¿Una Iglesia sin sacerdotes?

¿Una Iglesia sin sacerdotes?

«Preparémonos para lo que sucederá», dice el Sucesor de Pedro; muy bien, preparémonos, desde ahora, rechazando semejantes delirios. La Iglesia no puede marchar, ingenuamente, hacia su autodestrucción.

Estoy azorado, y me cuesta superar mi azoramiento. A esta altura de los tiempos debería, como suele decirse, «estar curado de espanto». ¿De qué se trata ahora? Proemialmente quiero repetir lo que he escrito con frecuencia. Considero que la Iglesia Católica se achica cada vez más, en los países que otrora se caracterizaban por una mayoría numérica, de fervor, e impulso misionero. Pero, ahora, ha surgido una perspectiva espeluznante. El Sumo Pontífice –según lo han resaltado los medios de comunicación-, hablando a los participantes del Capítulo General de los Agustinos Recoletos, alertó sobre la caída de las vocaciones sacerdotales. ¡Chocolate por la noticia! Desde este lejano rincón que es la Argentina, puedo observar, en primer lugar lo que aquí ocurre: diócesis sin sacerdotes para atender, como es debido, a los fieles católicos; para desarrollar una acción misionera eficaz; carencia de vocaciones, tanto sacerdotales como religiosas, pero abundancia, sobreabundancia, de obispos auxiliares.

Cuando en junio de 2018 fui «misericordiado» indecorosamente como Arzobispo Metropolitano de La Plata, a los dos días de cumplir 75 años, dejé en el Seminario Mayor San José (que este año celebra su Centenario) unos treinta candidatos para el clero platense. Hoy en día son apenas seis o siete. Creo que un fenómeno semejante de disminución se verifica en varias iglesias particulares. ¿Qué es lo que ha sucedido, y lo que sucede?

El Santo Padre, en su voz de alerta, ha atribuido a muchas causas el penoso problema, ¡incluida la baja en la natalidad! Es evidente que la guerra que obispos, sacerdotes, instituciones eclesiales, conferencias episcopales enteras, declararon a la profética encíclica Humanae vitae, de Pablo VI, no podía producir sino frutos amargos. También observa el Pontífice que es escasa la capacidad de la Iglesia para atraer a los jóvenes. ¡De acuerdo! El progresismo posconciliar viene socavando, desde hace medio siglo, todos los cimientos de la Pastoral Juvenil, y de la Universitaria.

Entre nosotros, el progresismo, y el tercermundismo, liquidaron aquel trabajo paciente que muchos sacerdotes realizaban, sobre todo, con su entrega al Confesionario, y a la Dirección Espiritual. Siendo yo joven presbítero he trabajado en ese campo con singulares frutos; había sacerdotes mayores, y mejores que yo, que constituían un ejemplo de sensatez, sencillez, y fervor, en el trato con los jóvenes. El progresismo que invadió los seminarios, con la tolerancia medrosa de los obispos, ha logrado la desolación presente.

No deseo generalizar indebidamente; ignoro cuál es el panorama en África, o en las Filipinas. Me parece que lo que ocurre en Argentina se verifica en otros países de Hispanoamérica. Un drama reciente es la cancelación de presbíteros, y de obispos, que aman y siguen la gran Tradición eclesial; y por esa razón el oficialismo progresista no los puede perdonar. Una Iglesia sin sacerdotes. Francisco propone, ante este panorama, «preparar al laicado, a la gente, para que siga con la pastoral en la Iglesia. Y ustedes, ¿han preparado gente que siga con vuestra espiritualidad que es un don de Dios para que lo lleven adelante?» Y agrega: «Que el Señor mande vocaciones, pero que también nos prepare para entregar nuestro don cuando seamos menos, a quien pueda colaborar con nosotros». La oración para pedirle al Señor vocaciones es un recurso que se empleaba, frecuentemente, desde cuando yo era un adolescente miembro de la Acción Católica. Quizás mi vocación fue fruto de aquella insistencia. La oración que ahora el Papa propone se dirige a que «nos prepare para entregar nuestro don cuando seamos menos, a quien pueda colaborar con nosotros».

