Artículos de José María Iraburu en InfoCatólica

José María Iraburu

Sacerdote

Santa María Reina

Pocos días después de la Asunción de María a los cielos en cuerpo y alma, celebra la Iglesia a María Reina, Reina y Señora de todo lo creado.

Jesús nos promete en Adviento: «Vengo pronto»

Lo dice en el Apocalipsis para confortar a los «hijos de la luz» que están librando un «buen combate» con los «hijos de las tinieblas». Insiste en que vendrá «pronto». Y comenzamos el Adviento, en continuidad con el final del Año litúrgico, evocando la futura Venida gloriosa de Cristo, Contemplamos al Salvador que vendrá en gloria y majestad.

Fátima –12 (13-X-1917). El Inmaculado Corazón de María

–Estamos en la 6ª aparición. Hoy, hace cien años. –Es la última. Termina el mensaje de Fátima con «el milagro del sol» y con la bendición luminosa de María, de San José y del Niño Jesús. Sor Lucía hace de ella el siguiente relato en su Memoria IV (1941).

Fátima –11. (13-IX-1917): vivimos de limosna, pidiendo al Señor

El trece de septiembre de 1917 la Virgen María se apareció en Fátima por quinta vez Hace justamente cien años. Fue la penúltima de sus apariciones. Y Sor Lucía la describe así en su cuarta Memoria, la de 1941:

Amoris lætitia-14. La Iglesia es una, y ha de guardarse unida en doctrina y disciplina

La Iglesia es una. En todo lo fundamental en doctrina, moral y disciplina, la unidad pertenece a la Iglesia como nota propia de su naturaleza. Puede sobrevivir la Iglesia a pesar de los pecados personales de sus Pastores y fieles, como veinte siglos de historia lo demuestran. Pero va en contra de la naturaleza de la Iglesia, es decir, le es violenta, toda des-unión en doctrinas y normas fundamentales.

Fátima (19-VIII-1917) 10: Colaboremos en el misterio de la salvación

Hoy, 19 de agosto, nos toca recordar la aparición de la Virgen en Fátima hace justamente cien años. Ésta es la descripción de la cuarta de las seis apariciones que, según la edición del Secretariado dos Pastorinhos, Fátima 2003, 7ª ed., 177-178), hace Sor Lucía en su Memoria cuarta (1941).

Fátima, 9: Oraciones de Fátima

Las oraciones de Fátima son especialmente venerables, porque habiendo sido reconocidas por la Iglesia las apariciones, podemos creer que Dios nos las ha enseñado por medio de Ángel de la Paz o de la Santísima Virgen María. De hecho, no son pocos los cristianos que las rezan habitualmente. Merece, pues, la pena que las recordemos y comentemos.

Fátima, 8: Rezad mucho, rezad el Rosario

La Virgen exhorta a la oración en las seis apariciones, y especialmente al Rosario. Por el pecado los hombres se alejan y separan de Dios. Por la oración se convierten a Él, vuelven al trato amistoso con el Salvador; buscan a Dios y lo hallan; expían por sus culpas; le piden perdón y gracia al Señor de la Misericordia, y son atendidas sus peticiones.

Fátima (13-VII-1917) 7: Salvación o condenación

Día 13 de julio de 1917. –Momentos después de haber llegado a Cova de Iría, junto a la carrasca, entre una numerosa multitud de pueblo, estando rezando el Rosario, vimos el resplandor de la acostumbrada luz y, en seguida, a Nuestra Señora sobre la carrasca.

Fátima: Expiación por la oración y los sacrificios

La Virgen de Fátima llama a la expiación, reparación, desagravio, que el pueblo cristiano a causa de sus muchos pecados debe a Dios y a la Iglesia por amor. En el centenario de sus apariciones la Iglesia tiene el glorioso deber de escuchar de nuevo su voz maternal, para obedecer con la ayuda de la gracia el mandato de la santa Madre Dios. Más urgente hoy, porque en estos cien años, ignorado o rechazado su mensaje, ha crecido mucho el pecado en el mundo y en la Iglesia.

La Virgen de Fátima hoy: conversión, oración y penitencia

Mucho se va a escribir sobre la Virgen de Fátima con motivo del viaje del Papa (12/13-05-2017), de la canonización de los beatos Francisco y Jacinta, y del comienzo del Centenario de las Apariciones. En este artículo, que actualiza otro mío anterior (13-05-2015), recordaré únicamente los datos fundamentales del mensaje de la Virgen hace cien años.

