Barrabás es una figura muy conocida. Los Evangelios de Juan, Marcos y Lucas, nos lo definen. Mateo, sin embargo, solo lo menciona ante la elección que Pilatos ofreció entre él y Jesús. San Juan 18,40, lo define como «ladrón». San Marcos 15,7 lo describe como «sedicioso» y «asesino» junto a otros compañeros suyos. Y San Lucas 23,19-25 en dos ocasiones, lo señala como acusado de sedición y homicidio. Queda claro pues, que es muy importante para los Evangelistas, describir los crímenes de Barrabás, frente a un Jesús que queda como lo que es, el plenamente inocente frente al criminal.
Pilato, queriendo controlar la situación encrespada, cree que, ofreciendo esta opción, el pueblo claramente optará por Jesús. En él hay una lucha de conciencia por intentar salvar al inocente, pero su enorme cobardía hace que todo el rato huya de la responsabilidad de ejercer esa justicia, caiga quien caiga, y cueste lo que cueste. Es un gran tema a meditar. Nosotros como Pilatos: ¿Cuantas veces intentamos quedar bien con el sentir general, para no meternos en problemas o por ignorancia? ¿Cuántas veces huimos de lo que es justo, huyendo de la Caridad que debemos por Amor a Dios y los demás? Muchas, amigos míos, muchas... Lavarnos las manos, no borra esa injusticia, ni nos exime de responsabilidad. Por eso la importancia de pedir perdón y perdonar de corazón, y así liberarnos de cuentas pendientes, que envueltas del infinito amor de Dios, y reparando en la medida de lo posible, queden como ejemplo de que, habiendo debilidad, hubo aún por encima mucho más amor.
Otra cuestión que debemos plantearnos es lo que llamo el dilema de la elección, entre Jesús y Barrabás. En sí, no es un dilema. Si no hubiera herida del pecado en nosotros, no lo sería. Claramente es Jesús a quién debemos escoger. Pero… ¿Acaso esa democrática elección en el mal, hoy día no sigue siendo en nosotros vigente? Que se aleje de nosotros pensar, creer que sí hubiéramos elegido a Jesús. Es muy bello el pensamiento, pero falso en la mayoría. Pues las elecciones que cada día tomamos en obrar cristianamente o no, son ese juicio ante Pilato. Yo mismo me veo gritando Barrabás más veces de las que quisiera, y tengo que ir a la confesión a llorar cual Pedro. Cada día, en cada hora, estamos optando por Jesús o por Barrabás, en nuestras elecciones, en ese amar en lo más pequeño e insignificante.
El 17 de octubre de 2022, un expresidente español afirmaba: «"En democracia, la verdad es lo que los ciudadanos creen que es verdad"»… ¿Se dan cuenta de la peligrosidad de estas palabras? Según esta afirmación la verdad, es voluble… Depende de la voluntad herida, de un pueblo fácilmente manipulable, al que se le ha hurtado formación humanística, filosófica y trascendental para afrontar sus elecciones vitales… ¿Las naciones corrompidas, sin salir de ello, pueden hallar la verdad? No. Por eso cuando tienen a Jesús, frente a frente, lo repudian, y eligen de nuevo a Barrabás. La democracia sin ciudadanos formados, y por tanto verdaderamente libres en sus elecciones, no busca la verdad.
Los judíos al escoger a Barrabás, se dejaron dominar por sus autoridades, fuera por miedo, intereses, o dejarse llevar, lo hicieron. De esa democrática elección no salió la verdad. Se premió la sedición y el asesinato. Se premió la maldad. Sin embargo, Jesús, sacrificándose, superó todo eso y venció amando, frente al vacío absoluto del pecado. A esto estamos llamados. Cuidemos en obrar cristianamente en cada momento, rectifiquemos siempre que sea preciso, y asumamos nuestra Cruz, para que todas las injusticias que recaigan sobre nosotros, se conviertan en ocasión de amar, a los que nos odiaron, como correspondencia de amar a Jesús al que tantas veces no hemos elegido. ¿A quién elegís amigos míos? ¿A Barrabás o a Jesús? No olvidemos que la Virgen está escuchando este juicio. No la hagamos llorar. Gritemos juntos en nuestro obrar: ¡JESÚS! ¡JESÚS! ¡JESÚS!