La Guerra de Sucesión Conciliar

La Guerra de Sucesión Conciliar

Los responsables del futuro católico no se dejarán engañar por las tonterías sobre el rechazo generalizado y desenfrenado del Vaticano II, independientemente de la fuente de esas tonterías.

Aunque nunca he podido recordar los detalles de la Guerra de Sucesión Española (1701-1714) y de la Guerra de Sucesión Austriaca (1740-1748), he recurrido a esos apelativos para denominar una importante lucha sobre el significado del Concilio Vaticano II: la «Guerra de Sucesión Conciliar».

Como expliqué en mi libro La ironía de la historia católica moderna, la Guerra de Sucesión Conciliar no fue una pelea entre los estereotipos de los «tradicionalistas» y los «liberales» católicos. Más bien fue una batalla dentro de las filas de los teólogos reformistas del Vaticano II, que estalló cuando el Concilio aún estaba en marcha. Y acabó por dividir el campo reformista en partidos hostiles cuyas posiciones contrastadas se perfeccionaron y debatieron en dos revistas, Concilium y Communio.

Concilium fue lanzada durante el Concilio por algunos de los pensadores más influyentes que asesoraban a los obispos. Communio comenzó a publicarse en 1972; entre sus fundadores se encontraban teólogos que habían desempeñado un papel importante en la elaboración de los principales documentos del Concilio, pero que creían que sus antiguos colegas de Concilium no comprendían ni la intención del Papa Juan XXIII para el Vaticano II ni la enseñanza real del Concilio. En el centro del proyecto Communio estaba un teólogo bávaro llamado Joseph Ratzinger.

Ratzinger acabaría viendo la interpretación de Communio del Vaticano II -un concilio de reforma dentro de la tradición que desarrollaba la tradición católica- reivindicada por el Sínodo de los Obispos de 1985 y por el magisterio del Papa Juan Pablo II, que Ratzinger amplió posteriormente en su propio magisterio papal. Así, como Papa Benedicto XVI, abordó con franqueza las contenciones dentro de la división Concilium/Communio en su discurso de Navidad de 2005 a la Curia Romana, en el que criticó duramente a quienes «leían» el Concilio como una ruptura con el pasado católico, lo que algunos llaman hoy un «cambio de paradigma».

Cuestiones profundas encendieron la Guerra de Sucesión Conciliar, y esas cuestiones siguen siendo urgentes para la Iglesia hoy.

¿Es la Revelación divina real y vinculante a lo largo del tiempo, o la experiencia contemporánea autoriza a la Iglesia a cambiar o modificar lo que Dios ha declarado como verdadero en la Escritura y la Tradición (sobre, por ejemplo, la permanencia del matrimonio sacramental, o la expresión adecuada del amor humano, o el sacerdocio de la Nueva Alianza y los que pueden ser ordenados a ella)? ¿Es la Iglesia católica una confederación de Iglesias locales que pueden llevar a cabo legítimamente sus propios caminos doctrinales y morales? ¿O es la Iglesia verdaderamente «católica», lo que significa que las expresiones locales del catolicismo deben confesar siempre «un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo» (Efesios 4:5) con la Iglesia universal? ¿Es Jesucristo el único Salvador y Redentor, de modo que todos los que se salvan lo hacen por medio de Cristo, aunque no lo conozcan? ¿O es Jesús una de las muchas expresiones de una genérica voluntad divina de salvación que se manifiesta a través de diversos maestros espirituales a lo largo del tiempo? ¿La tarea fundamental de la Iglesia es la santificación del mundo o el diálogo con el mundo?

Aunque comenzó como una disputa entre intelectuales católicos, la Guerra de Sucesión Conciliar se ha desarrollado en las trincheras de la vida católica durante los últimos 60 años. Y aunque hay dos realidades empíricas que parecen claras -las partes vivas de la Iglesia mundial han abrazado el Vaticano II tal y como lo han interpretado con autoridad Juan Pablo II y Benedicto XVI y han seguido la interpretación de Communio de la llamada del Concilio a la evangelización cristocéntrica, mientras que las partes moribundas de la Iglesia mundial se aferran obstinadamente al modelo Concilium de la Lite católica-, algunos, incluso en las altas esferas, intentan ahora redefinir la Guerra de Sucesión Conciliar con vistas al próximo cónclave papal.

Su estrategia es enmarcar ese acontecimiento como si se tratara de una elección tajante entre la aceptación o el rechazo del Vaticano II. Eso no es cierto. La verdadera cuestión es la interpretación adecuada del Concilio, que no pretendía reinventar el catolicismo como otra especie de protestantismo liberal, inseguro de su vínculo con la revelación divina y llevado de un lado a otro por el espíritu de la época. También es falso, atrozmente falso, sugerir que el rechazo al Concilio es una fuerza importante en la Iglesia del siglo XXI, especialmente en la Iglesia de los Estados Unidos.