Fátima: Misericordia, Señor, hemos pecado

El mensaje de la Virgen en Fátima «No sigan ofendiendo a Dios», sólo es acogido si el pueblo responde confesando, Misericordia, Señor, hemos pecado. Pero no ha sido así, como lamenta Juan Pablo II: «¡La invitación a la penitencia, a la conversión y a la oración no han encontrado aquella acogida que debía!» (Fátima 13-V-1982).

Fátima (13-VI-1917): No sigan ofendiendo a Dios

Hoy, 13 de junio, nos toca recordar la aparición de la Virgen en Fátima hace justamente cien años. Ésta es la descripción que de ella hace Sor Lucía en su Memoria cuarta (1941).

Fátima. Benedicto XV pide ayuda a la Virgen (1917); y Ella acude

El papa Benedicto XV es constituido Papa el 3 de septiembre de 1914 (+1922). Es decir, un mes después del comienzo de la Primera Guerra Mundial, que suele señalarse el 4 de agosto de 1914, cuando las tropas de Alemania invaden Bélgica. Giacomo Paolo Giovanni Battista della Chiesa (Génova 1854-Roma 1922), antes de su elección pontificia, había trabajado en el Servicio Diplomático de la Santa Sede, procurando sin conseguirlo la paz de la terrible guerra que se estaba gestando. Y ya en pleno fragor de la gran Guerra, el Papa ve que sólo una intervención de Dios, sobrehumana, celestial, podrá frenar la avalancha de males que amenaza sobre todo las naciones europeas de antigua filiación cristiana.

Fátima (13-V-1917): visiones y apariciones

Sor Lucía, movida siempre por la obediencia, hizo cuatro relaciones fundamentales de los sucesos de Fátima: primera (1935), segunda (1937), tercera (1941) y cuarta (1941). Yo reproduzco aquí y comento el relato de la memoria cuarta (Memórias da Irmâ Lúcia, Secretariado dos Pastorcinhos, Fátima VIII-2000, 8ª ed.; Memorias de la Hermana Lucía, id., VII-2003, 7ª ed.). Y haré lo mismo, Dios mediante, en las fechas correspondientes a las siguientes apariciones. Transcribo el texto de Sor Lucía.

Cuaresma, tiempo de conversión, iniciado el Miércoles de Ceniza (I)

–Tendrá que reconocer usted que las prácticas penitenciales hoy no están de moda. –La Iglesia vive de la fe, de la esperanza y de la caridad. Vive del Espíritu Santo, no de las modas cambiantes.

Caso por caso; es decir, todos

Una multiplicación alarmante de los divorcios y de los adulterios se produce aceleradamente en la segunda mitad del siglo XX, cuando la secularización o, mejor dicho, la apostasía crece con sorprendente rapidez y profundidad en los países ricos de Occidente de antigua filiación cristiana.

La Amoris lætitia y el martirio

Este artículo lo escribí el pasado sábado 10, memoria de la mártir Santa Eulalia, pero me pareció conveniente demorar su publicación porque han seguido entrando muchos lectores en mi artículo anterior, el (409) sobre El elogiado P. Häring.

Estudio teológico de Vincentius sobre la imputabilidad del pecado en el cap. 8º

El último número de la revista Sedes Sapientiæ (n. 137, X-2016), editada por la Fraternité Saint-Vincent-Ferrier, publica con la firma de Vincentius el estudio titulado L’imputabilité du péché mortel dans l’exhortation apostolique Amoris lætitia (4-X-2016).

Comentario del P. de Blignières, FSVF, al cap. 8º

El P. Louis-Marie de Blignières (Madrid, 1949-), ordenado sacerdote en 1977, Doctor en filosofía y escritor de varias obras de teología espiritual, fundó en 1979 la Fraternité Saint-Vincent-Ferrier (FSVF) en Chémeré-le-Roy (Mayenne, oeste de Francia), de espiritualidad dominicana.

(393) Amoris laetitia es Magisterio ordinario, que hay que recibir y aplicar (Prof. Pié i Ninot)

En un reciente artículo sobre la AL, publicado en L’Osservatore Romano (Magistero da accogliere e attuare (24-07-2016, pg.7ª), afirma el profesor Pié i Ninot que la Exhortación debe ser calificada como Magisterio ordinario de la Iglesia, y que como tal debe ser acogida y aplicada.

