La Eucaristía, salud de la Iglesia y del mundo

Desgraciadamente, a pesar de las medidas correctoras de la Santa Sede, sobre todo del bienaventurado papa Pablo VI y del santo papa Juan Pablo II, la situación continuó; al mismo tiempo, hemos asistido a una pérdida dramática de la Fe en la Eucaristía y a un declive asombroso de la asistencia a la Misa dominical

El don más grande de Dios

Los más bellos recuerdos de juventud sobre mi educación en la fe y las costumbres católicas, tanto en casa, como en las escuelas católicas o más tarde en el pequeño seminario, están todos asociados a la Misa dominical y a la devoción eucarística; pero también a la devoción al Sagrado Corazón de Jesús, que es su prolongación. Este divino Corazón ha sido entronizado tanto en mi casa, como en las escuelas católicas y en el pequeño seminario. Sin embargo, que yo recuerde, nunca he dudado de que el don más grande de Dios hacia mí, mi familia y la Iglesia entera sea el santo sacrificio de la Misa y su incomparable fruto: el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo. Efectivamente, es el mismo Jesús el que, sentado en el cielo a la derecha de Dios Padre, desciende para hacer presente el Sacrificio del Calvario sobre los altares de nuestras iglesias y capillas, dispersas por todas las regiones del mundo.

Esta maravilla del misterio eucarístico, misterio de nuestra Fe, está íntimamente unido al acceso periódico al sacramento de la Penitencia, disponiéndonos siempre cada vez mejor a recibir a Nuestro Señor, el Pan del Cielo. Maravillándome totalmente de la presencia real del Señor, he acrecentado mi amor por Él y mi deseo de permanecer siempre cerca de Él y de gustarle en todas las cosas. Una ocasión particular de esta intimidad eucarística se me presentó a los diez años, cuando llegué a ser monaguillo, asistiendo al sacerdote en la celebración de la Santa Misa y en los demás ritos sagrados. La oportunidad de ver más de cerca toda la exquisita belleza de la celebración de la Misa y en particular, el ministerio irreemplazable del sacerdote que ofrece el Sacrificio, ha sido una gracia de la que aún hoy estoy muy agradecido.

La belleza de la sagrada liturgia

Los edificios de las iglesias, sus muebles, los altares, los lienzos sacros, los cálices, las patenas, los copones, las custodias, los vasos sagrados y los ornamentos, lo mismo que el canto gregoriano y la polifonía que se cantaba en las grandes fiestas a lo largo del año, y sobre todo, los ritos litúrgicos en sí mismos que están articulados con tal refinamiento, en una palabra, todo este conjunto nos hacía percibir la realidad subyacente: el encuentro entre el cielo y la tierra que es la sustancia de la sagrada Liturgia. Procedo de una región rural de un estado de los Estados Unidos, caracterizado por las pequeñas explotaciones agrícolas, y he crecido en una granja. Sin embargo, la belleza de la sagrada Liturgia, conservada por la Iglesia en todo el mundo, llegó también a mi región, y los fieles hacían los sacrificios que hiciesen falta para salvaguardar y promover el don más hermoso de Dios hacia nosotros. Recuerdo que, ya en mi infancia, tenía un sentimiento de esta realidad tan grande, que me ha acompañado durante toda mi vida, a la vez que buscaba profundizar mi conocimiento y acrecentar mi amor al Señor eucarístico.

Durante mis últimos años de colegio y al inicio de mis estudios universitarios, que estuvieron siempre enmarcados por el seminario, todo esto que acabo de relatar sufrió un cambio radical en mi país. A pesar del hecho de que yo no tenía más que diecisiete o dieciocho años, quedé profundamente marcado por ello. Las iglesias fueron reorganizadas y se quitaron las cosas más preciosas, especialmente los altares principales que habitualmente, en esta lejana región, habían sido traídos de Europa o habían sido construidos por artistas europeos. Ya no existía la atención cuidadosa por los lienzos sagrados, los vasos y los ornamentos, mientras que el canto gregoriano y la polifonía sagrada eran abandonados en favor de músicas modernas, mediocres y a menudo banales. El latín no se intentaba enseñar apenas o nunca, y las traducciones inglesas de los textos litúrgicos utilizaban un lenguaje ordinario y poco elevado. La cosa más chocante fue el cambio radical del rito de la Misa, reduciendo muchísimo su expresión y significado. Esta situación se agravó por los experimentos litúrgicos aparentemente interminables y que a veces me han dejado la impresión de no haber asistido realmente a la Santa Misa.

