(Agencias/InfoCatólica) El cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, ha presidido hoy la tradicional misa del día de la patrona de la capital en la Plaza Mayor de Madrid, en la que se han congregado miles de personas que la han llenado a pesar del frío y del día nublado. Con motivo de la celebración del primer centenario de la cripta de la catedral de Santa María la Real de la Almudena, el Papa Benedicto XVI ha concedido un Año Jubilar con indulgencia plenaria, que concluirá el próximo 31 de diciembre.
En su homilía, el cardenal ha agradecido a la Virgen de la Almudena la celebración en Madrid de la Jornada Mundial de la Juventud y ha recordado
“la especial protección y cercanía maternal con la que ha acompañado desde tiempo inmemorial a los hijos e hijas de Madrid; sin fallarles nunca, ni en los tiempos y horas de bonanza, ni en los momentos y en la coyunturas más difíciles y dramáticas. Esa es la experiencia de los madrileños de todos los tiempos: de cada madrileño y de sus familias; pero, también, de la propia ciudad y del pueblo de Madrid. En los momentos más cruciales de su historia allí ha estado Ella ofreciendo y asegurando su amparo maternal”.
La JMJ y la presencia de Dios en la sociedad
El arzobispo de Madrid ha explicado que el último de los grandes favores que ha concedido Santa María la Real de la Almudena ha sido la celebración en la capital de la JMJ, en la que miles de jóvenes constituyeron “un testimonio excelente de la verdad de Jesucristo con una fuerza de convicción y de conversión extraordinaria”.
“En esos días, Madrid se presentó al mundo como la capital de la esperanza”, ha explicado el cardenal, que ha relatado que los jóvenes encontraron respuestas para el futuro y demostraron que “las crisis podían ser vencidas como puede ser vencido el pecado”.
El cardenal ha destacado los frutos que ha dejado la JMJ “en el bien de la iglesia y de la sociedad”. “Los jóvenes de la JMJ 2011 nos han dejado una lección inolvidable de cómo vivir y cómo afrontar positivamente el futuro, afirmando la presencia de Dios en la propia intimidad y en los ámbitos de la cultura y de la sociedad”, ha añadido.
Finalizada la misa ha comenzado la tradicional procesión de la Virgen por las calles de la Sal, Postas, Esparteros, Mayor, Puerta el Sol, Travesía del Arenal, Mayor, Bailén y Plaza de la Almudena.
Concelebrantes y asistentes
Con el cardenal han concelebrado los obispos auxiliares de Madrid Mons. César Franco, Mons. Fidel Herráez y Mons. Juan Antonio Martínez Camino; el cardenal arzobispo emérito castrense, Mons. José Manuel Estepa; el arzobispo castrense, Mons. Juan del Río; el Nuncio de Su Santidad en España, Mons. Renzo Fratini y los Obispos de Getafe, Mons. Joaquín Mª López de Andújar, y Alcalá de Henares, Mons. Juan Antonio Reig Plá. También han concelebrado el Deán de la Catedral, Mons. Antonio Astillero, el Vicario General de la diócesis, D. Joaquín Iniesta y los miembros del Cabildo de la Catedral, así como los vicarios episcopales de la diócesis de Madrid, los rectores de los seminarios Conciliar y Redemptoris Mater, y numerosos sacerdotes.
A la misa han asistido el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, que ha renovado el Voto de la Villa, así como la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, y el vicepresidente regional Ignacio González.