«Ampliación de la consciencia» para «la perfección y dilatación del deseo»

Un texto ambiguo sólo puede ser «aclarado» por su propio Autor, ya que si es ambiguo, está abierto a diferentes interpretaciones, y cuando uno trata de «aclarar» sus posibles sentidos –los que son verdad y los que son falsos–, fácilmente puede atribuir al Autor ciertas intenciones buenas, junto a otras malas, que posiblemente sean inexistentes.

Amoris lætitia–y 9. Complementos

Cuando el papa Francisco publica la Amoris lætitia pretende decir sobre el matrimonio y la familia un conjunto de verdades importantes, pero no intenta decirlo todo, evidentemente. Es normal, pues, que en algunos temas echemos en falta en el documento algunas cuestiones importantes. Las señalo ahora brevemente, pues en este mismo blog he tratado de ellas más ampliamente, como lo indicaré en cada tema dando algunos enlaces.

Amoris lætitia–8. ¿Y ahora qué?…

En los siete artículos precedentes a éste he ido señalando aquellos puntos de la Amoris lætitia que pueden dar lugar a interpretaciones inconciliables con la doctrina y disciplina de la Familiaris consortio, la Veritatis splendor y otros documentos pontificios precedentes. En éste considero solamente el status quæstionis actual en la Iglesia después de la AL.

«Norma moral… discernimiento y conciencia –y II»

Sobre la comunión eucarística de adúlteros y de otras parejas «irregulares» la Amoris lætitia no cita las normas tradicionales reafirmadas con precisión por Juan Pablo II y Benedicto XVI, y que hoy siguen vigentes.

«Norma moral… discernimiento y conciencia –I»

Sigo analizando la Exhortación postsinodal Amoris lætitia, y justamente en su capítulo 8º. Y es lógico que así sea, porque entre los 9 capítulos que componen el documento, es en él donde más problemáticamente se expone una nueva manera de considerar y de tratar pastoralmente las parejas «irregulares», especialmente «los divorciados vueltos a casar», y se estudia la posibilidad que tienen de acceder a la comunión eucarística.

«Imputación, conciencia y normas morales»

Suspendiendo el juicio sobre la íntima conciencia de las personas, la Iglesia siempre ha juzgado sus acciones o situaciones cuando eran incompatibles con la ley moral, sea la ley natural, inscrita por Dios en los corazones y proclamada por él en el Decálogo, sea por las leyes de Cristo y de la Iglesia.

«Amoris lætitia –¿Atenuantes o eximentes?… El martirio»

La posibilidad de que la costumbre de las comuniones sacrílegas (objetivamente consideradas) se confirme allí donde ya se están dando, y que incluso se inicie donde no es todavía un uso «normalizado», es hoy una de los más graves problemas de la Iglesia.

Amoris lætitia –Verificación de un principio de moral fundamental

La brusca apostasía, hoy sufrida sobre todo en muchas Iglesias locales ricas de Occidente, ha hecho que el matrimonio y la familia vuelvan a las miserias del mundo pagano, e incluso a perversiones aún peores

Amoris lætitia. El capítulo 8º no es propiamente Magisterio pontificio

¿Es Magisterio de la Iglesia la exhortación Amoris lætitia? Ésta es una pregunta mal planteada. Y ha sido frecuente en las recientes publicaciones. La teología escolástica, extremadamente cuidadosa en su metodología, formulaba con muy especial cuidado la quæstio que se iba a considerar.

Amoris laetitia –301: discernir atenuantes y doctrina de Santo Tomás

Agradecemos al papa Francisco las muchas palabras verdaderas y hermosas que nos ha dado sobre el matrimonio y la familia en su reciente Exhortación Apostólica Amoris lætitia, así como la resistencia que en ella ha mostrado ante quienes en los dos Sínodos precedentes (2014-15) exigían la comunión eucarística para los adúlteros y algún modo de reconocimiento eclesial de las parejas homosexuales.

Elogiando a Lutero–1. Cantalamessa. Sed contra

El falso ecumenismo tiene hoy en la Iglesia una posibilidad privilegiada al celebrar en 2017 con los luteranos el quinto centenario de la Reforma de Lutero (1483-1546). Dos Cardenales alemanes nos ponen sobre aviso.

Pecado –5. Lutero ante el pecado del hombre y el pecado del mundo

Lutero niega la libertad humana (1483-1545), y llega a esa conclusión después de luchas morales muy angustiosas. Su negación de la libertad, clave de todo su sistema teológico, tiene pues una doble raíz: biográfica y doctrinal.