El rechazo al Concilio es un fenómeno marginal, cada vez más irritable y estridente. Los defensores del «Catholic Lite», habiendo perdido teológicamente la Guerra de Sucesión Conciliar y necesitando un coco al que atacar, encuentran ahora útil tácticamente exagerar el número de rechazadores conciliares y su impacto en la Iglesia.

Los responsables del futuro católico no se dejarán engañar por las tonterías sobre el rechazo generalizado y desenfrenado del Vaticano II, independientemente de la fuente de esas tonterías.

George Weigel

Publicado originalmente en el National Catholic Register

Traducido por InfoCatólica

24 comentarios

Juan Mariner
Interesante razonamiento.

Algunos tuvieron la suerte de que muriera San juan XXIII, se ahorraron muchas collejas y, al final, se salieron con la suya (de momento...).
14/07/22 10:10 AM
Pedro de Torrejón
Los Papas volverán a ser coronados ; cómo lo fueron los Papas,San Juan XXIII , y San Pablo VI. También volverán a ser dignificados en el Trono del Templo de Dios ,y en la Silla Gestatoria; cómo lo han sido todos los Papas.

La Iglesia volverá a ser respetada . Es muy significativo, que para muchos no católicos ; el " Anciano Venerable ",es el Mismo Jehová,y para otros ; el "Bendito Dios y Padre Celestial ".

Es muy triste , cómo ha decaído la Fé en la Iglesia Católica.... Pero cómo dijo el Mismo Jesús : " Si vosotros me negareis ,las piedras hablarán " ......
14/07/22 11:02 AM
rocamador
El articulista alude claramente a Francisco, que es el propagador de la línea de "Concilium", y que hace poco ha censurado el rechazo al Concilio que, según él, se está produciendo en Estados Unidos.
14/07/22 11:26 AM
Urbel
¿Rechazar el Concilio, dice Weigel?

Yo acepto que el Vaticano II fue un concilio ecuménico o general legítimamente convocado por Juan XXIII y cuyos dieciséis documentos, los más heterogéneos y prolijos de la historia de los concilios, fueron legítimamente aprobados por Pablo VI.

Fue también el único concilio ecuménico que, a diferencia de los veinte anteriores, no quiso hacer uso de la autoridad infalible e irreformable del magisterio solemne.

Quiso en cambio mantenerse en el grado más modesto de un Concilio pastoral, como afirmaron Juan XXIII en el discurso Gaudet Mater Ecclesia de apertura del concilio el 11 de octubre de 1962 y muchos años después el cardenal Ratzinger en su alocución de julio de 1988 a los obispos chilenos.

Un propósito meramente pastoral que dio lugar a un completo desastre pastoral. Como reconoció el hamletiano Pablo VI: el humo de Satanás ha entrado en la Iglesia. Pero sin hacer nada para cerrar las ventanas por donde había penetrado. Hasta hoy.
14/07/22 12:13 PM
Urbel
E ingeniosa la imagen de la Guerra de Sucesión Conciliar, pero en un sentido no querido por el wojtyliano Weigel: conservadores y progresistas en lucha por la sucesión de la Iglesia de siempre.

Pero la Iglesia católica tiene las promesas de Cristo y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella. Aunque hayan podido darle un espantoso asalto y desfigurar su rostro.
14/07/22 12:25 PM
El gato con botas
Con hondo pesar vaticino un par de pontífices tipo Francisco. Me parece claro que no se monta una mafia de Saint Gallo para que un único papa desoriente el rumbo de la Iglesia, me parece evidente que hacen falta más. Desactivar a la Iglesia Católica para que sea una evangélica más, no lo consigue un sólo pontífice.
14/07/22 2:15 PM
Indiebusillis
Bueno ahí tenemos a los modernistas, la revolución a dos velocidades parafraseando a Jaime Balmes.los progresistas, que quieren llevar a sus últimas consecuencias los cambios Y las novedades desfigurando a la Iglesia de forma vertiginosa. Y los moderados, los conservadores: sus cambios tímidos son los más peligrosos ellos vienen a conservar lo ya destruído y a consolidar la revolución en la Iglesia. Ahí no está la Iglesia esposa de Cristo ni la Ortodoxia: debe empezar a quedar claro. Esto es la analogía que pasó en las Españas a principios del s. XIX cuando irrumpe la revolución. Y ni España, y menos la Iglesia, ni es de derechas ni de izquierdas. Es tradicionalista.
14/07/22 8:20 PM
Chico
Sigo sin entender la cosa
14/07/22 9:42 PM
Vicente
Vaya. Tonterias
14/07/22 11:58 PM
Gerardo VIII
Francisco ataco y suprimió la misa tradicional poniendo como pretexto que quienes van a dichas misas, no aceptan las ultimas ocurrencias de quien detenta el poder vaticano.

