El día 27 tengo un juicio contra uno de los trabajadores del abortorio. Al final los proaborto dan la cara y esta es muy fea y agresiva.
Se quitan la careta de ayudadores de la mujer y paladines de la libertad femenina y de su boca salen lindezas como «marchaos de misioneras a Perú, no tenéis ni p... idea de lo que sufren las mujeres». Directas a tu cara pues el tipo está ocupando sin pudor alguno tu espacio personal.
Llegar a las manos estaba cantado pues la línea de separación entre una agresión verbal y una física es muy fina; en ambos casos se ha perdido el respeto al ser humano y se le trata abusivamente.
Es verdad que existen en función de las metas que se consigan con la agresión dos tipos de agresiones: la agresión afectiva u hostil; que es la que pueden tener cualquiera de nuestros hijos cuando se enfadan entre ellos y movidos por la impulsividad y la ira y, sin prevenir las consecuencias que su acción tendrá, se lían a insultos o peor; por cualquier tontería como que «mi hermano me ha apagado el ordenador y estaba bajándome una cosa».
Y la agresión instrumental que se caracteriza por ser una agresión dirigida a conseguir un objetivo como el sometimiento de la víctima, su colaboración, o un beneficio de cualquier tipo. Es por ejemplo cuando el matón del colegio da una paliza de vez en cuando a algún niño solo para seguir manteniendo su rango y autoridad entre los chavales.
Bien, pues el día 15 de mayo, y mientras me encontraba hablando con una vecina del barrio de San Fernando donde está ubicado el matadero de niños, el individuo en cuestión que ya había traspasado en días anteriores la línea imaginaria de la agresión verbal; volvió a increparme y a gritarme como si yo fuera un perro que se orinase en la puerta de su negocio.
Cuando al acercarse una pareja intente entregarle unos folletos informativos me los arranco de la mano impidiéndoles a ellos ser informados y a mi expresar mis opiniones; vulnerando uno de los Derechos Humanos con mas predicamento: «Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión». Artículo 19 de la Declaración Universal de Derechos Humanos.
Al agarrarme del brazo mientras me zarandeaba y gritaba: «fascistas iros al parlamento a defender eso, y si no os hacen caso os j...» dejo clara su catadura moral, personal y ética así como las intenciones verdaderas de su agresión, que es, a mi juicio, intimidarme para que no vuelva a aparecer por el abortorio a ofrecer ayuda a las mujeres.
Callarnos para conseguir un silencio en el que poder actuar impunemente
Si porque los abortistas necesitan contar con el silencio de la sociedad que observe sus atropellos sin decir nada.
Necesitan, ya que la gente de bien no les va a apoyar expresamente en sus agresiones a los niños que no han nacido; que por lo menos se mantengan en silencio y sin intervenir ante estas agresiones y actos violentos,para así poder interpretarlos como una señal de conformidad. De ahí que lo primero que buscan con la propaganda es quitar la legitimidad a los ciudadanos de expresar su opinión en contra del aborto.
¡Solo la mujer tiene derecho a decidir sobre su cuerpo! Lo malo es que ni es su cuerpo el cuerpo del bebe pues posee otro ADN diferente al suyo; ni tener un hijo es cosa solo de uno sino de dos y el padre es ignorado, humillado y pisoteado en gran parte de los casos .
¿Y los abuelos? ¿No tienen derecho a opinar los abuelos?
De modo que lo que es solo opinión de unos pocos los negociantes del aborto llega a ser considerado como una manifestación de aceptación generalizada de toda la sociedad.
Y prolongar en el tiempo esta situación dificulta cada vez más la expresión de posiciones contrarias a este tipo de acciones, y en este sentido promueve la violencia porque la victima pierde la esperanza de encontrar apoyo y va al abortorio como oveja al matadero. Sin rechistar.
Los agresores persisten en su conducta impunemente y los observadores van desarrollando diversas estrategias de afrontamiento como evitar el contacto visual (algunas personas se cruzan de acera para no encontrar sus miradas con las nuestras en la puerta del abortorio) evitan hablar de lo ocurrido (algunos vecinos niegan conocer la existencia del abortorio en su barrio) y al contrario dan señales pasivas o activas de simpatía con los agresores (minimizando la gravedad de lo ocurrido, echando la responsabilidad exclusivamente sobre la madre, etc.)
Se entiende por agresión cualquier forma de conducta dirigida a dañar o a injuriar a otro ser vivo que está motivado a evitar tal trato. (Barón y Richardson)
Se incluyen por tanto como agresión las conductas que teniendo intención de provocar un daño, fracasan en lograr el objetivo.
Los intentos frustrados de difamar, difundiendo rumores, o los intentos fallidos de aterrorizar si serian casos de agresión.
La intención de hacer daño es, sin duda, el elemento central de la definición de este tipo de comportamientos.
Así que por eso, señor gerente del abortorio de Badajoz le denuncio por agresión, aunque su acción haya fallado y cada lunes y cada martes seguirá usted teniendo este perro que le orine en la puerta de su negocio.
Margarita Cabrer