Junto con el calentamiento global, otro de los grandes mitos/timos científicos de nuestro tiempo es el de la investigación con células madres embrionarias gracias a la cual se curarán cientos de enfermedades, como el Alzheimer. En ambos casos, los datos demuestran que son un engaño
-El Hospital Vall d'Hebron reconstruye la cara de dos niños a partir de células madre (La Vanguardia)
-Lentillas con células madre cultivadas combaten la ceguera (Público)
¿Qué tienen en común estas noticias sobre las propiedades curativas de las células madre? Pues que éstas son células madres ADULTAS, obtenidas del propio paciente, no de la destrucción de embriones. Este matiz, los dos periódicos, uno supuestamente conservador y otro ridículamente izquierdista, lo ocultan. Si se tratase de descubrimientos debidos a células madre embrionarias habrían abierto los telediarios.
¿Recordáis a Bernat Soria y otros con sus insinuaciones de que curarían la diabetes, el Parkinson y el Alzheimer si se les permitía investigar con embriones y se les financiaba? Son como Al Gore y sus mariachis: "dadme pasta y pararé el derretimiento del Ártico". Mientras haya tontos que se lo crean, ¿para qué van a cambiar?
Soria, que gracias a triturar embriones llegó a ministro, pontificó así en una entrevista:
Quienes defienden el uso de células madre adultas se han dado prisa en hacer transplantes en pacientes (...) Pero hay mucha prisa por demostrar que las células madre adultas son mejores que las embrionarias. Creo que cuando se habla de ética hay que hablar de todas las éticas.
¿Dónde están sus descubrimientos? En el mismo archivo de fracasos y mentiras que los veranos más calurosos de la historia, la clonación humana y el eslabón perdido.
Nos encontramos ante otra mentira para dominar la sociedad y ganar mucho dinero o muchos premios.
Aquí tenéis un reportaje sobre los fraudes científicos y otro sobre las subvenciones que se cobran en Estados Unidos.
Pedro Fernández Barbadillo