Los efectos desastrosos de la crisis

Desgraciadamente, a pesar de las medidas correctoras de la Santa Sede, sobre todo del bienaventurado papa Pablo VI y del santo papa Juan Pablo II, la situación continuó; al mismo tiempo, hemos asistido a una pérdida dramática de la Fe en la Eucaristía y a un declive asombroso de la asistencia a la Misa dominical. Toda la destrucción de la belleza litúrgica ha venido justificada en nombre del así dicho «espíritu del Concilio Vaticano II», incluso si, en realidad, esas cosas no tenían nada que ver con la verdadera reforma deseada por los Padres Conciliares. A decir verdad, había ahí una manifestación devastadora de una cierta interpretación del Concilio Vaticano II, en discontinuidad con toda la tradición ininterrumpida de la doctrina y de la disciplina de la Iglesia. El papa Benedicto XVI, ha descrito este fenómeno en la Felicitación de Navidad del 2005 al Colegio de Cardenales y a la Curia Romana.

Durante los dos últimos años de su pontificado, el santo papa Juan Pablo II asumió un esfuerzo intenso y profundo para corregir, de una manera comprehensiva, los abusos litúrgicos, y por restaurar la sagrada Liturgia según la intención de los Padres Conciliares. El papa Benedicto XVI ha continuado la reforma litúrgica del papa Juan Pablo II, muerto antes del Sínodo de los Obispos sobre la Sagrada Eucaristía que él había convocado para el mes de octubre de 2005. Las principales obras del santo papa Juan Pablo II que miraban a esta reforma son: su carta encíclica Ecclesia de Eucharistia del Jueves Santo de 2003 y la instrucción Redemptionis Sacramentum de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos de abril de 2004, ya anunciada por el santo Pontífice en su encíclica. Las principales obras del papa Benedicto XVI son: la exhortación apostólica post-sinodal Sacramentum Caritatis de febrero de 2007. Seguida por la carta apostólica en forma Motu Proprio Summorum Pontificum de julio de 2007 con la instrucción correspondiente de la Comisión Pontificia «Ecclesia Dei» de abril de 2011 sobre la puesta en marcha y la aplicación de dicho Motu Proprio.

Como obispo de La Crosse, después arzobispo de Saint Louis, he encontrado una guía segura y una ayuda extraordinaria en el magisterio del santo papa Juan Pablo II y en el papa Benedicto XVI. He querido presentar cuidadosamente a los fieles confiados a mi cuidado pastoral sus enseñanzas más importantes. He tratado de hacerlo a través del periódico diocesano, en el que he comentado durante dos años los textos completos de la carta encíclica Ecclesia de Eucharistia y de la exhortación apostólica post-sinodal Sacramentum Caritatis. Después, animado por diversos sacerdotes y por otros tantos fieles, he revisado el texto de los artículos con la ayuda de mi secretaria la hermana M. Regina y del sacerdote Michael Houser. El resultado ha sido el volumen que ahora ha sido traducido y publicado en francés. El señor Thomas Mckenna de la «Catholic Action for Faith and the Family», asociación dedicada a la nueva evangelización, ha garantizado su publicación en los Estados Unidos y ha cooperado con el señor Benoît Mancheron y la casa editorial Via Romana para la edición francesa y también con otras editoriales para las publicaciones en croata, alemán, italiano, polaco y portugués. Doy gracias al Buen Dios porque este libro sea un bien espiritual para muchos lectores.

La continuidad orgánica de la sagrada Liturgia

Quiero concluir mi reflexión manifestando la esperanza de que lo que he escrito, inspirado por la continuidad orgánica de la sagrada Liturgia a lo largo de tantos siglos de cristiandad, pueda ayudar al lector a apreciar la bondad, la verdad, y la belleza de la Liturgia santa, como la acción del Cristo glorioso en medio de nosotros, y como el encuentro del cielo y de la tierra. Y así, espero que la lectura del libro pueda, de alguna forma, ayudar al lector a conocer mejor a nuestro Señor Eucarístico y a quererle siempre más ardientemente. Que la adoración humilde del misterio eucarístico, misterio de Fe, inspire y refuerce en nosotros una vida eucarística, y una vida de amor puro y desinteresado por el prójimo, sobre todo por el prójimo más necesitado.

Que la Santísima Virgen María, «Mujer de la Eucaristía» según la expresión del Santo Papa Juan Pablo II, nos acerque a su Hijo en el santo sacrificio de la Misa, a fin de que, por su maternidad divina, Le reencontremos en su Presencia Real en el Santísimo Sacramento y que sigamos siempre su consejo maternal: «Haced todo lo que Él os diga» (Jn 2, 5).