Notas bíblicas –4. El modernismo -2. La «Pascendi» y el modernismo actual

El siglo XIX es un hervidero de errores contra la fe católica. León XIII, como ya vimos publica la encíclica Providentissimus; sobre los estudios bíblicos (1893), saliendo al paso de un cúmulo de errores contra la Sagrada Escritura y los dogmas de la Iglesia. En ella señala que la raíz de todos esos errores está en los principios de «una vana filosofía y del racionalismo»; pero apenas entra a describir y combatir esos principios. Son los que ya mencioné en anteriores artículos .

San Esteban y la Hungría católica

Oremos para que el Autor de la vida, nuestro Señor y Salvador Jesucristo, ayude a todas las naciones de antigua filiación cristiana a recuperar su identidad histórica tradicional, conscientes de que «los dones y la vocación de Dios son irrevocables» (Rm 11,29): «Dios todopoderoso, te rogamos que tu Iglesia tenga como glorioso intercesor en el cielo a San Esteban de Hungría, que durante su reinado se consagró a propagarla en este mundo. Por nuestro Señor Jesucristo».

Olegario premiado

En Religión Digital, y entrevistado por José Manuel Vidal, aparece hoy la entrevista con el profesor Olegario González de Cardedal, que en este mismo medio, InfoCatólica, aparece extractada en las noticias. En ella declara el profesor que la campaña orquestada contra él en Internet le «ha entristecido».

Creo en la Santa Iglesia Católica, en la de ayer y en la actual

Digámosle al cristiano que en algún punto de la enseñanza del Vaticano II no alcanza a ver su posible conciliación con anteriores enseñanzas de la misma Iglesia: «Primero de todo, usted afirme, confirme y firme todo lo que la Iglesia enseña. Y trate después de ayudar el acto intelectual de su razón-fe, pidiendo luz a Dios y discurriendo como pueda, para lograr la conciliación de dos enseñanzas que ahora se le muestran como contradictorias

Arregi versus Iglesia

Al parecer, el padre Joxe Arregi, ofm, no se ha retractado. Más bien declara que «si la fe de la Iglesia es el Catecismo tal como Monseñor Munilla lo entiende y explica, admito sin reservas que soy hereje». Pero todos sabemos que el Obispo Munilla explica el Catecismo de la Iglesia sin quitarle ni ponerle nada suyo personal. Por eso la frase real del P. Arregi, en su verdadero sentido, queda así: «Si la fe de la Iglesia es el Catecismo, admito sin reservas que soy hereje».

De Andreotti al rey Juan Carlos

Lumen Dei y el decreto de la Signatura Apostólica

El 14 de mayo de 2008 la Sagrada Congregación para los Institutos de vida consagrada y Sociedades de vida apostólica nombró a monseñor Fernando Sebastián Comisario Pontificio de Lumen Dei, removiendo en el mismo acto al padre Daniel Zavala como Superior General interino. Recurrido ese acto por el P. Zavala el 11 de junio de 2008, la Signatura Apostólica rechazó finalmente el recurso el pasado 18 de junio de 2009, «por carecer manifiestamente de todo fundamento».

San Juan Bautista, Prólogo del Logos

Juan es precursor de Cristo dando en el mundo testimonio de la verdad. De una verdad que para los hombres es vida, y para él causa de muerte. «No te es lícito tener la mujer de tu hermano», le dice al rey. Aquella tropa de letrados y fariseos que pagaba el diezmo de la menta y del comino, que colaba un mosquito y se tragaba un camello, que le contaba los pelos a un conejo y no distinguía un toro de una vaca, eran lo suficientemente prudentes como para no decir al pueblo una verdad, que pudiera traerles cárcel y muerte.

Santos no ejemplares

Y es que la gracia de Dios, cuando actúa en un hombre concreto, aunque éste sea perfectamente dócil, no le sana necesariamente en esta vida todas las deficiencias intelectuales, volitivas y operativas de su naturaleza humana, tan herida y enferma. Sana en él todo aquello que viene exigido para su perfecta unión con Dios y para el cumplimiento de su vocación. Pero deja Dios a veces, sin embargo, que perduren en él no pocas deficiencias psicológicas y morales inculpables, que serán, quizá durante toda su vida, una gran cruz de humillación y sufrimiento.

