El argumento del «hombre de paja» o de la tía Sally es un sofisma típico de la dialéctica para crear la ilusión de haber refutado completamente la proposición contraria mediante el reemplazo encubierto de ésta por una proposición diferente, y la subsiguiente refutación de ese falso argumento en lugar de atender a la proposición original.
Por ejemplo, si la persona A dice: «Creo que es malo que los adolescentes vayan solos de vacaciones». La persona B responde a A: «Obligar a nuestros hijos a quedarse encerrados en casa es perjudicial para su desarrollo emocional».
Exactamente esto es lo que acaba de hacer el Santo Padre contra todos los que en conformidad con la tradición multisecular de la Iglesia y de la Sagradas Escrituras han criticado la bendición a las parejas en las uniones irregulares (ya sean homosexuales o heterosexuales) cuando dice: «nadie se molesta cuando bendigo a un empresario que tal vez explota a la gente, y esto último es un pecado muy grave. Al mismo tiempo, la gente se molesta cuando bendigo a un homosexual ¡Eso es hipocresía!».
No conozco a NADIE de los que han criticado la bendición de este tipo de uniones que se haya opuesto a bendecir a personas con tendencias homosexuales. Critican la bendición de la unión, no la bendición de las personas. Lo cual se ha hecho siempre en la Iglesia sin polémica ninguna. Si en esta lista ilustrativa de autoridades que se han opuesto a las bendiciones a las parejas, conocéis a alguien que se haya opuesto además a la bendición a las personas singulares con tendencia homosexual, decídmelo.