Es indiscutible que hay noticias que, con una Prensa de verdad libre, serían de primera plana y a bastantes columnas, no se publican porque son políticamente incorrectas. Puedo citar varias como la que Hillary Clinton defendía el aborto libre hasta el momento del nacimiento o su afirmación que «las creencias religiosas y las fobias estructurales han de modificarse. Los gobiernos deben emplear sus recursos coercitivos para redefinir los dogmas religiosos tradicionales», o que más o menos la tercera parte de las víctimas de la violencia de género son varones, o que el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo aprobase por unanimidad que «no existe el derecho al matrimonio homosexual», aunque los Estados puedan regularlo.
Pero es que en el pasado mes abril hemos tenido dos casos clamorosos de noticias silenciadas. El primero ha sido la Declaración conjunta de los Patriarcados ortodoxos y católico de Siria el pasado catorce de Abril donde califican el bombardeo de Siria por Estados Unidos y sus aliados como injusta e injustificada agresión y afirman: «Nosotros, los patriarcas: Juan X, patriarca ortodoxo griego de Antioquía y todo el Oriente, Ignacio Aphrem II, patriarca ortodoxo sirio de Antioquía y todo el Oriente, y José Absi, patriarca greco-melquita-católico de Antioquía, Alejandría y Jerusalén, condenan y denuncian la brutal agresión que tuvo lugar esta mañana contra nuestro precioso país, Siria, por parte de EE. UU., Francia y el Reino Unido, bajo las acusaciones de que el gobierno sirio utilizó armas químicas». Los Patriarcas califican también de injusto e injustificado este ataque, porque señalan que asegurar que « el ejército sirio está utilizando armas químicas y de que Siria es un país que posee y usa este tipo de arma, es una afirmación que no está justificada y no está respaldada por pruebas suficientes y claras».
Creo que tenemos que hacer algo más de caso a lo que nos dicen los cristianos locales, que son los que están sufriendo las consecuencias de lo que está pasando. Pero desde luego, aunque no me guste el dictador sirio, la situación si ganan los musulmanes radicales sería muchísimo peor. Muchos cristianos han sido asesinados y muchísimos más han tenido que huir con lo puesto. Con el triunfo del ejército sirio algunos están empezando a volver.
La segunda noticia hace referencia a nuestro país. A partir del próximo curso y con el apoyo de todos los Partidos en la Comunidad de Madrid, en todos los centros escolares públicos, concertados y privados será obligatoria la enseñanza de la ideología de género. Dado que esta ideología es profundamente anticatólica e incluso diabólica, estamos ante un caso claro de persecución religiosa, que viola descaradamente la Constitución y la Declaración de Derechos Humanos, al no permitir a los padres educar a sus hijos conforme a sus convicciones, imponer una concepción aberrante de la sexualidad y pretender sustituir la libertad de los ciudadanos por el poder omnímodo y totalitario del Estado.
Es cierto y éste es su único punto de acuerdo con la Moral Cristiana, que la Ideología de Género condena la violación. Pero cuando uno enseña a nuestros niños, adolescentes y jóvenes la fornicación, la promiscuidad, el aborto y todo tipo de relaciones sexuales con tal que sean pasajeras y no supongan un compromiso para quien las hace, ¿puede alguien extrañarse que quien ha recibido semejante ‘educación’ afectivo-sexual se tome en serio lo que le dicen sus presuntos educadores (porque de educadores no tienen nada), y decida vivir en consecuencia? ¿Es que la corrupción moral puede ser antídoto contra la violación? Personalmente lo que me extraña es que casos como el de La Manada (para los lectores no españoles: en las fiestas de San Fermín de Pamplona del 2016 cinco jóvenes agredieron sexualmente a una chica. El Tribunal les ha condenado por el delito algo menos castigado de abuso sexual, no por violación, sentencia que ha provocado en varias ciudades de España una oleada de protestas), siendo para mí lo asombroso que nos quejemos de casos así, cuando las leyes promueven el libertinaje y se retiran los libros escolares que defienden la abstinencia y la fidelidad, supongo porque ideas así no ayudan a corromper a los jóvenes, que es de lo que se trata. Es decir, educamos a los jóvenes en la promiscuidad y luego nos quejamos que haya violaciones.
Pedro Trevijano