La alegría cristiana (y III)

Vengan y comparen, hagan el favor. A ver dónde encuentran ustedes más alegría, en un matrimonio cristiano, que anda por los caminos del Evangelio, o en el que vive según el mundo. Díganme dónde hallan la verdadera alegría, en un sacerdote o religioso que vive solo para la gloria de Dios y la santificación de los hermanos, o en otro que vive «abandonado a los deseos de su corazón» (Sal 80,13; Rm 1,24); en unos jóvenes que, gracias a Cristo, están sanos de cuerpo y alma, o en tantos otros que «están muertos por sus delitos y pecados» (Ef 2,1). Es que no hay comparación.

La alegría cristiana (II)

Dele, por favor, un buen golpe al hombre viejo cuando le venga con alegaciones de este tipo: «¿Cómo no voy a estar disgustado, si me ha ocurrido esto y lo otro?» No. De ningún modo. Más bien pregúntese, antes de autorizarse a la tristeza: «Ante esto que ha sucedido, ¿qué hago? ¿me echo a llorar o lo acepto como venido de Dios providente? ¿Me disgusto o me quedo tan fresco?»

Lumen Dei. Hace ya un año

La situación actual es ya extrema. Por eso los que tenemos amigos o familiares en LD, con el mayor respeto, desde nuestra nada, solicitamos a nuestra Santa Madre la Iglesia que aplique sus propias leyes en este asunto tan escandaloso.

La alegría cristiana (I)

Es evidente que, ya en su vida mortal, Jesús es el más feliz de todos los hombres, sencillamente porque el ser humano, que es amor –a imagen de Dios–, es feliz y se alegra en la medida en que ama y se sabe amado.

Manifiesto de los 300. Reformadores, moderados y deformadores

Actualmente en la Iglesia hay muchos moderados, muchos deformadores y muy pocos reformadores. Eso explica muchas cosas.

Monotonía gloriosa

Lo más valioso de nuestras vidas es lo que en ellas hay de cruz. Y ahí está en uno de los primeros lugares el trabajo nuestro de cada día (que es también una de las causas principales de nuestra alegría diaria), con todo el peso de su condición crucificante.

Lutero, gran hereje

La tesis de que la decadencia moral de la Iglesia, bajo los Papas renacentistas, había llegado a un extremo intolerable, y que Lutero encabezó a los «protestantes» contra esta situación, exigiendo una «reforma», es falsa y ningún historiador actual es capaz de sostenerla.

Trolls reventadores (y II)

El troll-reventador típico es un comentarista que no se molesta en considerar los argumentos y datos cuidadosamente aducidos por el autor del artículo y después por otros comentaristas. Los ignora olímpicamente cuando contradicen sus afirmaciones, y aunque a veces éstas hayan sido refutadas patente y abrumadoramente, él las reitera sin cansarse.

Trolls reventadores (I)

La conveniencia de admitir que los trolls pongan sin censura alguna sus destructivas bobadas es discutible. En algunos blogs los comentarios son aceptados o no, según criterio del mismo autor del post o del jefe de la sección.

Hábito y clerman. Apéndice

Aquel cristiano que en cuestiones disciplinares, que afectan a veces gravemente la vida del pueblo creyente, solo acepta «las leyes que le parecen buenas», y en caso contrario prefiere atenerse a su conciencia, resiste la Autoridad apostólica. No se hace como niño, para entrar en el Reino. No reconoce a la Iglesia como Mater et Magistra.

El hábito religioso y el traje eclesiástico (y III)

Nuestro Señor Jesucristo, por tanto, es el único que une absolutamente santidad y sacralidad: es santo por su divinidad y perfectamente sagrado por su encarnación. Más aún, Él es la fuente de toda sacralidad cristiana.

El hábito religioso y el traje eclesiástico (II)

Los religiosos y religiosas, y de modo semejante los sacerdotes, con sus hábitos o su clerman, ofrecen una presencia visual perfectamente adaptada a un medio pobre o a uno rico. Apenas tienen que pensar cada día en qué ponerse. A lo más podrán tener «un» hábito más nuevo o un traje algo más elegante para algunos acontecimientos señalados. Y basta.

El hábito religioso y el traje eclesiástico (I)

En una sociedad secularizada y tendencialmente materialista, donde tienden a desaparecer incluso los signos externos de las realidades sagradas y sobrenaturales, se siente particularmente la necesidad de que el presbítero sea reconocible a los ojos de la comunidad, también por el vestido que lleva,