Estos designios asombrosos se explican porque, según las orientaciones actuales, la predicación de la Verdad católica, y de los Sacramentos, carecen de importancia. En varios escritos me he ocupado de este problema gravísimo. ¿Qué trabajo pastoral se piensa encomendar a los laicos? Quizás el esfuerzo por mejorar la vida social, la penuria de los pobres, la superación de los peligros que entraña el cambio climático, y la deforestación de la Amazonia; la búsqueda de la fraternidad universal (fratelli tutti); la difusión de los nuevos paradigmas, según se los llama; y la competencia con la masonería, y el capitalismo financiero internacional. ¡Muy bien! que los cristianos se ocupen de estos problemas. También podrían asumir la catequesis; lo cual se viene realizando desde hace un siglo. Y, eventualmente, por caso, la celebración del Bautismo, en circunstancias excepcionales. Pero, ¿la Eucaristía, la renovación incruenta del Sacrificio del Señor, en la Misa? ¿Y la confortación de los enfermos mediante la Santa Unción? ¿Y el perdón de los pecados, en el Sacramento de la Penitencia? ¿Podrá la Iglesia prescindir de estos sacramentos, que son la fuente de la Gracia? Quizás se especula con atribuir a los laicos facultades específicamente sacerdotales. ¿El Sínodo alemán se dirige a esas «soluciones»? Porque Roma calla. Y, en este drama tremendo, se cumple el refrán qui tacet consentire videtur.

El azoramiento que me embarga llega a esta convicción: vamos hacia la destrucción de la Iglesia Católica. Vamos sinodalmente: lo que importa es el mentiroso syn (con); mentiroso, digo, porque finalmente todo se reduce al úkase pontificio. El hodós, el camino, lleva a la alteración sustancial de la Verdad católica, y de la institución eclesial.

«Preparémonos para lo que sucederá», dice el Sucesor de Pedro; muy bien, preparémonos, desde ahora, rechazando semejantes delirios. La Iglesia no puede marchar, ingenuamente, hacia su autodestrucción.

El Apóstol Pedro, en su Primera Carta, escribió que está cerca el fin de todas las cosas (pantōn de to telos ēngiken) Por eso recomienda la prudencia (sōphronēsate) y la oración, una vigilancia orante (1 Pe 4, 7).

Al comienzo hablé de mi azoramiento. Azorar significa asustar, conturbar, sobresaltar. Pero, también, encender, infundir ánimo. Estos sentimientos contrastantes nos agitan, pero también llevan a una serenidad más consciente, a la sophrosyne, de la que hablaba San Pedro. Confiemos en Cristo, Señor y Esposo de la Iglesia, y en la Virgen Inmaculada, que es su imagen y su Madre.

+ Héctor Aguer, arzobispo emérito de La Plata
Buenos Aires, viernes 18 de Marzo de 2022.
Primeras Vísperas de San José; Patrono Universal de la Iglesia.

33 comentarios

Federico Ma.
Excelente, Monseñor, como de costumbre.

Muchas gracias y que el Señor lo bendiga.
19/03/22 1:00 AM
Rosita
Azorada...Dios nos conserve la esperanza.
19/03/22 1:53 AM
Marcelo
No puedo creer que de 30 seminaristas se pase a 6 o7 en 4 años. El Tucho renovó el Seminario?
19/03/22 3:01 AM
carlos saez Argentina
Muy gratificante poder leer y considerar estos importantes escritos de un Pastor con tanta experiencia, en este proceso de cambio “la Iglesia nace y crece por el anuncio del Evangelio. La primera comunidad surge de la efusión del Espíritu en Pentecostés, pero brota también de la proclamación de la Buena Noticia de la Salvación que realiza Pedro a continuación (2,14-36). Ampuero, Julio “Una Iglesia evangelizadora y evangelizada” . Debemos reconocer la crisis de dirigentes, que comenzó en los 60.- Mi muy modesta apreciación, seria que el consagrado debería ser como un director activo, de grupos de Cristianos comprometidos, que los hay por miles. Siguiendo las enseñanzas de Cristo, Percibo en este tiempo, el alejamiento de la gente a los miles de cultos, muchos muy irregulares, por lo menos aqui en Moreno

19/03/22 10:41 AM
Carlos Dueñas
En los análisis sobre la crisis vocacional no es extraño que se barra para casa y se culpe de ella a los “otros”. Existen causas generales, pero también hay causas específicas de cada país, pues las condiciones sociales, económicas, culturales y políticas propias de cada país en que se desarrolla el catolicismo influyen en el problema. Me fijaré en algunas causas sociorreligiosas.