Si este razonamiento es verdadero, yo digo que hay la misma distancia desde el punto A al punto B, que del punto B al punto A. Es decir si un rito ortodoxo que fue aprobado por la Iglesia, puede ser rechazado poniendo como pretexto que en el se atrincheran rebeldes a la autoridad vaticana.
Entonces un concilio que a servido como refugio y estandarte de herejes y apostatas debería de ser desechado.
15/07/22 2:13 AM
Jorge Cantu
Urbel:

"Fue también el único concilio ecuménico que, a diferencia de los veinte anteriores, no quiso hacer uso de la autoridad infalible e irreformable del magisterio solemne. Quiso en cambio mantenerse en el grado más modesto de un Concilio pastoral".

Esa misma proclamada 'pastoralidad' debilitó su autoridad magisterial ("al cabo es 'pastoral', ya llegará el siguiente documento"), y lo no dogmático de los documentos conciliares perdió vigencia muy pronto ante los cambios sociales y eclesiales que acontecieron muy pronto. La misma voluntad confusa de 'reformar' y a la vez conservar lo esencial de la liturgia recibida dio pie a la introducción de cambios radicales (prácticamente reinventaron la liturgia de la Misa) sin mencionar los abusos grotescos y blasfemos de algunas órdenes, obispos, sacerdotes y seglares.
15/07/22 6:42 AM
Juan Mariner
Urbel: "(...) conservadores y progresistas en lucha por la sucesión de la Iglesia de siempre."

Lamentablemente, la lucha político-social mundana contamina nuestra Iglesia alentada por jerarcas de distintos grupos sociales. Yo sólo veo ortodoxos y heterodoxos, lo demás es politiquería del momento que hacen de la Iglesia un campo de batalla más en su enfrentamiento por el poder.
15/07/22 10:30 AM
Vicente
Ya no hay vuelta atrás. Las enseñanzas y disposiciones del Vaticano II siguen adelante gracias a Dios.
15/07/22 11:38 AM
Vicente
es necesario volver al Vaticano II una y otra vez.
15/07/22 11:40 AM
JSP
Al autor del artículo y a cualquier persona interesada en responder de forma razonada le planteo la siguiente cuestión: ¿Cómo es posible que un Concilio abra la puerta a la "guerra de sucesión conciliar" si precisamente un Concilio se celebra para cerrar la puerta a la "guerra de sucesión conciliar"? ¿Hay ambigüedad esquemática en el CVII como para que estemos, después de +50 años, observando el surgimiento del arrianismo y de muchas herejías ya combatidas y analizadas por el Magisterio?
15/07/22 12:44 PM
Néstor
Aquí la lucha que hay es entre católicos y modernistas, principalmente. Porque eso es lo que importa, además. Lo que salva no es la fe conservadora ni la fe tradicionalista, sino la fe católica. Y la definición principal es si somos católicos o no lo somos. Las otras etiquetas sirven para confundir y marear, y el objetivo de la confusión y el mareo es siempre el mismo, que nos salgamos de la Iglesia por la puerta que más nos guste, la progre o la tradi, a Satanás le es profundamente indiferente.

Hoy día más que nunca, es decir, en el desastre actual, hay aferrarse al dogma de la indefectibilidad de la Iglesia, y de la Iglesia visible y jerárquica que es la católica, no la "iglesia invisible" de los protestantes. Son las dos opciones que hay, y de nuevo, no le importa a Satanás si somos protestantes de Lutero o de San Pio V.

Saludos cordiales.
15/07/22 3:55 PM
Urbel
Protestantes de San Pío V .....

No hay duda de que esta expresión, por provocadora que sea, admite un significado católico, que es el que hay que salvar:

Protestantes de San Pío V, como de San Gregorio Magno o de cualquier otro papa, por ejemplo, protestantes de Francisco.

Protestantes de cualquier pastor que nos predique un Evangelio diferente (Gálatas 1, 7-8).

Cierto que debemos guardar la fe católica, que incluye la fe en las promesas de infalibilidad e indefectibilidad de la Iglesia.

Y debemos guardar la razón, que nos obliga a no negar la realidad, sino reconocer la infestación modernista que padece la Iglesia, hasta lo más alto, y desfigura su rostro.

