Monseñor Manuel Monteiro de Castro ya no es el Nuncio de Su Santidad el Papa en España. Hoy se ha hecho público su nombramiento como nuevo Secretario de la Congregación de los Obispos. Por tanto va a ser el número 2 del dicasterio que presenta al Papa los candidatos ideales para ser nombrados obispos de las diócesis católicas de rito latino. Es, sin lugar a dudas, un ascenso en la carrera eclesial del arzobispo luso.
Valorar su labor en la nunciatura española es relativamente fácil. En sus nueve años al frente de la misma se han cumplido inexorablemente dos principios: buenos nombramientos y lentitud a la hora de llevarlos a cabo. No es fácil saber cuánto cabe atribuir a monseñor Monteiro de Castro el retraso en la provisión de vacantes para las diócesis españolas, pero sin duda algo habrá tenido que ver en ese "defecto". Pero ello no empaña el hecho de que la renovación del episcopado español que se ha producido en lo que llevamos de siglo ha sido para bien.
Entre los conflictos que ha tenido que abordar el Nuncio Monteiro destacan dos por encima de otros. La cuestión de los Bienes de la Franja, que ha supuesto un enfrentamiento entre dos diócesis hermanas y vecinas, Barbastro y Lérida. Se podrá decir que don Manuel podía haber sido más contundente en la petición a la diócesis catalana para que cumpliera lo dictaminado vez tras vez por Roma, pero en ningún caso se le puede culpar a él de que la desgraciada batalla pública entre esas dos iglesias locales se haya prolongado tanto en el tiempo.
La llegada de Zapatero al poder, con su política laicista y de promoción de la cultura de la muerte, ha hecho que las relaciones entre el gobierno y la Iglesia hayan pasado por graves dificultades en los últimos 5 años. El papel de monseñor Monteiro ha sido el típico de un miembro del cuerpo diplomático del Vaticano. Apenas ha terciado públicamente en lo que era materia propia de la Conferencia Episcopal Española.
Si algo se le puede reprochar al Nuncio que ahora se va a Roma es que se ha buscado amistades personales en ámbitos poco recomendables para un prelado católico. Pero eso ya queda en el pasado.
Desde InfoCatólica queremos mostrar nuestro agradecimiento a don Manuel por su servicio a la Iglesia en España y le deseamos el mejor de los éxitos en la gran responsabilidad que le toca desempeñar en la curia romana.