En Francia, por ejemplo, a partir de 1947, antes del Concilio Vaticano II, se observa un descenso de la tasa de ordenaciones sacerdotales de un 8% anual. En España, durante la posguerra se produjo una explosión de seminaristas y ordenaciones relacionada con el nacional-catolicismo franquista y el ingreso en los seminarios como forma de ascenso social y medio para paliar las carencias materiales. El reverso de esta situación es que en los años 60 y 70 España fue uno de los países del mundo con mayor número de abandonos sacerdotales.

En Estados Unidos durante la posguerra el catolicismo vive un momento de esplendor (el padre O’Malley interpretado por Bing Crosby en “Siguiendo mi camino’ y “Las campañas de Santa María”, de Leo McCarey, no es ajeno a este boom católico y en la mejora de la imagen de la Iglesia Católica en un país hasta entonces muy anticatólico, y no estoy frivolizando) con seminarios llenos, pero en los 60 y 70 se produce un fenómeno similar al español de secularizaciones sacerdotales.

Teniendo en cuenta que una gran parte de los sacerdotes procedían de zonas rurales, una de
19/03/22 12:31 PM
hornero (Argentina)
Mons. Aguer ha tensado el arco y ha arrojado buenas flechas y con buena puntería.

Pero el blanco resulta borroso, insuficiente a la vista, porque aparece Francisco demasiado al centro, siendo sólo un descolorido y ruinoso cartón lateral. Su persona no da para explicar la calamidad actual de la Iglesia, por la sencilla razón que él es fruto de esa calamidad, fruto calamitoso que la continúa.

Sabemos que la destrucción o autodestrucción de la Iglesia penetrada por el enemigo, viene desde poco después de la era de Santo Tomás de Aquino, cuando la fe muestra signos de tambalear y el racionalismo comienza a mostrar su veneno. Lo que sigue es demasiado conocido.

Pero cabe preguntarse qué fuerza siniestra ha podido superar la capacidad defensiva de una serie ininterrumpida de Papas virtuosos y sabios, de mártires y santos, defensores de la ortodoxia. La respuesta es apocalíptica: “el demonio ataca con furia porque sabe que le queda poco tiempo” (Apoc).

Y bien, la Iglesia no tiene capacidad por sí misma, a pesar de las gracias que constantemente recibe, para detener el ataque lanzado por el demonio, porque sólo a la Virgen, la Señora Vestida de Sol, le ha sido confiada la misión de pisar la cabeza de la serpiente o dragón.

La Iglesia debe confesar humildemente ésta su incapacidad y dirigirse a su Madre y Reina a fin de que venza a su enemigo de modo absoluto y definitivo.

Pero, aquí tropezamos con la resistencia de los Pastores a ceder a María lo que consideran pre
19/03/22 12:47 PM
Juan Mariner
Una Iglesia arrodillada ante el Mundo no atrae sino a las moscas.
19/03/22 12:53 PM
hornero (Argentina)
Pero, aquí tropezamos con la resistencia de los Pastores a ceder a María lo que consideran prerrogativa de ellos, siendo Ella sólo una ayudante a su disposición. Sí, la invocan, como se invoca a quien puede interceder ante Cristo, una santa o un ángel, no como a Quien tiene la omnipotencia en sus Manos, de orden infinitamente superior a la que tiene el Papa y los obispos.

Por eso no se habla siquiera, no se menciona ni menos aún se invoca y desea el triunfo de su Inmaculado Corazón en el mundo. Porque este triunfo comporta el derrumbe total del mundo moderno, de la actual Babilonia.

