(EP) Así, según ha recordado el obispo, cuando en los años 50 Ricardo Delgado Vizcaino, padre del actual presidente de Covap, puso en marcha la mencionada cooperativa, "no podía imaginar hasta dónde estaba ideando una iniciativa de progreso para Pozoblanco y su entorno. En 1959 eran ya 300 socios. Hoy son más de 15.000 socios en esta cooperativa, que ha revalorizado el trabajo rural y que, a pesar de los bajos precios, se ha convertido en motor de la economía de toda esa zona. Una facturación anual de 300 millones de euros. Una de las más potentes industrias de toda Andalucía y una de las más ejemplares empresas del territorio español. La cooperativa es una muestra de agricultura sostenible y multifuncional, y representa un modelo de reforma agraria con todo un plan de desarrollo rural".
A juicio de Mons. Fernández, "iniciativas como ésta solo pueden proceder de una visión cristiana de la vida, del trabajo y de los negocios. Las claves del éxito están en la honestidad, en el esfuerzo y en la austeridad. En esta iniciativa estamos lejos de las tesis marxistas-socialistas, que han paralizado el progreso en tantos lugares del mundo (países satélites de la URSS, Cuba, Alemania Democrática, etcétera) y lejos de las tesis capitalistas, que han generado el enriquecimiento de unos pocos, dejando en la estacada a los pequeños productores".
En una iniciativa como ésta, según ha insistido el obispo, "estamos ante un planteamiento de la doctrina social de la Iglesia, la que brota del Evangelio, llevada al ámbito del trabajo, la producción, la comercialización de los productos y su consiguiente revalorización, situando siempre en el centro de la cuestión social a la persona antes que el producto de su trabajo".
De hecho, según el argumento de don Demetrio, "si los fundadores de esta cooperativa hubieran pensado solo en su provecho particular, no hubieran dado el paso de poner en común sus beneficios, con el sacrificio de tener que invertir en nuevas instalaciones en lugar de recibir el rédito inmediato de sus fatigas. Ese sacrificio ha producido su fruto y ha marcado un estilo".
En la raíz de todo ello, según ha subrayado el obispo, "está un hombre católico a carta cabal, que alimentaba cada día su fe en la misa temprana junto a Nuestro Padre Jesús Nazareno de Pozoblanco, que en unos ejercicios espirituales en Córdoba descubrió que los talentos recibidos (la inteligencia, la imaginación e incluso los dineros) habían de ser puestos al servicio de un bien de interés general, que después repercutiría en el interés particular de cada cooperativista".
En la actualidad y durante una reciente visita pastoral a la comarca de los Pedroches, el obispo ha podido constatar en Covap "que la fe no es algo reducido a la intimidad de la conciencia o algo que queda encerrado en la sacristía, sino que tiene una expresión en la vida social, económica e incluso política. Es decir, la fe y la visión de la vida que de ahí se deriva tiene una proyección social en beneficio del hombre y de la convivencia. La fe no es algo que paraliza el progreso integral de las personas, sino que lo promueve, poniendo a Dios en el centro de la vida y llevando con coherencia y honradez esa visión cristiana al mundo del trabajo, donde la persona se expresa y se realiza".