Los católicos tenemos menos derechos en la Expaña de ZParo que los demás ciudadanos: no podemos asistir a las conferencias que la extrema izquierda decide boicotear, porque no hay policías. Éstos están registrando a los que van al Valle de los Caídos.
Lo que puedo escribir ahora sobre el PSOE prefiero omitirlo. Los paladines de la legalidad internacional maquinaban en la Audiencia Nacional a favor de Estados Unidos. ZParo rompe otro más de sus compromisos, el de los 420 euros. ¿Ya nadie recuerda que prometía hace un año que íbamos a salir todos juntos de la crisis? El Gobierno sociata sigue haciendo de abogado defensor de Marruecos... ¡Y todavía hay varios millones de moscas que siguen votando a este partido!
De todas la canalladas perpetradas por los socialistas en estos días, prefiero llamaros la atención sobre la cesión ante la kale borroka universitaria que acaba de hacer la jefa de la Policía en Madrid.
El cardenal Antonio María Rouco iba a pronunciar una conferencia en la Universidad Autónoma de Madrid. La Izquierda, tan democrática ella, se movilizó en contra; en sus convocatorias exhortaban a traer "cualquier material, así como tus mejores ideas para protestar". Lo peor se produce cuando quien tiene la obligación de proteger a los ciudadanos renuncia a hacerlo:
la Delegación del Gobierno de Madrid, de la que está al frente Amparo Valcárcel, llamó el pasado martes al cardenal para advertirle de que no podía garantizar su seguridad ni la de los asistentes al acto ante las amenazas de los grupos.
No se trata sólo de los derechos de Rouco, ciudadano español que paga los sueldos de la delegada del Gobierno, del ministro del Interior, del rector y del presidente de Gobierno, sino, también, de quienes querían asistir a su conferencia. El matonismo de la izquierda, alentada por el odio que ha sembrado ZParo en estos años, ha salido de Hernani y se está extendiendo por toda España. Barcelona, por ejemplo, ya es territorio comanche.
Precisamente, en la Universidad de Barcelona, un grupo de talibanes laicistas quiere cerrar la capilla a palos.
¡Qué Papa tan clarividente tenemos! ¡Sabía perfectamente lo que está pasando en España cuando habló sobre el laicismo agresivo que padecemos!
Pedro Fernández Barbadillo