Eso no se quiere, ni se considera necesario, porque nuestros Pastores, el Papa a la cabeza, creen que ellos pueden hacer del mundo moderno un mundo, sino cristiano ( lo que no creen posible), por lo menos pasable, en el que la Iglesia pueda convivir modesta y democráticamente.

Vamos a ver cuántas diócesis se suman a la Consagración por el Papa de Rusia y Ucrania del próximo 25.

¡Cómo va a hablarse de Nueva Evangelización, ni de conversión de la humanidad, en una Iglesia que permanece sólo a la defensiva! Porque carece de fe, y abunda en espíritu mundano de orgullo, de admiración del “progreso”, de los prodigios de la ciencia y de la técnica, tocada, sino contaminada de racionalismo.

Por eso no cree ni valora las Manifestaciones y Mensajes de la Virgen. No busca sabiduría donde debiera buscarla: en la Aurora de María que irradia la Luz de la Gloria de Cristo sobre la Iglesia, la huma
19/03/22 2:44 PM
Feri del Carpio Marek
A mí me causó no poca perplejidad la actitudbdel santo Padre: en vez de rogar al dueño de la mies que envíe obreros, como lo manda el Señor, ordena a los subordinados que preparen a los laicos para cuando falten obreros... por cierto, ya faltan obreros, no sé por qué el Papa piensa que es una situación futura.

Se habla tanto de estar atentos a los signos de los tiempos, y son ciegos al signo más patente de todos: que allí donde se conserva la sacralidad de la liturgia, la rectitud de la doctrina y el fervor de la santidad, surge un tsunami de vocaciones para arrasar con los demonios la ignorancia del verdadero Dios y las costumbres impías.
19/03/22 2:49 PM
Hugo
Hola.
En primer lugar me ha tomado x sorpresa este artículo y x sobre todo el modo irreverente e irrespetuoso que tiene al dirigirse al Santo Padre; considero no es forma y manera, y lo que hace es dividir y desparramar con sus formas y expresiones. Oro desde luego por uds y x cada hemanos sacerdote, laico, religioso y obispo que se encuentra inclinado a criticar, dispersar y confundir el rebaño del Señor. Lo invito a rezar por el Santo Padre y Nuestra Iglesia Católica y dirigir todos sus planteos x vías formales. Dios le bendiga🙏
19/03/22 4:54 PM
Braulio Olano
Todos los padres de familia también somos sacerdotes en nuestras 🏠 Estamos en la obligación de orientar a nuestros hijos y de guiarlos por el camino del bien
19/03/22 5:00 PM
Falco Lombardi
Feri:

"...allí donde se conserva la sacralidad de la liturgia, la rectitud de la doctrina y el fervor de la santidad, surge un tsunami de vocaciones..."

Recuerdo que el Santo Padre mismo ha puesto en duda la idoneidad de muchas vocaciones de esos sectores tachándolos de rigoristas. Como si lo normal fuera tener pocas vocaciones. Honestamente no veo el sentido a esas conclusiones del Papa porque precisamente, por lo que tú dices, nos recuerda que la religión es cosa fuera de este mundo. Para cosas del mundo, ya está el mundo.
19/03/22 5:34 PM
Pedro de Madrid
No tiene la iglesia que hacer preguntas, sino respuestas
19/03/22 5:47 PM
PEDRO
La exposición de Monseñor es más que clara e instructiva. El aviso a caminantes, inapropiado, es una rendición para el futuro - que también es de DIOS - en cuento a vocaciones sacerdotales, sin acudir a MARIA, y sin tener en cuenta la PROVIDENCIA de DIOS, que rige y controla los pasos de la Humanidad, para la salvación de las almas.

Yo, ni nadie, nos podemos ir acostumbrando a la perdida casi total de sacerdotes, quedarnos sin sacramentos, y sin el perdón de los pecados en la Confesión, donde el Sacerdote administra la SANGRE DE CRISTO. Es decir, se puede dejar sin eficacia la BENDITA SANGRE de CRISTO en la CRUZ, para el perdón de nuestros pecados. ¡¡ Ello es más que imposible para quien así lo interprete ¡¡.

