(La Voz Libre/InfoCatólica) Como cada año, durante su recorrido hasta la iglesia recibió abucheos y gritos de “facha” o “franquista”, pero también algunos aplausos.
Comenzada la eucaristía y sentada en una de las últimas filas, un señor que Carmen identifica como algún miembro de la organización se dirige a ella:
- Señora, usted no puede estar en la Iglesia con esa bandera
- ¿Por qué? ¿Quien lo dice?
- Son órdenes del Obispo
- ¿Quiere decir que me echa de la iglesia?
- No, yo no le echo a usted, sino a la bandera.
En ese momento, Carmen, según confiesa, sorprendida e impotente, abandona la parroquia, haciéndole saber antes a ese señor que se encargaría de que lo que acababa de vivir se hiciera público. “Mi fe y mi educación me impidieron montar un escándalo y por eso me fui sin más. Después, de camino a casa se me saltaban las lágrimas de la impotencia”, señala.
“Estaba preparada para recibir insultos por la calle, pero no para que me echaran de la iglesia. Como soy católica, no fanática, no impongo mis creencias ni valores a nadie, me he llevado un disgusto morrocotudo. Parece ser que la bandera española es un escándalo y una provocación”, añade Carmen Leal, que nunca olvidará el episodio vivido este 12 de octubre.