No perder la fe ni la razón.
15/07/22 10:59 PM
clara
No le falta razón a Gerardo VIII con su argumento.
16/07/22 2:05 AM
Elisa
"El humo de Satanás entró en la Iglesia".

El CVII no ha dado los frutos esperados y por sus frutos los conoceréis.

La Iglesia post Concilio agoniza y la tradicional sigue creciendo y acercando jóvenes.

Es cosa de tiempo...la Misa tridentina volverá con un Papa Santo. Sólo esa Misa ofrece unidad católica y comunión con todos los santos de todos los tiempos.

Cosa de tiempo...
16/07/22 2:07 AM
Imanol
Lo he dicho muchas veces, se nota a la luz de los años que el Espíritu Santo tenía que revelar lo que había en los corazones, muchos fariseos hipócritas llenos de normas y leyes, y muchos paganos con sotana, había en esa epoca...
Algunos quieren volver a una misa antigua, que el ultimo fruto fue esas gentes... La verdad no se entiende.
Hoy dicen, la pandemia fue culpa del Papa por la idolatría con los aborígenes
Y la Segunda guerra que fue??? Que hicieron los Papas de esa época para que se de el desastre de muertes que vivieron los Europeos y todo el mundo???
Esos Papas eran antes del concilio...
Fariseos hipocritas!! Misericordia quiero y no sacrificio!!!!
16/07/22 3:22 PM
Imanol
No hay que volver a la misa tridentina!! Hay que volver a la misa anterior a la tridentina, y si es posible a la anterior que hacian los primeros cristianos...

Que dureza de cérvix!!! Siempre hubo resistencia en los concilios y la iglesia siguió con la promesa de Jesus!!! Donde estan los que estuvieron en contra de la nueva misa tridentina en el año 1570?? Habran los ojos y el corazón!!!!!!! No hay vuelta atras... Los europeos estan como estan, lamentablemente idolatras del dinero, pero la Iglesia de Jesus crece en africa y asia!!!!

En vez de confíar en el Espíritu Santo y seguir las escuelas de los distintos Papas después del concilio, que es lo que quiere el Espíritu Santo, van y buscan derribar Su obra!!! Antes criticaban a pablo 6to, después a juan Pablo 2do y asi siguen....

Solo el pecado contra el Espíritu Santo no se perdonará...
16/07/22 3:49 PM
Cristián YáñezDurán
Imanol,



Antes de escribir es bueno informarse.

La Misa Tridentina nunca fue nueva.

San Pío V se limitó a codificar y ordenar la Santa Misa que se celebraba en Roma desde toempo inmemorial.

Es el rito más antiguo que conoce la Iglesia y con muy pocas variaciones puede documentarse claramente hasta el siglo V.

No caiga en ignorancias o en necedades como "protestantes de San Pío V".
17/07/22 2:53 PM
Néstor
"Sólo esa Misa ofrece unidad católica". Eso es ponerse fuera de la Iglesia en nombre de la fe católica y de la Misa Católica. Resulta que la Iglesia Católica, precisamente, celebra hoy esa Misa de la que se dice que no ofrece unidad católica.

La Iglesia Católica, quiero decir, la Iglesia visible y jerárquica que procede de los Apóstoles. Las "iglesias" invisibles y misteriosas, no fáciles de encontrar, se las dejamos a los protestantes.

Saludos cordiales.
18/07/22 2:30 AM
Urbel
No ofrece unidad, ni católica ni acatólica, una misa sin unidad como es la llamada de Pablo VI.

Y gracias a Dios en la Iglesia Católica se siguen celebrando hoy, como se celebraron siempre, misas en el inmemorial rito romano y en otros ritos latinos y orientales que sí ofrecen unidad católica.

Llamar «rito» a las misas nuevas es un abuso del lenguaje. No existe rito de Pablo VI o de «San Pablo VI y San Juan Pablo II», a la espera de que lo sea también de «San Francisco Bergoglio».

A falta de estabilidad y repetición (lo propio del rito), lo que existen son celebraciones distintas de todo pelaje, repletas de múltiples opciones y variantes fantasiosas, muchas de ellas lícitas (expresamente permitidas por el misal y la IGMR o "Instrucción General del Misal Romano", así lo llaman) y otras abusivas.

Basta para comprobarlo con sufrir esas misas nuevas sin unidad paseándose por parroquias y colegios sedicentemente católicos.

Hace muchos años que volví al inmemorial rito romano (el único que merece ese nombre, el tradicional), pero sigo comprobando el plurimorfismo y la desacralización y banalidad de las misas nuevas cada vez que me toca padecerlas con ocasión de bodas, funerales (¡todos al cielo!) y demás obligaciones sociales.
18/07/22 11:31 AM

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