Y lo peor: ¡¡ a que se esta esperando para hacer EVANGELIZACIÓN ¡¡. Roguemos a SANTA MARIA, MADRE DE DIOS, MADRE DE MISERICORDIA, para que RUEGUE POR NOSOTROS.
20/03/22 12:59 AM
john
el análisis de Carlos Dueñas es demasiado sociológico, y lo que es peor, omite el aspecto espiritual y moral de la crisis vocacional.
20/03/22 4:18 AM
Cristián Yáñez Durán
El sacerdocio de que habla Monseñor es el ministerial, que pueden ejercer única y exclusivamente quienes han recibido el Sacramento del Orden. Este sacerdocio es irreemplazable porque es el único puede transubstanciar. El Santo Sacrificio de la Misa es el centro de la vida que es el Catolicismo y fuente de toda la vida sobrenatural cuyos canales son los siete sacramentos. El sacerdocio ministerial nada tiene que ver con el sacerdocio de los fieles tan cacareado por la progresía post conciliar.
La causa de la disminución de vocaciones es directamente la falta de Fe y la disminución de ésta es por: 1) la pérdida de cultura y la ignorancia propia de la superficialidad materialista que rinde culto servil a las artes útiles; y, 2) la mala fe, el odio a Cristo y a su Iglesia.
20/03/22 2:52 PM
john
Hugo cree que se puede tapar el sol con las manos. por cierto, la critica es necesaria y hasta obligatoria, ya que sin ella se cae en la autocomplacencia estéril.
20/03/22 11:39 PM
Roberto
En esto de las vocaciones sacerdotales, me surgen varias preguntas; si Dios es el que toma la iniciativa en la llamada, ¿por qué el llamado, vocacionado, elegido, contactado, etc, no lo ve de forma nítida y clara? porque si dependiera del hombre, se podría entender, pero ¿solo Dios llama a los chicos piadosos, buenos, y célibes? ¿discernimiento de años en seminarios, a veces, para al final, concluir que no es el camino de uno?
O es que puede que haya que reconocer honestamente que la "llamada" de Dios tiene muy poco de clara y nítida, y que tiene mucho de "montaje" humano, en el buen sentido de la palabra. O es mitad y mitad......
Opiniones, por favor.
21/03/22 10:44 AM
Tito España
Hugo: "dirigir todos sus planteos x vías formales"

¿Cómo hicieron los cuatro Cardenales con sus 'DUBIA'? Bien formales y documentados fueron sus argumentos y sus preguntas.
Pero,¿quién y cuándo ha respondido?
Veamos las cosas con claridad.

21/03/22 12:58 PM
Susana Labeque desde Argentina
Gracias Mons Aguer!!! Que deplorable este Papado.....Que se ponga a orar y a activar acciones para incrementar las vocaciones,que nos deje a los laicos en paz que ya bastante tenemos,y deje los tiros por elevacion para ordenar mujeres,gays,etc etc ,y a cualquiera que vaya pasando.....No sera este un Papa de feliz memoria.!!!
«La Tradición – en el sentido de fijación o conservadorismo – aparece también como ley de la Iglesia posterior: lo que tenéis, krateésate, conservadlo, reforzadlo, hacedlo fuerte. El Concilio de Trento fija las instituciones de la Iglesia Medieval, y desde entonces no se hacen cambios, en el sentido de reformas, reestructuraciones, creaciones. La Iglesia Antigua y la Iglesia Medieval crean el culto, la liturgia, el derecho canónico, la Monarquía Cristiana, las costumbres católicas: de todo eso, que parece definitivamente dado, vivimos nosotros».
P. Leonardo Castellani
«En el Anticristo habrá dos cosas, un sacrilegio y una herejía (Segunda Bestia) . Se hará adorar como Dios, lo cual es un sacrilegio; y por cierto el máximo; y para ello se servirá como de instrumento de un culto religioso derivado espuriamente del mismo Cristianismo: es decir, de una herejía cristiana, que pareciera ha nacido ya en el mundo». P. Leonardo Castellani
21/03/22 1:26 PM
hornero (Argentina)
No se busca sabiduría donde debieran buscarla: en la Aurora de María que irradia la Luz de la Gloria de Cristo sobre la Iglesia, la humanidad y el universo todo.

