Los medios de comunicación se refieren con frecuencia a la enseñanza de la religión en la escuela, no siempre con la imparcialidad y veracidad que una información requiere y con desconocimiento del tema en general, utilizando la información de manera ideológica y no refiriéndose a la realidad. Incluso se habla de privilegio de la Iglesia Católica. Nada más lejos de la realidad y la verdad.
La verdadera naturaleza de la enseñanza de la religión en la escuela nace del derecho constitucional de los padres a que sus hijos reciban la educación de acuerdo con sus convicciones morales y religiosas consagrado en el artículo 27.3 de la Constitución Española. Para garantizar este derecho desde el punto de vista católico se firmaron los Acuerdos Santa Sede – Estado Español de 1979.
Este tema es de nuevo actualidad con la implantación de la LOMCE. Durante meses se estuvo diciendo que la LOMCE era la «ley de los obispos», cuando no es así, o que la religión a partir de ahora es evaluable, cuando siempre lo ha sido, o que se obliga a los alumnos y alumnas a estudiar religión, etc… Nada más lejos de la realidad.
Es verdad que la LOMCE mejora en algunos aspectos la situación actual, puesto que contempla una alternativa con contenido evaluable igual que la asignatura de religión. Por otra parte, la nota de religión y su alternativa cuentan como las demás. En cambio, no la ofrece como oferta obligatoria en Bachillerato, por lo que seguramente terminará desapareciendo en los centros públicos. La LOMCE, además, deja la carga horaria de todas las etapas y niveles educativos, excepto en Educación Infantil, a criterio de las comunidades autónomas. La Junta de Andalucía ya ha recogido en los proyectos que ha hecho públicos que asignará a la asignatura de Religión 45 minutos semanales, es decir la mitad de lo que ha tenido hasta ahora. De esta manera difícilmente se podrá impartir el currículo y el profesorado que la imparte quedará en una situación laboral de precariedad.
No entiendo como unos gobernantes que lo son de todos los ciudadanos a los que deben servir, legislan en contra del 75% de los padres que escogen en Andalucía la enseñanza religiosa escolar para sus hijos.
Por eso quiero dejar claro que la LOMCE incumple abiertamente los acuerdos Iglesia-Estado en materia de enseñanza religiosa escolar, ya que no garantiza suficientemente en Primaria y Secundaria el tiempo mínimo imprescindible para impartir su currículo, mientras que prácticamente lo impide en Bachillerato.
Me consta que se ha intentado dialogar con las administraciones competentes para que la situación se corrigiese y así volvieran a quedar garantizados tanto los Acuerdos Iglesia-Estado como el mencionado derecho de los padres.
Espero que con este breve escrito se conozca la situación real de la enseñanza religiosa en la escuela, y mi preocupación y la frustración de los profesores de religión por el daño que se va a hacer a la asignatura, a los alumnos, a las familias y a los propios profesores, con un futuro laboral realmente incierto.
Juan Ortega Álvaro
Delegado Diocesano de Enseñanza
Obispado de Asidonia-Jerez