El calendario del Ayuntamiento de mi ciudad, Logroño, para el 2010 ha provocado una enorme polvareda en muchos medios de comunicación nacionales, con opiniones para todos los gustos., pero que nos ha puesto en el candelero ante todo el país, y no precisamente para bien. Ha sido una Carta al Director al periódico local la que ha levantado la liebre sobre el citado calendario.
Sobre el calendario voy a decir simplemente que, aparte de lo que han podido decir los periódicos sobre el hecho de la mención de varias fiestas musulmanas, que en sí me parece legítimo, observo también un ninguneo a dos palabras que para mí son muy importantes. Una es Jesucristo, la otra es España. La única mención a Jesús es el Jueves, 3 de Junio, Corpus Cristi. Navidad y el Domingo de Resurrección son simplemente eso, Navidad y Domingo de Resurrección ¿de quién?. La Ascensión, ni aparece. Y sobre España me parece peor que un error, una solemne estupidez, que en un calendario donde se menciona una fiesta tan riojana y española como la independencia de Pakistán, la palabra España ni siquiera figure, habiendo días como el 2 de Mayo, el 25 de Julio, el 12 de Octubre y el 8 de Diciembre donde parece obvio una mención a nuestra patria.
Creo que estamos ante un serio error de mi Ayuntamiento, que en su intento de ser políticamente correcto se ha pasado de frenada y ha hecho un grave ridículo. La postura lógica es reconocer que el calendario no es afortunado y retirarlo y no pasa nada. Recuerdo que mi padre, que también fue alcalde en ese Ayuntamiento, tuvo un caso parecido. El año que se celebró el hermanamiento con la ciudad francesa de Dax, en el programa de fiestas se coló un artículo antifrancés. Alguien avisó a mi padre, que inmediatamente ordenó la retirada de ese programa y la confección de otro nuevo, sin el dichoso artículo. Pero en vez de eso se nos dice que los críticos al calendario somos sectores próximos a la ultraderecha, y es que cuanto más mediocre es una persona o un grupo menos se retracta y más infalible se considera.
El problema de fondo es, en mi opinión, que en el PSOE se ha perdido la libertad de pensamiento, como ha quedado claro en el caso del aborto, que ya es fuerte que ni un solo diputado se haya atrevido a desobedecer la orden del partido, sino incluso que aquéllos que a veces discrepan, como es el caso de Alfonso Guerra y el Estatuto catalán, a la hora de retratarse con su voto votan a favor de él, aunque pocos días antes lo hayan puesto verde. El tener un cargo público obliga a tragar carros y carretas, porque no puedo creerme que la mayoría de los cargos públicos que tengan hijos en la adolescencia estén de acuerdo que a sus hijos les enseñen la ideología de género. En esa sumisión a lo que mande el Partido está mi Ayuntamiento, en línea con el Gobierno de la nación, de máximo apoyo al Islam, no porque les importe un bledo el Islam, sino porque eso es lo que manda el Partido, con el objetivo de conseguir los votos musulmanes, aunque a veces haya inconvenientes como las quejas de los rumanos ortodoxos, también muy numerosos en mi ciudad, que protestan de que se ignoran sus fiestas y se preguntan, si es por ser cristianos. Y muy probablemente ése es un factor muy importante en lo que ha sucedido. Pero me da la impresión que cada vez somos más los católicos dispuestos a dar la cara y no dejarnos avasallar.
Pedro Trevijano, sacerdote