Estimado Sr. Satué:
Le escribo en mi condición de profesor de derecho desde hace más de treinta años.
Sigo con especial interés el desenlace del famoso caso Gaztelueta, colegio del que yo, y siete hermanos míos más, somos antiguos alumnos.
Hace tiempo que le envié un enlace que publiqué en mi web de ética y derecho sobre este caso.
Pero ahora le escribo para pedirle por el amor de Dios que piense bien lo que va a hacer, porque la injusticia de un juez es muchísimo más grave que cualquier delito de calumnia o difamación.
A Chema Martínez le condenó la Audiencia de Vizcaya sobre la base de un único testigo, la supuesta víctima, que desde antes de los supuestos abusos tenía una enfermedad mental diagnosticada y con tratamiento médico. El perito sobre el que se valoró la prueba de ese único testimonio era antiguo miembro de ETA, que como usted bien sabe puso seis bombas en distintas sedes del Opus Dei, casi todas en la universidad de Navarra y otra en el Santuario de Torreciudad. Lo que muestra la imparcialidad de este perito.
Ninguno de los alumnos del colegio Gaztelueta, ni los cientos de alumnos a los que Chema ha impartido clases, jamás han puesto en duda la honestidad del profesor. Los que viven a su lado, día y noche, porque es numerario del Opus Dei, tampoco han cuestionado su honradez (si hubieran dudado lo más mínimo, ya le habrían echado del Opus).
Toda la investigación previa llevada a cabo por los comisionados por el Cardenal Ladaria concluyó que era inocente.
El tribunal supremo argumentaba que procesalmente no podía entrar a valorar las pruebas, y con todo le redujeron la condena de 11 a 2 años, con el fin de que no entrara en prisión.
¿Por qué usted se empeña en seguir adelante con este proceso y del modo en que lo está haciendo? ¿Porque se lo ha pedido el Papa? ¿Y si el Papa le pide que usted se tire por un balcón, también se tiraría?
A ningún ser humano se le puede obligar a que se someta al abuso (sexual o jurídico) de una autoridad civil o eclesiástica, por muy alta que sea. En ambos casos eso se llama 'violación'. Y tanto más grave cuanto mayor sea la diferencia entre la autoridad del abusador y la del abusado.
Cuando enseño teoría de la justicia, advierto a los alumnos de la gravedad de sus futuras resoluciones judiciales, y les digo lo mismo que debería saber usted, que la prevaricación judicial reviste una especial gravedad por varios motivos:
- Primero por la acusada dimensión pública del juez, ante cuya resolución se han de someter tanto los particulares como los gobernantes de la comunidad.
- Segundo, por la situación de quebranto en la que previamente suelen encontrarse los que acuden a juicio.
- Tercero, por la confianza que han de inspirar los jueces, mucho más que cualquier otro funcionario, en orden a asegurar el respeto del derecho.
- Cuarto, porque el carácter público de sus resoluciones hace que el condenado sea injustamente despreciado por el resto de la comunidad, que presume justa la sentencia.
- Y quinto, por la misma aflicción de la condena impuesta injustamente, que hará tanto más grave la prevaricación cuanto más aflictiva sea la sanción.
Reciba un cordial saludo.
Diego Poole