Algunos católicos están empeñados en mantener un rumbo que dirige la barca de la Iglesia a los acantilados. Y o les sirve como advertencia el naufragio de los anglicanos y los luteranos.
José Manuel Vidal ha escrito un artículo en el que, tomando como excusa la situación del clero en la diócesis de Zamora propone la cantinela de siempre: abolición del celibato obligatorio, ordenación de mujeres como sacerdotes y elección de presbíteros por los laicos (los comprometidos y maduros, claro):
Si la eucaristía es el centro de la vida cristiana y no queremos dejar sin ella a los fieles, urge abrir la puerta a nuevos modelos presbiterales.
No basta ya con derogar la ley del celibato obligatorio e instaurar el celibato opcional. Es urgente dar pasos hacia nuevos modelos de curas. Desde los curas casados a las mujeres sacerdotes. Desde los presbíteros (viri probati) elegidos por la comunidad y a su servicio hasta un tipo de ministro-sacerdote, que no sea funcionario ni de lejos, para pasar a ser realmente el servidor de la comunidad.
Para comprobar qué resultado tendrían estas innovaciones, contrarias a la doctrina de la Igleisa, no hay más que mirar lo que ocurre entre los hermanos separados.
Como escribe el padre Santiago Martín:
(...) los Episcopalianos deberían tener los templos a rebosar. Tienen curas casados; desde 1930 aceptan los anticonceptivos; desde 1976 tienen sacerdotisas; desde 1989, obispas; desde el 2000 dejaron de considerar pecado el adulterio; en 2003 ordenaron obispo a un homosexual que vivía con su pareja; en 2006 aceptaron el matrimonio homosexual; en 2010 ordenaron a una obispa lesbiana activa y, por supuesto, son pro abortistas. Tienen, por lo tanto, todo aquello con que sueñan los curas, laicos y teólogos católicos más disparatadamente progresistas y, sin embargo, lo que no tienen son feligreses.
Un teólogo episcopaliano es más rotundo:
«Dentro de 26 años no habrá nadie que frecuente las liturgias y la comunidad episcopaliana»
El diagnóstico presentado por Vidal de la falta de sacerdotes está mal hecho. ¿Por qué los seminarios está vacíos en Bilbao, San Sebastián, Barcelona y otros lugares? ¿No será responsabilidad del sector progresista y nacionalista de la Iglesia que ha gobernado durante décadas esas diócesis? Los seminarios de Toledo, Getafe, Madrid, Tarrasa y Córdoba sumaban hacía unos años casi 350 seminaristas.
Donde no ha penetrado el progresismo (o el modernismo, como lo definió San Pío X), los seminarios rebosan. Así ocurre en África:
En los últimos treinta años, los católicos en África se han triplicado, hasta llegar a unos 150 millones. Y este aumento ha sido muy superior al incremento de la población en general, ya que hace treinta años los católicos eran el 12,4% de la población africana y actualmente están en torno al 17%.
Este aumento es fruto de la evangelización, que es una de las preocupaciones fundamentales del catolicismo africano. Los sacerdotes recorren incansables distancias increíbles para llegar a todas las aldeas, donde la tarea de los catequistas laicos resulta esencial. Hay ya más de 150 emisoras católicas de radio en el continente.
Actualmente, el 20 % de los seminaristas católicos del mundo están en África.
Si Vidal nos propone modelos (fracasados) en Alemania, Suecia y Nueva York, ¿por qué no buscar modelos exitosos en África?
Pedro Fernández Barbadillo
Publicado originalmente en Bokabulario