El Seminario de Bilbao, comenzó el año pasado, alentados y acompañados por el Obispo Auxiliar, la experiencia de realizar cada año una peregrinación de los seminaristas y los jóvenes de la Diócesis que se vienen planteando su posible vocación sacerdotal, con el fin de fomentar el conocimiento mutuo y la profundización común en la búsqueda vocacional, siguiendo las huellas de los santos que han jalonado la historia de la Iglesia, en diferentes tiempos y lugares. En estas peregrinaciones son acompañados por algunos sacerdotes jóvenes que acompañan habitualmente las actividades de la pastoral vocacional.
El Año pasado realizamos la peregrinación a Ars, donde pudimos conocer “in situ” la vida y ministerio del Santo Cura, San Juan María Vianney. Este año nos habíamos propuesto conocer el ambiente católico inglés, de modo particular, la vida y ministerio del Cardenal Newman, así como aquellos intelectuales católicos que siguieron su estela en el siglo XX, los habitualmente conocidos como conversos, Chesterton, Tolkien, Lewis, Eliot, Belloc, y otros. El 3 de julio del presente año 2009, el Santo Padre Benedicto XVI promulgaba el decreto de la Congregación de la Causa de los Santos que atribuía un milagro por la intercesión del Venerable Siervo de Dios John Henry Newman, Cardenal y fundador del Oratorio San Felipe Neri en Inglaterra. Ello alentaba, si cabe, aún más, nuestro deseo de penetrar en la obra y pensamiento de estos personajes ilustres de la Iglesia católica inglesa.
Para preparar adecuadamente este viaje de convivencia, oración y conocimiento de otros ambientes culturales, el profesor de la Facultad de Teología de la Universidad de Deusto, Dr. Xabier Larrañaga O.C.M., quien realizó su tesis doctoral sobre el Cardenal Newman, nos ofreció un material y una exposición magistral de su vida y obra a fin de introducirnos en el espíritu de dicha peregrinación. Así mismo nos habíamos preparado con la lectura de la vida y la obra de Newman.
De este modo, el lunes 31 de agosto partíamos para Londres, y desde allí al lugar de residencia, el Seminario St. Mary´s College, Oscott, en Birmingham, donde residió Newman durante unos años. A la cabeza del grupo el Sr. Obispo Auxiliar de Bilbao D. Mario Iceta, y junto al rector y formador del Seminario otros nueve sacerdotes diocesanos, cinco seminaristas (tres ya veteranos y dos de los cuatro que este año ingresan en el Seminario) y trece jóvenes que se plantean con seriedad su vocación, en total treinta personas que compartimos oración, experiencia de Dios, alegría e inquietudes en un clima de extraordinaria armonía y fraternidad.
La acogida del rector del Seminario de Birmingham, del equipo formativo y de los seminaristas fue excelente. Es de destacar la cercanía de uno de ellos Michael, que hablaba castellano y que estuvo en todo momento pendiente de nuestro grupo. Como destacó el rector P. Mark Crisp en sus palabras de saludo, es importante que nos demos cuenta cómo la fe y la comunión eclesial supera las barreras de la cultura y la lengua, para hermanar de forma entrañable a quienes nos une la misma fe en Jesucristo y que nos congrega en la misma confesión católica. Esto se nota de manera especial en un lugar como Inglaterra donde los católicos son una minoría no exenta de dificultades.
Las visitas a Oxford, Londres, Cambridge y Birmingham, precedidas por explicaciones que nos ayudaran a situar en ellas los episodios vividos por Newman, en el contexto de su tiempo, fueron muy enriquecedoras. El ambiente intelectual que se respiraba en las dos ciudades universitarias y en sus numerosos “colleges”, nos ayudaba a percibir cómo Dios nos ha dotado de la razón necesaria para discernir su presencia en cada recodo de nuestro camino, y que el ya pronto Beato Newman supo reconocer y amar con su vida y con su ciencia fundando el denominado “movimiento de Oxford” en la búsqueda de la verdad y de la unidad eclesial bajo la autoridad del Sucesor de Pedro. Así mismo, pudimos apreciar la hermosa armonía entre la ciencia, la razón y la fe que han quedado plasmadas en ambas universidades. En Londres junto a la Abadía de Westmister, la catedral de San Pablo y la Torre de Londres, nos adentramos en los difíciles acontecimientos del siglo XVI, y pudimos rememorar la impresionante vida de San Juan Fisher y Santo Tomás Moro en los lugares donde sellaron con su sangre su testimonio de fortaleza, fe y amor.
La última visita fue al Oratorio San Felipe Neri en Birmingham donde están sus escasos restos. Todo su cuerpo se redujo a polvo porque, por deseo suyo depositaron sobre su ataúd musgo y tierra con el fin acelerar su descomposición. Su cuerpo fue, de este modo, reducido a polvo, pero su ingente obra queda para siempre.
Es fundamental que los jóvenes puedan experimentar en su vida la comunión eclesial, que puedan encontrarse y plantearse juntos sus inquietudes vocacionales, que se sientan alentados y sostenidos en la compañía de la Iglesia, que tracen entre ellos los lazos de la amistad y la comunión que les ayude a caminar juntos, insertos en una realidad mucho mayor, que es la familia de los hijos de Dios, que se llama Iglesia. Eso es lo que hemos intentado vivir estos días. Han sido cinco jornadas intensas para todos, cargadas de experiencias personales diversas y que confluyen en el deseo común de abrirnos a la llamada que Dios nos hace. Durante el resto del año procuraremos vivir y profundizar en esta experiencia que este año el Señor nos ha regalado.
Luis Alberto Loyo, sacerdote
