Anda, mira, un artículo sobre mí. No sé por dónde empezar. Quizá por la continua referencia a mi condición de payaso. Tengo ahora 47 años. Comencé a actuar de payaso a los diez años con mi hermano Pedro. He hecho con él más de mil espectáculos públicos mientras éramos estudiantes. Llegamos a ganar el premio nacional de magia cómica y el de magia infantil.
Luego, por motivos profesionales, aunque nos hubiera encantado seguir actuando, lo hemos ido dejando, y ya sólo actuamos para nuestros sobrinos. Pedro es ahora el director general de Velux en España. Yo desde hace 24 años soy profesor en la universidad.
El año que más actuaciones hicimos juntos (el año 1989-90), mientras Pedro estudiaba Derecho y Empresa, yo sólo Derecho pero obtuve todo Matrículas de Honor (menos procesal, que por no ir a clase, me puso Sobresaliente). Luego, hice el doctorado entre Florencia y España, con una beca de investigación de la Universidad Complutense. Nada más terminar me contrataron de profesor. A los tres años, gané por oposición la plaza de Profesor Titular de Filosofía del Derecho. ¿Por qué digo esto? Porque el haber trabajado de payaso no ha impedido estudiar como cualquier otro compañero.
Es más, el sentido del humor que, gracias a Dios, me ha acompañado siempre, me ha ayudado sobreponerme en los momentos más duros. Platón decía que «muchas veces ayudó una broma, donde la seriedad solía oponer resistencia». Y Mingote, que era un tipo muy listo decía «El humor es la manera de ver las cosas con claridad».
El payaso sabe que hace el tonto, pero el que es realmente tonto no lo sabe: ni que él es tonto ni que el payaso no lo es. Nietzsche, que no es el santo de mi devoción, pero que indudablemente era un genio, decía «La potencia intelectual de un hombre se mide por la dosis de humor que es capaz de utilizar.» Tampoco es cuestión de hacer aquí una apología completa del payaso, profesión nobilísima donde las haya, pero sí al menos quiero dejar claro que el haber trabajado de payaso no puede ser para nadie un argumento que le desacredite.
Por lo que respecta al contenido de las clases, me sorprende que El Plural publique como noticia el que un profesor de Filosofía del Derecho pueda decir que la violación de la ley de la naturaleza es una autolesión: pues sí, igual que la violación de la ley de la respiración. Nuestro organismo y la estructura de nuestra psique tiene unas leyes, que si se respetan, se vive mejor: no podemos echarnos cualquier cosa en el estómago y quedarnos igual; no podemos robar o mentir y quedarnos igual sin que sufra una alteración nuestra personalidad. El que mata a otra persona, no sólo mata a otra persona, mata también algo en su propia personalidad, y por eso digo que es una autolesión. No comprendo bien cómo se puede negar esto, y menos todavía plantearlo como «noticia». En fin, hay que tomárselo con sentido del humor, un sentido por cierto, que nos ayuda a sobrellevar los otros cinco sentidos.
No sé si el Plural se dignará a permitir la publicación de este Post. Yo se lo pido por favor, al menos en aras de la pluralidad. Gracias.
Diego Poole