(Efe) Según el obispo emérito, a las víctimas “les corresponde en justicia“ que “toda la sociedad, sus gobernantes y cada uno de sus ciudadanos“ reconozcan “explícitamente el daño que han padecido” y que ese daño sea “reparado o enmendado“.
“Las víctimas tienen derecho a que se les haga justicia porque la impunidad desacredita el orden moral y legal y ello invita a nuevas transgresiones“, ha sostenido Uriarte y ha recalcado que a las víctimas “no les corresponde, sin embargo“, decidir sobre la pacificación o sobre política penitenciaria.
El obispo emérito ha advertido de que “una reconciliación que no reparara a las víctimas estaría viciada de raíz“ y ha instado a considerar a las víctimas desde un “criterio inclusivo“.
En este sentido, ha recalcado que “no todas las víctimas mortales han sido provocadas por ETA, sino también por el GAL, el Batallón Vasco Español y otros grupos menos conocidos“.
Víctimas agresores y agredidos
“Hay víctimas inocentes y otras que no lo son. Hay víctimas que han sido a la vez agresores y agredidos. Todas ellas requieren nuestra atención, que ha de ser diferencia según estas circunstancias“, ha expuesto. Uriarte ha advertido de que la reconciliación es “necesaria para una pacificación verdadera y completa“ y ha alertado de que hay personas que sienten “rechazo“ ante la reconciliación.
Así, algunas víctimas “tienden, en ocasiones, a considerar la reconciliación como una infidelidad“ a sus familiares fallecidos y “no son escasos quienes ven en la reconciliación una imposición humillante y obligatoria“. “Bastantes víctimas experimentan una poderosa resistencia a perdonar a sus agresores y, además, en estos agresores subyace un rechazo a pedir perdón“, ha lamentado el obispo emérito.
La reconociliación no es contraria a la justicia
Sin embargo, Mons. Uriarte ha subrayado que la reconciliación “no sacrifica la justicia“ y no consiste “en que los enemigos de ayer se conviertan en amigos“, ni tampoco “en el olvido de las injusticias y el sufrimiento infligido“. “Reparar el pasado no es olvidarlo, sino mirarlo de otra manera“ ha sostenido Uriarte y ha añadido que esa nueva “mirada“ debe implicar el reconocimiento del “sufrimiento de los otros“.
Ha explicado que la reconciliación debe asentarse sobre “sólidos criterios éticos compartidos“, como “la primacía de la vida, la integridad y la dignidad inviolable de la persona humana por encima de todas las causas patrióticas y razones de Estado“.
Uriarte ha considerado que en Euskadi “el largo y tortuoso proceso hacia la paz ha llegado a un punto de no retorno“, aunque aun “faltan pasos importantes“, por lo que ha pedido a ETA que anuncie el cese definitivo de la violencia y al Gobierno, una política penitenciaria “más justa y humano“.