O, el Papa y los Pastores se convierten a María, o la Iglesia será entregada al anti-cristo hasta que la Señora Vestida de Sol lo aniquile.

21/03/22 2:58 PM
gustavo perez
Creo a todas estas que el Papa y sus correligionarios jesuitas,que son sus inspiradores desde dentro, están por la generación "ex nihilo..." de una nueva iglesia, diferente, no religiosa, menos sacral y espiritual. Ya se empezó a erosionar, desacralizar y desacreditar la liturgia. Por ahí va bien...por algo se empieza ¿Lo que me impide ver bien es si esta nueva iglesia de corte "jesuita" se corresponde con la iglesia de Cristo, perfilada en el evangelio? De todas maneras será una iglesia nueva, diferente, menos espiritual, muy laicizada, sin curas. Es algo "deseable" para paliar la crisis imparable y que puede llenar tantos vacíos, o mejor tantos abismos por la corrupción del clero y por la falta de dirección, de un piloto santo que corrija y se corrija, que enderece el curso ante la hecatombe en el horizonte.
21/03/22 3:19 PM
Francisco
Sigan haciendo fila para seguir pegándole al papa:¡¡ SUCESOR DE PEDRO!! Muy temerario y poca humildad demuestra monseñor Aguer Autocrítica por favor... Oración y penitencia nos sige pidiendo la Virgen. A ésto debemos dedicarnos todos ¡TODOS! los miembros de la Iglesia. Paz y bien
----

LF 
Monseñor Aguer hace de San Pablo resistiendo a San Pedro cara a cara delante de todos los fieles. 
Está en la epístola de Gálatas, por si no le suena de algo. 
21/03/22 4:51 PM
Gonzalo
A quien hay que convertirse es a Cristo. Él, no María, es objeto de nuestra fe.
Por supuesto María es un medio privilegiado para dicha conversión. Pero es el medio, no el fin.
21/03/22 9:16 PM
Cristián Yáñez Durán
Roberto,

Es bastante sencillo, si el candidato es maduro y tiene un gusto marcado por la vida sacerdotal (cuya esencia es celebrar el Santo Sacrificio de la Misa), aptitud (capacidad moral e intelectual) para ello y si natural y libremente se decanta por el sacerdocio, tiene vocación.
Se llama vocación porque la naturaleza individual se siente llamada a una actividad determinada, como a quien le gusta la mecánica, la química o la milia. Dios se manifiesta ordinariamente, mediante causas segundas (Él es la causa primera)
No es una intuición columbrada entre la penumbra ni un autoconvencimiento voluntarista. Mucho menos la manipulación de un desequilibrado (que lamentablemente los hay).
22/03/22 12:47 AM
Ricardo de Argentina
Decía amargamente Benedicto XVI, cuando reinaba, que "sus órdenes no pasaban de la puerta de su oficina".
Y luego tuvo que renunciar, lo que Mons. Aguer califica como "muy extraño". (ver el artículo anterior sobre los sacerdotes cancelados).

Es que cada vez está más claro: la cabeza terrenal de la Iglesia, la que elige y renuncia papas, la que nadie sabe cómo se elige y cómo se conforma, es la Curua Romana, que padece un cáncer creciente, el progresismo.
Y allí hay que buscar la causa de la destrucción de los seminarios, de la defenestración de los buenos obispos, de la cancelación de los sacerdotes y de la "falta" de vocaciones.
Que no es tal, me consta: no faltan vocaciones, sino que se las persigue ¡en los seminarios!. Sí, en los mismísimos seminarios. Por increíble que esto parezca, es así.
Y cuando los seminarios son buenos y resisten las presiones se los cierra, como el de San Rafael (Argentina). Y por expresa orden de Roma, como lo dijo clarísimamente su verdugo, Mons. Taussig.

