(ACI) “Cuando éramos pequeños íbamos a su casa y sencillamente pasábamos el rato con el abuelo, jugábamos y nos divertíamos. Una imagen muy diferente de la que tenía la mayoría de la gente de él”, explica el P. Muñoz.
El sacerdote, actualmente residente en California, recordó que la primera esposa del actor –y su abuela- Josefina Wayne Sáez –de origen dominicano– , fue la herramienta principal de Dios para evangelizar a la estrella del cine. Josefina “tuvo una maravillosa influencia sobre la vida de mi abuelo, y lo introdujo en el mundo católico”, afirmó.
Mi abuelo “estaba involucrado constantemente en los eventos de la Iglesia y en la recaudación de fondos que arrastraba siempre mi abuela, y después de un tiempo, notó que la visión común y lo que los católicos son en realidad, lo que conoció con su propia experiencia, eran dos cosas muy diferentes”.
La influencia de su primera esposa
John Wayne se casó con Josefina Sáez en el año 1933. Tuvieron cuatro hijos, la menor de ellos, Melinda, es la madre del Padre Muñoz. John se divorció de Josefina años más tarde y por su fe católica, la joven decidió no volver a casarse hasta la muerte de su ex marido, por cuya conversión rezó siempre al Señor.
El Padre Muñoz tenía 14 años de edad cuando su abuelo murió de cáncer en 1978. Siempre recuerda que Wayne tuvo un gran aprecio por las enseñanzas cristianas. “Desde temprana edad –mi abuelo- tuvo un buen sentido de lo correcto y lo que está mal. Se crió con mucho de los principios cristianos y una especie de ‘fe bíblica’ que, creo, tuvo un fuerte impacto sobre él”, agregó.
El arzobispo de Panamá
Según explica Padre Muñoz, en la conversión de Wayne jugó un papel clave el Arzobispo de Panamá, Mons. Tomas Clavel, con quien compartía una estrecha amistad. Fue él quien “siguió animando a mi abuelo, hasta que al final le dijo ‘de acuerdo, estoy preparado’; deseaba ser bautizado y convertirse en católico”. Para nosotros “fue maravilloso verlo alcanzar la fe y dejar ese testimonio a nuestra familia”.
Wayne escribía cartas dirigidas a Dios. “Escribió hermosas cartas de amor a Dios, eran como oraciones. Muy sencillas, pero también muy profundas al mismo tiempo. A veces esa sencillez era vista como ingenuidad pero yo creo que había una profunda sabiduría en su sencillez”, afirmó.
El P. Muñoz recordó que tras su conversión, John Wayne siempre mostró un cierto grado de pesar por no abrazar antes el catolicismo, “fue uno de los sentimientos que expresó antes de morir”. “Mi abuelo era un luchador” y si viviera “habría un montón de cosas que le harían estar decepcionado y triste. Pero no creo que perdiera la esperanza. Creo que comprendería este momento actual como un momento de fe. La gente está en crisis y está buscando algo con más sentido, más real, indicó.
A Wayne le preocupaba mucho la falta de valores en Hollywood pero no se desanimaba. “Creo que animaría a la gente a involucrarse. A que no se escondan en sus caparazones y no estén a la defensiva como en Hollywood. Que se involucren y que sean herramientas para el bien. Él haría eso, tal y como hizo en su tiempo”, concluyó.