Este año, el 21 de marzo, ha sido el primer año en el que se ha celebrado el día internacional del Sd de Down, sin embargo los jueces españoles siguen penalizando tácitamente el nacimiento de estas criaturas. Hace unos meses escribía un artículo sobre el papel de los jueces ,políticos, padres y médicos en estas condenas. También era conocido el caso de un tribunal de Madrid que condenó al Servicio Madrileño de Salud (sermas) a pagar 80.000 euros por no haber diagnosticado un Sd Down en un embarazo gemelar y haber privado a los padres de decidir si le ejecutaban al hijo. Abundando en este caso, Diario Médico informaba el 30 de marzo, que el Tribunal Supremo ,tras un recurso de casación, ha subido la indemnización a 280.000 euros al considerar que, "no es sólo indemnizable el daño moral consistente en privar a los padres de la posibilidad de decidir sobre la interrupción voluntaria del embarazo, sino también el mayor coste o el incremento que supone la crianza de un hijo afectado con síndrome de Down".
En el día del aniversario de la muerte del Beato Juan Pablo II Magno ,ReL publicaba una noticia en la que se aseguraba que un primo de Benedicto XVI con Sd de Down había sido ejecutado en el ámbito de la sanidad nazi. Una mentalidad muy parecida a la de estos tribunales actuales expresada con estas condenas tácitas del nacimiento de indeseables, de discapacitados o de personas que necesitarán en sus cuidados una gran cantidad de recursos, es la que tenían los ideólogos de programa Aktion T4 que seleccionaba a las personas incluyéndolas en listas para ser ejecutadas. Hoy la barbarie se comete bajo la excusa de la democracia y la libertad.
José Luis del Barco, en su breve ensayo la “Democracia Vacía”, comentaba la opinión de Hans Kelsen, jurista austriaco padre del positivismo político y paladín de la posición relativista que impera hoy. Kelsen aprovecha el pasaje del juicio a Jesús para la describir la actitud de un "perfecto demócrata".
Dice Kelsen que cuando Pilatos pregunta a Cristo sobre la verdad (¿quid is veritas?,Jn 18,38), en realidad no espera respuesta porque en el fondo piensa que la verdad es inalcanzable; la verdad es lo que decida la mayoría, y lo condena a pesar de haber reconocido no encontrar culpa en él. Kelsen no entendió el silencio de Jesús, ni que la verdad por la que preguntaba fue lo que vino después: la Cruz, el sacrificio, dar la vida por los demás.Tampoco los demócratas de hoy están interesados en esa verdad.
Pilatos, como nuestros jueces, se desentiende de la verdad, del bien y de la justicia. Lo único que le interesa es la pax romana y complacer al pueblo judío, dominado por fariseos y celotes, que pide y desea la muerte del nazareno. Asumir que Cristo es el Mesías anunciado durante veinte siglos dejaría sin expectativas de futuro al pueblo judío, por tanto había que indemnizarlo condenando a Jesús que había confesado ser el hijo del Dios, el Camino, la Vida y la Verdad.
Dice del Barco, que para Kelsen ,” Pilatos expresa con esa maniobra el necesario escepticismo del político, que ha de ser desconfiado, incrédulo, indiferente, desinteresado y frio. Al comportarse como lo hace se comporta como un perfecto demócrata que debe encogerse de hombros –o lavarse las manos- ante los dilemas morales y trasladarlos a la mayoría, que es fuente, origen y principio de la raíz de los valores”.
José Luis del Barco afirma que” Kelsen llegó al extremo de defender, con sangre y lágrimas si hiciera falta, la certeza relativista”. Hoy no hacen falta sangre y lágrimas, basta con que un juez multe con casi 50 millones de pesetas a los gestores de la sanidad pública para asegurar que los médicos sigan seleccionando prenatalmente a los discapacitados a fin de que la democrática actitud de decidir su pena de muerte siga siendo un valor. El papel de estos médicos sumisos, amedrentados por las condenas judiciales, que se dedican a seleccionar a aquellos sobre los que se decidiría su ejecución por el bien del pueblo, -del demos- no dista mucho de esos que participaron en el Aktion T4 y resultaron condenados en los juicios de Núremberg.
Estos “pilatos” de hoy, que exigen que los médicos actúen como Judas delatando a los enfermos para no privar al pueblo de decidir si desean ejecutar a los inocentes, carecen de todo interés por la justicia y por la verdad al igual que hace dos milenios. Hoy, como hizo el Bautista, sigue siendo muy necesario denunciar estas actitudes criminales e hipócritas disfrazadas de progreso ciencia y justicia y llamar al arrepentimiento por las bofetadas y escupitajos que estamos lanzando al Padre en las modernas democracias. La reparación es más necesaria y urgente que nunca.
J. Ratzinger proclamaba que "un hombre de conciencia es aquel que no compra progreso, tolerancia, consenso, bienestar, reputación o aprobación públicas renunciando a la verdad"; lamentablemente hoy seguimos teniendo políticos, padres, jueces y galenos que carecen de conciencia o la tienen enferma. Hoy, a pesar del progreso, de la tolerancia y del bienestar, sigue siendo necesaria la muerte y la resurrección de Cristo para poner luz en medio de tanta tiniebla y curar a tanto ciego y tanta conciencia desmoronada por la lepra; Dios no se ha equivocado en sus planes y sufrir tiene sentido, venció a Judas y a Pilatos resucitando a su Cristo demostrando la supremacia de la Verdad y que el perdón es posible: Cristo e risorto, veramente risorto.
Esteban Rodríguez Martín, ginecólogo
Publicado originalmente en Religión en Libertad