A todos vosotros os agradezco vuestra presencia y vuestra positiva atención. Que el Buen Dios os bendiga y bendiga también vuestros hogares.

 

Raymond Leo, cardenal Burke.

Traducido por José Luis Aberasturi, del equipo de traductores de InfoCatólica.

Publicado originalmente en L´Homme Nueveau

Libro en francés:

La Sainte Eucharistie, sacrement de l’amour divin

Libro en inglés:

Divine Love Made Flesh

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24 comentarios

Francisco
Pues a dar marcha atras
21/03/16 4:21 AM
José Luis
También Benedicto XVI ha hecho todo lo posible para defender los derechos de Cristo, defendiendo la dignidad de la Sagrada Liturgia, por ejemplo: «Ars Celebrandi» entre otros documentos muy valiosos para bien del Pueblo de Dios que es la Iglesia Católica. Habría muchas conversiones si se tomara en serio el llevarlo a la práctica. Pero, los resultados que yo veo en algunas parroquias de mi pueblo, aunque conocedores de estas enseñanzas del Espíritu Santo por medio del Sagrado Magisterio de la Iglesia Católica, no hacen el más mínimo caso, nada de querer obedecer a Dios. Aunque reconociendo en otros párrocos, los que no tienen espíritu modernistas o del protestantismo, sí que están dando dignos ejemplo de amor a Cristo y a la Iglesia Católica, y muy entregados a la salvación de las almas. Aunque estos son pocos.
21/03/16 5:35 AM
hidaspes
"...a veces me han dejado la impresión de no haber asistido realmente a la Santa Misa." En efecto, humilde servidor ha tenido también esa misma impresión en algunas ocasiones.
21/03/16 5:40 AM
José Luis
Quien ama a Jesucristo tiene toda la libertad de la santa obediencia, no se hace nada por obligación ni a regañadientes.
21/03/16 5:47 AM
Hermenegildo
Grandísimo Cardenal Burke, el paso del tiempo le hará justicia.
21/03/16 6:26 AM
David Quiroa
Yo nací durante el Concilio y la única Misa que he conocido es ésta. Nunca he notado variación, jamás he visto payasos consagrando ni bailes satánicos a media celebración.

No creo ser el único, ya que a las Misas que asisto siempre van unas 200 a 250 personas.

No sé dónde se dan estos innumerables abusos litúrgicos y la verdad, no tengo ni la menor gana de averiguar.
21/03/16 10:53 AM
Ikari
David Quiroa algunos abusos son tan habituales que no nos damos cuenta hasta que aprendemos un poco sobre la Eucaristía y la Liturgia ya sea leyendo documentos magisteriales como los citados en el artículo, escritos de Santos o libros/webs que explican cada elemento que conforma la liturgia.
Al menos los abusos más comunes que he visto empiezan por la música que en nada ayuda a la oración e incluso se adaptan temas profanos (ejm Beatles) y ni que decir que le tienen un pánico terrible a los silencios, el sacerdote camina por el pasillo para dar la homilía, tomarse de las manos en el Padrenuestro, en el momento de la paz sólo falta que caiga papelillo del techo de la algarabía que se forma, todos dicen la doxologia, etc. Se que hay abusos mucho más graves (ejm no usar pan ázimo) las danzas etc pero he tenido la suerte de no presenciarlos.
De parte de los laicos también hay abusos que ciertamente no podemos catalogar de litúrgicos usar el celular, beber agua, si es el cumpleaños de algún miembro de alguna pastoral le cantan cumpleaños después de la misa y toman una de las velas del altar para que la sople, ropa inadecuada etc etc.
21/03/16 12:10 PM
Marcelo
Me gustaría saber si al sr. Burke aún le sigue pareciendo la cosa más chocante la forma ordinaria de la Santa Misa, que reduce su expresión y significado, según sus propias palabras.
21/03/16 1:17 PM
Hermenegildo
David Quiroa: si nos conformamos con que en nuestras Misas no haya payasos consagrando ni bailes satánicos a media celebración, quiere decir que el listón está por los suelos.

