su nacimiento por la polémica y que ha creado una seria división en la sociedad y el mundo educativo», ha afirmado el ministro. Para Wert, el planteamiento de la materia aprobada por el Gobierno socialista iba "más allá de lo que debería corresponder a una verdadera formación cívica conforme a las directrices formuladas por el Consejo de Europa".
Por ello, el titular de Educación propone una nueva asignatura que proporcione a los alumnos el conocimiento de la Constitución Española "como norma suprema que rige nuestra convivencia, la comprensión de sus valores, de las reglas del juego mediante las que se conforma una sociedad democrática y pluralista, así como la historia de la Unión Europea de la que España forma parte".
Según ha indicado el ministro, esta es una materia "relevante" porque tiene como objetivo la formación de ciudadanos "libres y responsables con capacidad de ser sujetos activos". "Sin duda, esta Educación Cívica y Constitucional servirá a tal fin y ni a ningún otro", ha señalado.
La asignatura se estudia actualmente en 2º o 3º de ESO (según las CCAA), en 4º de ESO y en 1º de Bachillerato. Habida cuenta de que el Ejecutivo va a suprimir 4º de ESO y a remodelar 1º de Bachillerato, es obvio que la asignatura puede quedar diluida en la propia reforma estructural, máxime cuando también se espera una modificación de los reales decretos sobre el contenido de las asignaturas, en aras de una mayor concreción.
Pruebas para evaluar la calidad de la enseñanza en los centros
Wert también ha anunciado el retorno de la "cultura de la evaluación". Tras recordar que el informe PISA "nos hizo enfrentarnos a la dura realidad" del estado de la Educación en España, ha dicho que entre sus consejos estaba fomentar la autonomía de los centros. Y eso es lo que abordará el Gobierno. "Queremos impulsar la autonomía de los centros", con un "incremento en la rendición de cuentas" y el fomento de "la competencia de los directivos".
Se fijarán "estándares" y "conocimientos mínimos que deben alcanzar todos los alumnos" y se implantarán "pruebas externas parecidas a las de PISA pero extendidos a todo el alumnado", ha explicado.
"Hay que conocer las debilidades y fortalezas de la Educación española, qué es lo que hay que cambiar y qué es lo que funciona". Las pruebas, ha dicho, "servirán para premiar a los que más se hayan esforzado" y se derivarán "incentivos positivos para los centros, nunca negativos".