La apostasía de la sociedad

Hay muchísima gente que está volviendo la espalda a Dios, sea porque no quiere saber nada de Él, sea porque lo rechaza, cometiendo a veces barbaridades como la de la exposición de Pamplona,

En el primer libro de los Macabeos 1,15-16 leemos:

«El rey los autorizó a adoptar la legislación gentil; y entonces, acomodándose a las costumbres de los gentiles, construyeron en Jerusalén un gimnasio, disimularon la circuncisión, apostataron de la alianza santa, se juntaron con los gentiles y se vendieron parta hacer el mal».

Actualmente, ¿sucede algo parecido en nuestra Sociedad? Aunque hay muchas cosas buenas en ella, y estos días hemos celebrado el Día de la Iglesia Diocesana, con la ingente labor que la Iglesia está haciendo a favor de los demás en el plano social, de salud, educativo y de catequesis, con miles y miles de personas que dan su tiempo gratis y no se preocupan en salir en los medios de comunicación, sino que tan solo lo que desean es aportar su granito de arena a las tareas de evangelización, sin embargo, junto a esta realidad consoladora, hay otra realidad que es mucho más preocupante y que podemos sintetizar en la pregunta: ¿está apostatando nuestra Sociedad?

Hoy, en efecto, hay muchísima gente que está volviendo la espalda a Dios, sea porque no quiere saber nada de Él, sea porque lo rechaza, cometiendo a veces barbaridades como la de la exposición de Pamplona, sea porque el mensaje evangélico no ha llegado a ellos de una manera audible.

Cuando se habla de Europa y de sus raíces y fundamentos se habla de Atenas, Roma y Jerusalén, Atenas es la Filosofía, Roma el Derecho y Jerusalén la Espiritualidad Se puede añadir la Ilustración, aunque ésta tuvo y tiene muchos puntos negros, como su escasa simpatía hacia las raíces cristianas de Europa, que le llevó en ocasiones a la intolerancia. Un ejemplo de ello fue que, en la afortunadamente fracasada Constitución Europea, el Sr. Giscard d´Estaing, pretendió suprimir la mención a las raíces cristianas de Europa, aunque, casi siempre, el edificio más importante de cualquier ciudad europea, es la catedral o la iglesia principal de la ciudad. Por el contrario los políticos fundadores de Europa, tres grandes estadistas, Adenauer, De Gasperi, Schumann, eran profundamente católicos. De su catolicismo surgió la bandera de Europa, esa bandera azul con doce estrellas, inspirada en la vidriera de la Virgen de la catedral de Estrasburgo, y de la que por tanto podemos decir que es una bandera mariana. La fe es invisible, pero sus obras no. Por ello no es posible negar las raíces cristianas de Europa, pues negarlas es negar la evidencia, una evidencia ante la cual los creyentes, viendo lo que han supuesto las obras de la fe, tenemos el derecho de sentirnos legítimamente orgullosos.

Pero hoy se intenta marginar a Dios y al Catolicismo. Lo característico de una ideología sectaria es que mientras los filósofos medievales tenían la gran frase. «contra el hecho no valen argumentos», aquí por el contrario para quienes niegan el Derecho Natural, como marxistas, laicistas, relativistas y nazis, que coinciden con los otros plenamente en asuntos como la educación y el no respeto para la vida humana, con su aprobación del aborto y dentro de no mucho de la eutanasia, ya legal en varios países, es decir para todas las corrientes que desconocen la existencia de un campo de derechos propios del ser humano anteriores y superiores al Estado mismo, es la realidad la que tiene que acomodarse a la ideología. En consecuencia no saben distinguir la Verdad de la Mentira, el Bien del Mal. En efecto, no hay una Verdad objetiva, el Bien y el Mal son intercambiables, lo que hoy es un derecho mañana es un crimen y al revés, porque la Verdad objetiva simplemente no existe. Con ello es fácil, al no haber un orden moral objetivo, el caer en las mayores aberraciones, como muestra la Historia del siglo pasado. Así nos hacemos egoístas y hedonistas y el sentido de nuestra vida deja de ser la búsqueda de la verdad y del entendimiento racional entre los hombres.