No se trata sólo de estas cosas llamativas, sino de otras mucho más pequeñas pero no menos desacralizadoras: sacerdotes que asumen más protagonismo que el que les corresponde, que insertan morcillas de su cosecha, suprimen ritos obligatorios como el lavabo o se bajan del altar para dar la paz a los fieles. Igualmente están los fieles que no se arrodillan, que comulgan en la mano, que se ponen a hablar en cuanto termina la Misa, que distribuyen la Sagrada Comunión sin estar autorizados... Esto lo he presenciado infinidad de veces.
21/03/16 1:59 PM
Gregory
Con respecto a la Santa Misa diré que creo ser el único, de los que aquí opinan, que siente que va siempre a misa y no a algo raro, creo ser el único no apruebo las danzas litúrgicas por considerarlas ajenas a nuestra cultura, no por otras razones que me parecen fuera de lugar.
21/03/16 2:31 PM
Trabucaire
David, el año pasado asistí 3 veces a la Misa según la forma extraordinaria y te aseguro que hay diferencias. Te aseguro que a los sentidos el concepto de sagrado lo notas mucho más que en una Misa Ordinaria bien hecha. Ya no hablemos de aquellas en las que se ven cosas raras .
21/03/16 2:38 PM
Ikari
Gregory no es que nos sintamos que vamos a algo raro como si fuéramos ajenos a la Misa. De hecho yo nunca he ido a una Misa en forma extraordinaria ni en otro rito. Lo que digo es que lo que al principio parece "normal" (ejemplo que el sacerdote deje el altar para saludar, y que los mismos padres manden a sus hijos para eso, que se use música profana, la algarabia a la hora de la paz etc) resulta que no lo es. La única forma de saber que está bien y que no, es estudiando, y si realmente se ama a la Eucaristía nos esforzaremos en celebrarla correctamente ya sea en la formas ordinaria o extraordinaria del rito latino o en cualquier otro rito.
Benedicto XVI ha dicho en Sacramentum Caritatis que las oraciones comunes y más conocidas, como el Padrenuestro, podrían rezarse en latín (#62) y lo dice fundamentándose en el mismo Concilio Vaticano II ¿que esperamos?
21/03/16 4:41 PM
pipo
"Resistiré", Atte: Card. Raymond Leo Burke.

Qué se me hace que esa consigna ya va llegando el momento de cumplirla...?
21/03/16 4:45 PM
enrique
Todo asistente a una celebración Eucarística, debe centrar toda su atención, desde que entra al lugar donde se celebre el acto litúrgico por excelencia, el recogimiento e interiorizar la idea de que Dios Trinitario, se va hacer allí presente y eso requiere la máxima concentración y espíritu religioso y de adoración. Todo lo que contribuya a ese estado bien venido sea.enrique.
21/03/16 5:05 PM
Juan Carlos Perez
con el tiempo se tendra que admitir que muchas cosas que se han hecho desde el CVII han sido tremendos errores, pero ojala no falte mucho tiempo para que eso ocurra, he conocido la heterodoxia catolica durante toda mi vida quiero ver una iglesia convertida a la ortodoxa algun dia.
21/03/16 5:52 PM
José Antonio Gutiérrez
Estimado David Quiroa, si no ve esos abusos litúrgicos, le recomiendo la lectura del "Breve examen crítico del Novus Ordo Missae", presentado a Pablo VI por los cardenales Ottaviani -en aquel entonces prefecto de la Congregación para la doctrina de la Fe- y el cardenal Bacci.
21/03/16 7:28 PM
Ma. Teresa Gallegos
me gustaría que el libro también se editará en español, para regalarlo a los sacerdotes de mi Parroquia, para que verdaderamente se llenen del espíritu de Cristo, y la Consagración la hagan con más profundidad. En San Antonio, Texas, me ha tocado asistir a Misas, que parecen un Show, atrás del Altar, están los músicos, que parecen ser los protagonistas de la Misa, el sacerdote hace la Consagración con una falta de devoción, alguna vez han bailado, el siempre va a saludar a los fieles de la primera fila, etc. No me agradan esas clases de Misas, pues parece que se olvidan de Cristo Nuestro Señor, ojalá, esto cambie por bien de todos los católicos, pues no se va a Misa a divertirse, sino a adorar a Dios, y darle gracias por todo su amor hacia nosotros pecadores. Ma. Teresa. México.
22/03/16 1:36 AM
Miguel García Cinto
No tiene desperdicio lo comentado por el cardenal Raymond Leo Burke, me gustaría ver su libro sobre liturgia traducido al español para as adquirirlo.Algunos textos que cita el cardenal, los he estudiado y han sido citados en el grupo de liturgia de mi parroquia, sobre todo la Exhortación Apostólica de Benedicto XVI "El Sacramento de la Caridad".
La liturgia en general es bastante desconocida, son legión los que no tienen un concepto claro de la misma, profanando muchas veces su expresión por desconocimiento. La voz griega original tiene sentido profano: servicio público, oficial, administración o función. En la Iglesia significa el servicio público a Dios y, sobre todo, el de la oración y del culto, por lo cual la palabra designa el ejercicio de la función sacerdotal en sconjunto. PAZ Y BIEN
22/03/16 3:55 AM
Fulgencio
No comprendo por qué no pública usted mi comentario. Si es por citar a Radio María borre usted el nombre y haga una aclaración, pero no quite todo. Muchas gracias.
22/03/16 6:12 AM
José Luis
El ejemplo de David,que no sabe donde puede haber abusos litúrgicos, sucede otro tanto con la mayoría de los feligreses, si un celebrante hace deformnaciones litúrgicas, para mucho es lo normal, pero no es lo que enseña ni la fe ni el Magisterio de la Iglesia Católica. Los cristianos necesitamos formarnos más y no quedarnos en la "misa por rutina o a la carta", que eso es ofender a Dios.

