Probablemente ha habido más encuestas sobre el aborto que sobre ningún otro asunto de política pública. En un gran número de ellas se ha pedido a la gente que se identifique o bien como “pro-vida” o bien como “pro-elección”. Otras han preguntado sobre el creciente número de leyes pro-vida. Otras sobre si el aborto debería ser legal dependiendo de las circunstancias. Sin embargo, el mes pasado, el Instituto McGrath para la Vida de la Iglesia de la Universidad de Notre Dame ha publicado los resultados de un tipo diferente de encuesta sobre el aborto. Un equipo compuesto por cinco sociólogos dirigidos por la doctora Tricia C. Bruce, llevó a cabo una serie de entrevistas en profundidad con 217 americanos procedentes de un amplio rango de grupos demográficos. Esta encuesta trata de explicar mejor lo que motiva las diferentes actitudes de los americanos con respecto al tema del aborto.
La aportación más importante de dicha encuesta es que la actitud de la mayoría de la gente hacia el aborto es matizada. La mayoría de las personas no son activistas y pocos han invertido una cantidad de tiempo relevante a pensar sobre el aborto. Y es por esto por lo que muchos de los que se identifican como ”pro-vida” piensan que el aborto debería ser una opción legal en situaciones difíciles tales como la violación o graves defectos en el feto. De igual forma aquellos que son “pro-elección” se oponen al aborto en el último trimestre y no lo aprueban como forma de anticoncepción. Las actitudes individuales estaban motivadas por un rango de factores que incluyen la religiosidad y la ideología. Particularmente, las experiencias personales de embarazos no planeados, adopciones, y abortos naturales a menudo juegan un papel principal en la opinión de la gente. En general, la encuesta ofrece tres aportaciones que son importantes para los esfuerzos educativos pro-vida actuales.
La mayoría de las personas no están bien informadas sobre los detalles del aborto
Poca gente dedica una cantidad de tiempo significativa a investigar sobre el aborto. Muchos de los encuestados estaban poco familiarizados con datos básicos sobre el desarrollo del feto o sobre la política pública. La mayor parte de ellos ha oído hablar de Roe v. Wade, pero saben poco sobre esa ley más allá del hecho de que legalizó el aborto. Además, muchos desconocen las leyes estatales que regulan dicha materia. Aunque el aborto fue un tema principal en las entrevistas, muchos de los entrevistados se distanciaron de los detalles específicos. En suma, esto muestra que los esfuerzos educativos pro-vida son importantes. Tener más información sobre el desarrollo del feto podría reducir el apoyo público al aborto legal. Asímismo, más encuestas sobre el incremento de las leyes pro-vida serían de gran ayuda, ya que hay mucha gente que no es consciente de la naturaleza permisiva de la política sobre el aborto en los Estados Unidos.
La calidad de vida después de un aborto es importante para muchos.
Mucha gente pensaba que el aborto debería ser legal porque temían que los niños nacidos de un embarazo no planeado podrían ser desantendidos. Algunos creían también que algunas mujeres se verían afectadas negativamente por llevar a término un embarazo no deseado. Por ello, los pro-vida deberíamos continuar promocionando nuestro trabajo sobre la adopción. Deberíamos también promocionar la vida, anunciando el trabajo hecho por los miles de centros de ayuda en el embarazo en los Estados Unidos. Es interesante ver que parece que poco de los participantes mencionan estos centros durante el curso de la entrevista. Además, parece igualmente que pocos de los entrevistados hablen de historias de arrepentimiento después de un aborto cuando se discuten asuntos importantes de la vida. Sin embargo, los testimonios de mujeres que se han sometido a un aborto han persuadido a muchas personas a oponerse a él.
A la gente no le gusta el aborto.
Muy poca gente pensaba que el aborto fuese una decisión acertada o como dicen los autores “un fin deseable”. Es más, ellos cuentan que los americanos no abordan el tema con “insensibilidad” sino con “delicadeza”. Muchos calificaban las decisiones para llevar a cabo un aborto como “difíciles” o “impuestas”. Sobre todo, durante la entrevista, los autores oyeron frecuentemente opiniones sobre la necesidad de prevenir las circunstancias difíciles relativas a temas económicos y las relaciones que a menudo inducen al aborto. De nuevo, los pro-vida debemos divulgar mejor las alternativas prácticas y comprensivas que ofrecen los centros de ayuda en el embarazo para las mujeres que se enfrentan a un embarazo no deseado.
En general, las encuestas nacionales sobre el aborto muestran típicamente que en cualquier lugar entre el 40% y el 50% de los americanos se declaran “pro-vida”. Sin embargo, también muestran que hay una mayoría muy fuerte que apoyan un incremento de las leyes pro-vida, tales como la prohibición del aborto en el último trimestre, las leyes sobre la implicación de los padres, y las que ponen límites a la financiación del aborto por parte de los contribuyentes. Estos resultados indican que a un número significativo de americanos no les gusta el aborto, pero no se sienten cómodos con que se haga ilegal. El hecho de que la información pro-vida llegue a este grupo y sea efectiva es la clave para conseguir una mayoría pro-vida duradera que devuelva la protección legal a los no nacidos. Esta encuesta reciente de la Universidad de Notre Dame puede proveer a los grupos pro-vida de algunas perspectivas muy importantes sobre cómo sus esfuerzos educativos pueden ser efectivos para atraer a este grupo de americanos.
Michael J. New
Traducido por Ana María Rodríguez y Manuel Pérez Peña
Publicado originalmente en el National Catholic Register