Las consecuencias para la Sociedad son desastrosas. La ideología de género, triunfante hoy en día e hija del marxismo y del relativismo, carece del más mínimo sentido común, está inspirada en el odio y es propia de idiotas. Por ejemplo, el Instituto de la Mujer y para la Igualdad de Oportunidades, organismo oficial dependiente del Ministerio de Sanidad, recomienda que, en nuestro país, en nuestras escuelas e Institutos los baños sean mixtos con cabinas individuales, se promocione el orgullo gay y se evite hablar en la educación afectivo sexual del padre y de la madre. Otra cosa común de estas ideologías, es que como todo termina con la muerte, nuestra vida no tiene sentido y la felicidad eterna es inalcanzable. Pero los que permanecemos fieles a Dios, buscamos el Bien y la Verdad, sabemos que Cristo nos ha prometido la felicidad eterna, y esperamos alcanzarla. Aquí recuerdo la frase de Santo Tomás Moro, cuando le dijeron aceptase la boda de Enrique VIII con Ana Bolena: «¿Voy a cambiar la eternidad por veinte años de mi vida? Ni hablar».

                              

Pedro Trevijano, sacerdote

 

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8 comentarios

Juan Carlos
Hemos llegado a ver como periodicos y otros medios se prestan a presentar como un hecho digno de escandalo el que alguien no este de acuerdo con el aborto, la ideologia de genero, el feminismo, los actos homosexuales, la marihuana o el agnosticismo.
25/11/15 4:09 PM
Gregory
Ni hablar pienso yo también, la sociedad piensa que hay que experimentar toda clase de placeres sin freno dejando salir el lado animal, sin olvidar que somos mucho más que animales somos seres humanos, hijos de Dios.
25/11/15 4:37 PM
antonio
.! Aquí recuerdo la frase de Santo Tomás Moro, cuando le dijeron aceptase la boda de Enrique VIII con Ana Bolena: «¿Voy a cambiar la eternidad por veinte años de mi vida? Ni hablar».¡

Que Dios Lo bendiga Padre y lo haga con la Iglesia.
25/11/15 5:30 PM
Carlos
Se está llegando a un punto en que todo acto de fidelidad a la fe cristiana (defender la vida, defender la familia, manifestar la fe, oponerse al hedonismo y al materialismo, proponer la paz, etc) es sometido a denuncia y represión. Ser fiel al Señor Jesús es la nueva apostasía.
25/11/15 8:53 PM
José Luis
LA Sagrada Biblia es importante para nosotros, nos enseña cosas maravillosas, que es lo que no debemos hacer, imitar el proceder de los paganos, que si el Señor nos ha hecho hijos e hijas de la Santa Madre Iglesia Católica, es para vivir un verdadero sentido espiritual, sin nada profano en nuestra propia vida, ni costumbres ajenas al sentir de Cristo. La vida del cristiano es vivir íntegramente conforme la vocación personal que el Señor nos da, y no hay nada defectuoso. Pues todo lo que procede de Dios es belleza espiritual. Todos los valores cristianos que nos enseña la Iglesia, todo es hermoso. Pues nada hay relacionado con el pecado ni el vicio, y nuestras malas costumbres, el Señor nos ayuda a corregirnos, de pecadores a santos. La vida del pecado y mundanidad, deben morir en nosotros, para que la vida de Cristo se manifieste siempre y para bien de todas las almas para la salvación eterna.
26/11/15 8:44 AM
Felipe
"¿Voy a cambiar la eternidad por veinte años de mi vida? Ni hablar..."

¡Bravo! ¡Viva Jesús! ¡Viva la Santísima Virgen María!
27/11/15 2:34 AM
El Indalecio
Por eso lo tengo clarísimo. ^Por su apostasía, Israel terminó descalabrado. Sólo un resto santo lo salvó de la ruina total. Y hoy, lo mismo: europa, España incluída, está sufriendo muchísimo, y sufrirá muchísimo más. Y Españ no desaparecerá del mapa gracias a sus habitantes católicos, españoles católicos que la guardarán de la destrucción.
28/11/15 7:05 PM
Jaime Fomperosa Aparicio
Por supuesto, lo importante es salvarse ¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo entero si pierde su alma? Pero en la situación actual hay que tener presente que con el invento de la democracia, el más perfecto que ha hecho el demonio, vale todo. Pero esas leyes aberrantes y diabólicas, han sido establecidas con el voto de muchos católicos. ¿Qué son? ¿Faltos de doctrina? ¿ignorantes? ¿Apóstatas? Lo cierto es que una inmoralidad que produce nauseas impera en la sociedad. Europa actualmente se parece al Imperio Romano que fué arrasado por los bárbaros del Norte; si no se rectifica esta tendencia y vuelven las naciones a sus raices cristianas, nos puede ocurrir lo mismo, pero esta vez no serán los bárbaros del Norte sino los musulmanes.
7/12/15 10:00 PM

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