Recientemente he escuchado una blasfemia que se le ha ocurrido al párroco, y para muchos eso es lo más normal, y dentro de la Santa Misa. Muchos no se escandalizan porque están acostumbrado a la vida según el mundo, y no tienen fe.

Un fiel cristiano que tiene a Cristo en su vida, sabe diferenciar el mal del bien. No puede soportar las injusticias que se comete contra Nuestro Señor Jesucristo.
22/03/16 8:44 AM
antonio
La Resantisima Misa es el momento más sublime que existe, en cada parroquia, capilla catedral del mundo, cuando se repiten las mismas palabras que Cristo las sigue repitiendo, en cada Sacerdote, desde la primera Misa,es el mismo momento del Señor con su extraordinaria majestad,repite la soledad y el abandono, el Sagrado Corazón,los Sacramentos de la Iglesia, se contemplan con los ojos del alma, que los tiene!!!Las Resantisima Virgén Maria, ahi en el altar, está aunque el Sacerdote no la vea con los ojos del cuerpo.Toda la Sagrada Pasión, desde la entrada a Jerusalen, hasta el Golgota se repiten una y otra vez, al Sacrificio del Señor,se le unen los Sacrificios de todos los Mártires de la Iglesia, en ese momento, todas nuestras cruces, el Señor a su redención permite que migajas, nosotros participemos de la obra de su redención.Esta ordenada a la Unión Personal con el SEÑOR, en la EUCARISTIA, su rostro sufriente,Majestad absoluta, Belleza Absoluta, omnipotencia absoluta, misericordia absoluta,Justicia absoluta, la cara de pedernal, y su rostro con la barba arrancada, como dicen las escrituras!!!!!!!!Debe ser como dice el Señor cardenal, no se puede reducir a una diversión humana.Hay conversiones con los experimentos:NO.Es imposible.No estar en pecado mortal, ni venial, y si es posible sin inperfecciones.Que Dios lo bendiga y lo haga con la Iglesia.

Que Dios lo bendiga y lo haga con la Iglesia.
26/03/16 2:51 PM
antonio
Es necesario los frutos de la Resantisima Misa, llevarlos a la Practica, de acuerdo al Santo Padre Francisco, pober en practica la Carta de Benedicto XVI,Deus Caritas Est, de la Eucaristia brota el amor de Dios, la aplicación de la Doctrina Social de la Iglesia, simpre defender al debil e indefenso,San Luis es el Ejemplo a seguir, es un enorme Santo Seglar, canonizado por su pueblo antes que lo fuera hecho por Roma.


Que Dios Bendiga al Santo Padre, su homilia es hermosa y a la Iglesia.
27/03/16 5:16 AM
Cristina Cardón
¿En qué editorial puedo conseguir el libro La Sagrada Eucaristía, Sacramento de Amor divino, del cardenal Raymond L. Burke, editorial Vía Romana?
21/05/16 2:26 AM
rosario
Cuando era niña me tocaron las Misas en Latin, es decir de las que habla el Cardenal Burke. Las tengo grabadas, te elevaban a Dios, y ya han pasaron 50-55 años.
El sacerdote dando la espalda al pueblo, guiándolo hacia Dios.
También pienso que debemos dar marcha atrás.
De faltas de respeto he visto muchas pero la más fuerte fue:
Hace unos años estábamos de vacaciones en Lake Tahoe, fuimos a Misa, el sacerdote tenía a su perro echado a un lado de él en el altar.
22/05/16 6:31 AM

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