Cuando el Papa Francisco habla improvisando siempre resulta amistoso y afable, pero a veces lo que dice es confuso. Un buen ejemplo son sus recientes comentarios sobre Martín Lutero, porque pareció que sugería que hay un grado de concordancia entre católicos y protestantes que simplemente no lo hay.
Los periodistas que viajan con el Papa pueden contar con disfrutar a bordo de un espectáculo extraordinario. El Papa Francisco ha convertido en costumbre aceptar preguntas de los medios, y es habitual también que mientras las preguntas parecen haber sido cuidadosamente preparadas, las respuestas de su Santidad no.
Los denominados comentarios «improvisados» a veces no lo son tanto, ya que en realidad pueden estar apoyados en algunas ideas preparadas previamente por el orador en previsión de la pregunta. Sin embargo, los comentarios del Papa no cuentan con ese apoyo preparado de antemano.
Sus maneras informales y su talante abierto y espontáneo son relajantes pero sus comentarios en vuelo no deben ser tratados como pronunciamientos papales. Aunque suelen ser comentarios agradables y amistosos, raramente son integrales, a veces son contradictorios y con frecuencia confusos.
En el vuelo de vuelta de Armenia el pasado fin de semana, le preguntaron al Papa sobre el viaje que tiene previsto a Lund, Suecia, para conmemorar el quinto centenario de la Reforma Protestante. Tilmann Kleinjung de la Radio Nacional Alemana pidió al Papa que reconociera los «dones de la reforma» y le preguntó si podría ser retirada la excomunión de Lutero de 1521.
La respuesta completa del Papa se puede leer en este sitio. Aquí van unos extractos:
«Yo pienso que las intenciones de Martín Lutero no eran equivocadas. Era un reformador. Tal vez algunos métodos no eran correctos …. en ese tiempo la Iglesia no era precisamente un modelo a imitar. Había corrupción en la Iglesia, había mundanidad, apego al dinero, al poder, y por esto él protestó.»
«Hoy luteranos y católicos, protestantes, todos estamos de acuerdo en la doctrina de la justificación. En este punto, que es muy importante, él no se equivocó …»
El Papa concluyó observando que hay división dentro del propio luteranismo, que el camino del ecumenismo es difícil y que debemos rezar juntos y trabajar juntos para ayudar a los necesitados.
Nadie negará que el camino ecuménico es difícil y casi todo el mundo estaría de acuerdo en que la revuelta protestante fue una tragedia. Además todos afirmaríamos, junto con el Papa, que debiéramos seguir rezando y trabajando juntos, como hermanos cristianos, tanto como sea posible.
Se trata de la imprecisión que acompaña a las charlas afables y confusas del Papa Francisco, que exaspera a más y más católicos. He preguntado a Richard Ballard, un diácono católico que fue pastor luterano durante veinticinco años, qué opina de la respuesta del Papa Francisco.
Manifestó cierta exasperación con el Santo Padre, e hizo tres observaciones y objeciones principales.
La primera es que el movimiento protestante desatado por Martín Lutero no fue una reforma lícita de la Iglesia. Fue una abierta rebelión contra la Iglesia Católica que acabó en no sólo un cisma sino en miles. Además provocó disturbios sociales, derramamiento de sangre, y rebeliones y revolución que desgarraron la Cristiandad.
En este aspecto, considera Ballard, la opinión del Papa es simplemente errónea. Las intenciones de Martín Lutero sí eran equivocadas.
Segunda, la opinión del Santo padre de que «hoy luteranos y católicos, protestantes, todos estamos de acuerdo en la doctrina de la justificación» es, muy sinceramente, ingenua. Todos los que se preocupan por la unidad de la iglesia aplauden la Declaración conjunta sobre la doctrina de la justificación de 1999, pero declarar que todos los protestantes y los católicos están ya de acuerdo es incorrecto.
Estoy de acuerdo con la valoración de Ballard. Atiendo como sacerdote en el corazón del Cinturón de la Biblia de los Estados Unidos y puedo asegurarle que la mayoría de los protestantes de aquí están enérgicamente en desacuerdo con los católicos en lo referente a la doctrina de la justificación.
Además, la mayor parte de ellos nunca han oído nada sobre el documento conjunto de la Federación Luterana Mundial y la Iglesia Católica de 1999.
Por si acaso alguno piensa que las únicas objeciones provienen de predicadores palurdos, Ballard tiene dos títulos en teología y está doctorado en asesoramiento pastoral. Le pregunté qué pensaba de la sorprendente
y enfáticamente recalcada declaración del Santo Padre de que en el tema de la justificación Lutero «no se equivocó».
«Según la teología ortodoxa católica Lutero se equivocó», insistió. «Lutero sostenía que hay una justificación imputada exteriormente, lo cual implica que la persona bautizada sigue en pecado incluso después de la justificación. En esencia, Dios simplemente hace como que la persona está justificada y santificada, cuando en realidad no lo está» dijo.
«Esta es una divergencia grave con respecto a la teología católica, la cual enseña que hay una justificación infusa en lugar de una justificación imputada exteriormente, dicho de otro modo, la persona bautizada es realmente transformada y purificada por la Gracia de Dios», dijo Ballard.
«Además, en la Declaración conjunta, los teólogos luteranos aún sostienen su punto de vista de la justificación imputada exteriormente.»
Ballard explicó, «Otra diferencia grave es qué lugar se considera que ocupan las buenas obras en la justificación y santificación de la persona bautizada. Los católicos insisten en que las buenas obras (impulsadas por la Gracia de Dios) son meritorias y contribuyen al proceso de salvación y purificación del alma. Los luteranos todavía se aferran a la noción de salvación sólo por la fe y así niegan la importancia de las buenas obras en la economía de la salvación.»
No es el único.
El mismo Papa Benedicto XVI no es tan optimista como el Papa Francisco sobre la Declaración conjunta. En una aclaración detallada, el entonces Cardenal Joseph Ratzinger reconocía que se había avanzado y que se habían desarrollado verdaderos puntos de convergencia.
Sin embargo, en contraste con la valoración demasiado optimista del Papa Francisco, Ratzinger declaró: «la Iglesia Católica piensa que todavía no podemos hablar de un consenso de tal naturaleza que elimine todas las diferencias entre los católicos y los luteranos en el modo de entender la justificación. Hay un grado de acuerdo alto, pero no nos permite afirmar que todas las diferencias que separan a católicos y luteranos en lo concerniente a la doctrina de la justificación son simplemente cuestión de énfasis o lenguaje.»
«Algunas de estas diferencias afectan a aspectos substanciales y por tanto no son compatibles unos con otros» dijo Ratzinger.
La visita del Papa a Lund de octubre para conmemorar el comienzo del protestantismo debe, con razón, afirmar la fe compartida entre católicos y protestantes, y celebrar el progreso ecuménico que se ha alcanzado, pero ambas partes debieran ser claras sobre los importantes obstáculos para la unidad que aún hay y, en el futuro, avanzar basándose no sólo en la caridad sino también en la claridad.
P. Dwight Longenecker
Traducido desde Cruxnow por el equipo de traductores de InfoCatólica