Los católicos tenemos muchos problemas.
Pero uno de los principales, si no el principal, está en Roma.
22/03/22 1:35 AM
Cristián Yáñez Durán
...o la milicia.
22/03/22 2:05 AM
Roberto
Cristián Yañez Durán

Su planteamiento es muy sensato y diría que bastante "racional", lo que pasa es que no percibo una iniciativa de Dios clara (como la tuvo Abraham, Moisés o san Pablo); porque se den aptitudes o "gustos marcados"....eso puede ser muy interpretable; pero si admitimos que Dios actúa por causas segundas......no sé, es una opinión.
22/03/22 2:57 PM
Roberto Ibarra
Roberto,

Las vocaciones nacen en la familia Cristiana, acerta Monseñor Aguer al señalar que fue una gran mayoría de la jerarquía que al omitir expresamente e incluso atacar derechamente Humane Vite, la que afectó a la Familia Cristiana, abierta a la vida y a la voluntad de Dios. Si no hay Cristianos, es difícil o imposible, salvo acción directa de Dios, que existan vocaciones para el Presbiterado Católico. La fe se trasmite fundamentalmente en la familia, de allí que es la institución mas atacada, y que hoy sigue siendo - con la anuencia de la Jerarquía - perseguida en su esencia. Si es lo mismo estar casado que rejuntado, si ya el adulterio no es pecado mortal,(AL) si se "bendice" las uniones de hecho y sodomíticas, si da lo mismo ser o no bautizado para recibir la salvación, etc.. Efectivamente, será sólo un resto - como Israel - el que esté llamado a conservar la fe sobre la tierra cuando vuelva el Señor . Dios quiera que Dios nos cuente entre sus elegidos.
22/03/22 3:16 PM
Rubén de Córdoba
«nos prepare para entregar nuestro don cuando seamos menos, a quien pueda colaborar con nosotros»

nos prepare para entregar...
Se le puede pedir al padre que nos prepare para entregarlo?
Es digno el hijo que pide "preparación" para una entrega de tal magnitud?
Entregarlo no significa "traicionarlo"?
No deberíamos morir antes de la "entrega"?
Nuestro don.....
Cual de ellos?
La fe?
A los que poseen el orden sagrado la administración de los sacramentos?
cuando seamos menos...
Cuantos son "menos"? 1, 3, 7 o 1000?
Quién los cuenta?
a quien pueda colaborar con nosotros....
Sin mas requisitos que querer colabora?
Todo esto no les suena por lo menos raro?
22/03/22 4:48 PM
Juan Pablo B.
Las vocaciones sacerdotales y religiosas son de Cristo , y el ámbito donde
nacen es la familia ( no Roma ).

Soy de San Rafael , y tengo hijos sacerdotes . Estoy agradecido a Mons . Taussig pues debe ser el Obispo Argentino que más Ordenación Sacerdotal hizo .

Las conversiones son individuales . Dejamos de acusar a terceros de nuestra mediocridad .
22/03/22 9:33 PM
Esteban
"Las vocaciones sacerdotales y religiosas son de Cristo , y el ámbito donde
nacen es la familia ( no Roma )." . Sí, está bien eso , pero muchas vocaciones nacen en los jóvenes al influjo de los buenos y santos sacerdotes. Lo digo porque tengo sacerdotes y futuros sacerdotes en mi familia y se como se despertó{o la vocación en ellos. Dónde están los buenos y santos sacerdotes ahora, brillan por su ausencia. La mayoría son empleados administrativos a tiempo parcial que no despiertan en los jóvenes ni el más mínimo deseo de seguirlos y ser sacerdotes .
23/03/22 12:51 AM
Juan
Lamento que Monseñor Aguer cada vez ahonde más en sus problemas domésticos.



No me mueve a leerlo, pareciera que viese con anteojeras.


Lo leo al Papa.
---

LF 
Lo tiene muy fácil. No vuelva a leer artículos de Monseñor Aguer. 
28/03/22 1:47 AM

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